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Posts Tagged ‘Marzo’

Este mes de marzo vamos a vivir un acontecimiento extraordinario: un cónclave para la elección de un nuevo Papa. Los cardenales quedarán encerrados «cum clave», o sea, con llave, dentro de la capilla Sixtina, y allí votarán todas las veces que sean necesarias (supuestamente bajo la inspiración del Espiritu Santo) hasta que haya un elegido, siguiendo un ritual milenario. Por eso hemos pensado que era el momento ideal para acercarnos a conocer algunos los secretos de una institución de casi 2.000 años de historia.

cónclave

¿Desde cuándo hay Papas? ¿Siempre se han elegido así? ¿Todos mueren en el cargo, o había precedentes de «dimisión»? ¿Hay muchos Papas santos, o más bien al contrario? Vamos a contar montones de historias en las que descubriremos casos de ambición, de luchas por el poder, hijos secretos y no tan secretos, como la famosísima Lucrecia Borgia, tramas oscuras, muertes sin aclarar e incluso de una Papisa, la Papisa Juana. ¿Es un personaje real o legendario?

Lucrecia Borgia

Si queréis conocer todas éstas y muchas más historias secretas sobre los Papas, no os podéis perder nuestras cenas de los sábados de marzo. Para ellas hemos preparado un menú de lo más romano:

  • Panzanella (Ensalada de pan toscano, tomate y pimiento)
  • Costrinni di mozarella y guindilla
  • Codillo a la cerveza de Monasterio con setas
  • Torta di mora (Tarta casera de mora)

Y recordad, si sois celíacos, vegetarianos, alérgicos… no tenéis más que decírnoslo y prepararemos un menú diferente para vosotros.

Dónde – Cafetería del Museo del Teatro Romano (Pza. de San Pedro Nolasco)

Cuándo – Sábados 9, 16 y 23 de abril a las 22’00; viernes 5 de abril a las 21’00 y sábado 6 de abril a las 21’30.

Precio – 22 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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Continuamos descubriendo la Zaragoza «escondida», todos esos secretos de nuestra ciudad que a veces están detrás de una puerta cerrada y a veces están a la vista de todos, aunque pasan completamente desapercibidos para muchos. Y por eso nos vamos a un lugar que se ha recuperado en los últimos años gracias a una impresionante restauración: el palacio de los arzobispos de Zaragoza.

palacio-arzobispal

¿Lo conocéis? Pues está lleno de sorpresas, desde los torreones de la muralla que levantó Alfonso I el Batallador después de conquistar Zaragoza hasta las salas mudéjares en que fue coronada la última mujer de Pedro IV el Ceremonioso, Sibila de Forciá, pasando por una maravillosa capilla gótica aparecida en las obras de restauración o el impresionante salón del trono, con retratos de todos los arzobispos (incluido uno pintado por Goya).

mudéjar

Y esto no es todo: los maravillosos capiteles románicos de la desaparecida iglesia de Santiago, restos romanos, la increíble custodia de plata de la iglesia de San Pablo (y muchas otras)… ¿Os imaginabais que todo eso estaba ahí dentro? Pues hay mucho más, así que… no os lo podéis perder.

Cuando – Sábados 23 de febrero y 2,9,16 y 23 de marzo a las 18:00
Duración – Una hora y 45 minutos
Donde – Taquillas del Museo diocesano
Precio – 10€, (9€ jubilados y estudiantes menores de 25 años, 7€ parados)
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando en http://bit.ly/Wqx9T9

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El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levanta contra los franceses, y esa misma tarde los dos alcaldes de Móstoles lanzaron un bando en el que llamaban a la insurrección contra el invasor. Tres semanas después los zaragozanos se echaban a la calle e iban a la Capitanía General a pedir armas para defenderse. Al día siguiente Palafox tomaba el mando y se ponía rápidamente a organizar la defensa de la ciudad. El 15 de junio los franceses estaban a las puertas de Zaragoza, convencidos de que sería cosa de uno o dos días. El resto lo conocemos todos: la ciudad se defendió con uñas y dientes durante dos terribles Sitios en los que murieron más de 50.000 personas.

Con motivo del Día de la Mujer, el próximo 8 de marzo, hemos programado una ruta en la que hablaremos del papel de las mujeres durante aquellos meses de 1808 y 1809. Agustina de Aragón, Casta Alvarez, la madre Rafols, la condesa de Bureta, María Agustín y muchas otras no se limitaron al papel que les asignaba aquella sociedad tradicional, sino que se echaron a las armas y lucharon por defender lo suyo y a los suyos hasta el punto de que Goya llegó a exclamar en uno de sus grabados: «Y son fieras». Pues bien, hoy vamos a conocerlas un poco mejor, y para ello vamos a descubrir algunos lugares poco conocidos pero fascinantes. Empezaremos por el magnífico monumento de la plaza del Portillo y de allí nos iremos al Museo de la Madre Rafols, en el que podremos ver una reconstrucción de su habitación, su botijo milagroso (al que nunca le faltaba agua), un maletín con instrumentos quirúrjicos de los que se utilizaban en el Hospital de Gracia en época de los Sitios… y la preciosa iglesia del Noviciado de Santa Ana en la que se encuentran su tumba y la del padre Bonal, héroe de los Sitios como ella. De allí nos iremos al Hospital Provincial (heredero del Hospital de Gracia, desaparecido en la Guerra de la Independencia), donde además de la iglesia veremos la cripta, en la que están enterradas algunas de las monjas que murieron en la defensa de la ciudad.

Y por cierto, se me olvidaba: en el camino nos encontraremos con algunas de aquellas mujeres y también con sus descendientes, que nos contarán como la sangre de las heroínas de los Sitios sigue corriendo por las venas de las zaragozanas actuales.

Cuándo – 5 y 7 de marzo a las 10’30

Dónde – Monumento de la Plaza del Portillo

Precio – 12 € (10 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años, 7 € para parados)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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A lo largo de todo este mes he ido escribiendo aquí sobre formas insólitas y peculiares de celebrar la Semana Santa por diferentes lugares de España. Sin embargo, lo que sé es porque el tema me interesa mucho y he dedicado toda mi vida a leer y a informarme, pero no porque lo haya vivido. ¿Por qué no? Pues por una razón muy simple: la única pega que tiene la Semana Santa es que se celebra en todas partes a la vez, y esas fechas las tengo comprometidas hasta que me muera. Puede que suene muy radical, pero es que yo soy así. Lo malo es que tengo el corazón partío, y eso da muchas alegrías pero también hace sufrir: si queréis buscarme un Domingo de Ramos estaré por Sevilla, sí o sí. Y si es Jueves Santo, en Híjar.  No hay más. Todos los Jueves Santos por la mañana, cuando voy a coger el AVE en Sevilla para venirme para aquí, pienso lo mismo: «¿Por qué no me quedo este año?«. Y todos los Jueves Santos por la noche, cuando estoy en esa plaza que se ve en la fotografía, pienso: «Menos mal que no me he quedado«. Porque lo que siento ahí en ese preciso momento, un poco antes de que den las doce y empiece todo… eso no lo siento en ningún otro lugar. ¿Qué es? No lo sé explicar, pero se parece mucho a la felicidad.

Mi abuelo

¿Veis a este señor? Es mi abuelo Antonio, y el que está detrás de él, a la izquierda de la foto, mi tío José. Con ellos descubrí qué es esto de la Semana Santa. Hace cuarenta y pocos años, por estas fechas, mi abuela cosía una pequeña túnica negra, y mi abuelo compró un tambor para su primer nieto. No era nada excepcional, la verdad. Era lo mismo que habían hecho y seguirían haciendo sus amigos, sus vecinos… Cuando empecé a andar mi abuelo me empezó a llevar con él, pero como él tocaba el tambor quien iba conmigo en las procesiones era mi tío, que tocaba el bombo (en las procesiones de Híjar hay dos filas de tambores a los lados y en el centro una de bombos). Como debía de ser un poco grande para mí parece que me vencía hacia delante y acababa por salir corriendo para no caerme, así que mi tío optó por colgar una cuerda del suyo y atármela a la cintura. No tengo ninguna foto de aquello, pero me encantaría.

Este soy yo

Mi abuela, mientras, me intentaba explicar qué era todo aquello que veía y que me impresionaba tanto, y me enseñaba el ritmo de algunos toques con versos fáciles de recordar que ella había aprendido hacía muchísimos años y que a veces eran hasta un poco picantes, como aquellos que decían que «Una vieja, vieja, vieja / más vieja que el sarampión / tenía las uñas negras / de rascarse el pimentón«. Y sobre todo otros, que son la melodía que más recuerdo de mi infancia: «Que suban, que suban / que suban las imagenes…«.

Entre mi padre y mi abuelo

Supongo que podría haber ocurrido que aquello no me gustara nada (casos hay), pero pasó justo lo contrario. Desde que tengo recuerdos me veo esperando la Semana Santa. Si tenía miedo por la noche en la cama y mi madre me decía que pensara en cosas alegres, pensaba en Semana Santa. Si mis padres me llevaban al Prado (un lugar en el que desde pequeño me he sentido en casa) y veía «El triunfo de la Muerte» de Brueghel, mi cuadro favorito, siempre pensaba: «si me voy a morir, por lo menos que sea después de Semana Santa«. Hoy tengo un calendario en el ordenador que cada día me dice cuántos faltan, y sigo pensando que si existe el cielo tiene que ser un lugar en el que todos los días sea Domingo de Ramos. ¿Un marciano? Pues sí, un poco, pero no el único, ni mucho menos.

Hasta hace unos años en Híjar no podían tocar las mujeres. Seguramente era un anacronismo, pero casi todo en las tradiciones lo es. Y si os soy sincero, tengo que decir que yo en aquel momento prefería que las cosas siguieran como estaban. ¿Sabéis por qué? Pues por miedo, simplemente. Puede que sea una postura conservadora, pero cuando algo funciona y es maravilloso es lógico pensar que tocarlo es un riesgo, ¿no?. Pero, por otro lado, no podía soportar la idea de que mis hermanas no pudieran hacer algo que les gustaba tanto como a mí y tuvieran que participar ocupando los pocos papeles que se dejaban a las mujeres, como «salir de Marías» (un puesto, por otra parte, muy disputado).

Con mis hermanas

Finalmente la fruta cae cuando está madura, y lo que tanto miedo daba fue una transición fácil y sin grandes problemas. Mi hermana pequeña y muchísimas otras mujeres, se incorporaron sin problemas ni complejos a algo que les pertenecía de siempre. Hoy es algo completamente asumido, y tanto mis sobrinas como mis sobrinos tendrán el tambor entre sus primeros recuerdos, como yo.

En el centro de la foto, mi hermana pequeña

¿Por qué me gusta tanto? ¿Porque es divertido? Pues sí, es divertido, pero es mucho más. Es intenso, es emocionante, hay momentos en los que realmente tocas el cielo con los dedos… pero es más que eso. Es algo muy extraño, como sentirte un eslabón de una cadena que viene de muy lejos y que seguirá ahí, pase lo que pase. Creo que nadie lo ha dicho mejor que Georges Moustaki en una canción titulada «Grand pére» que le dedicó a su abuelo, y que decía «C’est pour toi que je joue / grand pére, c’est pour toi / tous les autres m’écoutent / mais toi, tu m’entends«. O sea, yo toco para ti, abuelo, porque todos los demás me escuchan pero tú me entiendes. Y poco después dice «Tu étais déjà vieux quand je venais de naître / arrivé just’à temps pour prendre le relais«. Ya eras viejo cuando yo acababa de nacer, pero llegué justo a tiempo para coger el testigo. Y esa es para mí la clave: coger el testigo, transmitirlo, que la cadena no se rompa.

Viernes Santo a mediodía con Juan y nuestros sobrinos. ¿Qué más se puede pedir?

De mi abuelo a mis sobrinos. ¿Veis ese bombo que lleva mi sobrino? Es el que llevaba yo de pequeño. La túnica que llevo yo es una de las que mi bisabuela le puso a mi abuelo en el ajuar cuando se casó, en los años 40, y la que lleva Juan era una que llevaba yo antes. Mi abuelo ya no está para ver cómo sus cuatro bisnietos continúan con la tradición que él nos transmitió, pero mi abuela sí, y sigue cosiendo las túnicas para todos, como hizo conmigo. ¿Cómo me voy a quedar en Sevilla, por mucho que salgan la Macarena y el Gran Poder, y me voy a perder la cara que pone cuando nos ve a todos vestidos, con nuestros tambores y bombos, un Viernes Santo por la mañana?

Si queréis vivir en directo todo esto este año tenéis una estupenda oportunidad, porque hemos organizado una excursión para Romper la Hora en Híjar. Si queréis saber más entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

 

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un Cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Romper la Hora en Híjar

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¿Sabías que la Semana Santa y los juegos de azar tienen mucha más relación de lo que parece? ¿No te lo crees? Vámonos para Calzada de Calatrava (Ciudad Real), el pueblo de Pedro Almodóvar. ¿Habéis oído hablar del juego de las caras? Pues cada Viernes Santo tiene lugar allí una especie de timba multitudinaria en la que cientos de miles de euros cambian de mano. ¿Os parece inapropiado convertir el pueblo en un casino en plena Semana Santa? Pues para nada, porque la cosa tiene antecedentes de lo más prestigiosos que se remontan nada menos que al primer Viernes Santo. ¿O es que no os acordáis que los romanos despojaron a Jesús de sus vestiduras y se las jugaron a los dados?

Cristo con los instrumentos de su pasión

A finales de la Edad Media, en un mundo en el que se identifica a cualquier personaje importante por su escudo, sus armas, se empieza a pensar cuáles serían las de Cristo y se llega a una conclusión claro: los instrumentos de su pasión. Al principio aparecen la cruz, la corona de espinas, la columna a la que fue atado para flagelarlo… pero pronto se multiplican y podemos encontrar al gallo Antes de que el gallo cante dos veces tú me habrás negado tres«, le dijo Jesús a Pedro), la bolsa de las 30 monedas que cobró Judas por su traición, la lámpara con la que iluminaron el camino los soldados que subieron a prenderle al monte de los olivos, la escalera para subir a la cruz… y también su túnica y los dados con los que se la jugaron. ¿Los veis en esta imagen? Os pongo otra en la que también se pueden apreciar perfectamente:

A los pies de Cristo, en el suelo, hay una túnica roja, y sobre ella los dados. Podríamos ver montones de imágenes más en las que aparecen (por cierto, dados ya tenían los romanos, incluso trucados), pero sólo os pongo otro: la cruz de guía de la Hermandad del Gran Poder, en Sevilla:

¿Dónde están la túnica y los dados?

Con esto queda claro que está más que justificado jugar en Viernes Santo, ¿no? Al fin y al cabo lo que se hace es recordar un episodio concreto de la pasión de Cristo (hay otra hipótesis, que recuerda que Judas se jugó las treinta monedas que cobró por entregar a Cristo). Ahora bien, en Calzada de Calatrava no juegan con dados, sino con monedas de época de Alfonso XII (que llevan la cara del rey, claro, y de ahí el nombre del juego). Dos monedas, concretamente.

La gente forma corros en las calles y en alguno locales del pueblo. En esta imagen vemos uno en el Casino Círculo Agrícola, en donde están los que mueven más dinero y por lo tanto generan mayor expectación a su alrededor.

La mecánica del juego es sencilla. Por un lado está la banca, por otro los apostantes (llamados «puntos») y por otro el «baratero», que organiza y controla para que todo discurra con normalidad. Este comienza pintando un gran círculo en el suelo y empieza el juego. Cada «punto» hace una apuesta (dejando el dinero dentro del círculo), la banca la cubre obligatoriamente y se lanzan las dos monedas al aire. ¿Que salen caras? Todo para la banca. ¿Que salen cruces? Cada apostante se lleva lo que había puesto y otro tanto, puesto por la banca. ¿Que sale cara y cruz? Se vuelve a tirar. ¿Que la banca se arruina? Pues uno de los «puntos» la sustituye, y no pasa nada. Lo impresionante del asunto no son sólo las cantidades que se mueven, sino que todo el mundo juega, mucho o poco, y vienen gente de toda España a jugar también, todo el Viernes Santo sin interrupción hasta que empieza la procesión del Santo Entierro. Eso sí, se pierda o se gane el ambiente es cordial, el que gana invita y cuando por la noche unos preguntan a otros cómo les ha ido todos dicen que se han quedado en paz. «Nos ha tocao salud«, como el día de la lotería de Navidad.

Parece increíble, pero hay gente que ahorra todo el año para este día, y por lo visto los cajeros automáticos de Calzada de Calatrava se tienen que reponer varias veces a medida que avanza el Viernes Santo. Los hay que vienen de Madrid y antes de empezar a jugar llenan el depósito del coche, para poder volver aunque se queden sin blanca. ¿Queréis verlo? Pues os dejo este reportaje para que os quede completamente claro cómo funciona.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un Cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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Si alguien me preguntara cómo me imagino el Paraíso, lo tengo claro: un lugar en el que todos los días es Domingo de Ramos. Desde que tengo recuerdos es un día maravilloso, de fiesta, alegre, de estrenar algo para no quedarse sin manos… siempre en Híjar y desde hace unos diez años en Sevilla, para mí es el día en que empieza la semana que más me gusta del año. Ahora bien, ¿desde cuándo se celebra así? Pues parece que la cosa viene de lejos, tan lejos como el siglo IV. ¿Que cómo lo sé? Pues os cuento, pero antes os presento a a Egeria, la monja Egeria.

Sello conmemorativo del XVI centenario del viaje de Egeria a Tierra Santa

¿Quién era Egeria? Pues una mujer gallega del siglo IV, independiente y culta, seguramente de familia noble y con una posición económica lo suficientemente desahogada como para hacer un viaje en que fue por el sur de Francia y el norte de Italia, atravesó el mar Adriático en barco, llegó a Constantinopla en el año 381 y de allí pasó a Tierra Santa, Egipto, Mesopotamia, Siria y otra vez Constantinopla, desde donde regresó. Pues bien, ¿por qué nos interesa esta mujer? Pues porque nos dejó sus experiencias por escrito, y concretamente nos contó cómo se celebraba la Semana Santa en Jerusalén por aquel entonces. Y resulta que ya hace más de 1.600 años el Domingo de Ramos se hacía una especie de procesión con el pueblo y el obispo llevando palmas y ramas de olivo.

Tapiz de la Seo de Zaragoza con Cristo entrando en Jerusalén el Domingo de Ramos

Hoy el Domingo de Ramos se celebra por toda España exactamente así, con procesiones en las que los participantes (generalmente de estreno y vestidos «como pa’una boda«) siguen llevando ramas de olivo o palmas, y claro, si hablamos de palmas nos tenemos que ir… ¡¡¡A Elche!!! Porque de allí vienen la mayoría y, por supuesto, las más espectaculares. ¿Por qué? Pues aunque las palmas que desde Elche se exportan a medio mundo no proceden del palmeral histórico, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es en él donde hay que buscar la explicación a lo que puede verse allí cada Domingo de Ramos.

El palmeral

Fueron los musulmanes que fundaron Elche los que plantaron el palmeral, hicieron la primera red de acequias y lo fueron cuidando y ampliando, algo que continuaron haciendo los cristianos cuando conquistaron la ciudad y ha continuado hasta hoy. Gracias a eso tenemos el palmeral más grande de Europa y uno de los mayores del mundo, en el que hay ejemplares espectaculares que llegan a superar los 300 años de edad. De entre todos destaca la palmera «imperial», de la que al verla dijo Sissi (sí, la de las películas) que era digna de un imperio.

La palmera imperial, con sus siete vástagos

Tenemos noticias de que ya en 1371 se celebraba en Elche la procesión del Domingo de Ramos, hoy declarada de Interés Turístico Internacional. En ella miles y miles de personas acompañan al «pas de la burreta» con palmas blancas, generalmente lisas las de los hombres y mucho más elaboradas (espectaculares algunas) las de las mujeres o los niños.

El «pas de la burreta». Palmeras al fondo y decoración a base de hojas de palma trenzadas imitando flores en el paso

Pensad en una palmera llena de hojas verdes y preguntaos esto: ¿cómo se consigue la palma blanca? Si pincháis aquí podréis ver todas las fases del proceso (que solo se realiza en Elche), pero os lo resumo: cuando el sol le da a la hoja esta se vuelve verde, así que se trata de conseguir formar un envoltorio con las palmas exteriores que proteja de la luz a las que nacen en el centro, en lo que se llama el ojo de la palmera, de forma que esas mantengan su color amarillento.

Artesanas trenzando palmas

La última parte del proceso es el trenzado. Los hombres llevan palmas lisas (que llegan a medir incluso más de tres metros de altura), pero las mujeres y los niños suelen llevarlas trenzadas, una artesanía única en el mundo que llega a unos extremos de virtuosismo absolutamente espectaculares.

Una impresionante palma en forma de pequeña capilla

Aparte de los talleres tradicionales hoy hay también un Taller Municipal que forma a gente en esta artesanía de cara a que la tradición no se pierda, y también un concurso entre las piezas más espectaculares. Algunas, como las que pueden verse en estas fotos, son pequeñas obras de arte efímero.

Palma en forma de Cristo crucificado

De Elche salen cada año unas 100.000 palmas lisas y otras 8.000 «rizadas» para toda España y gran parte de Europa. en cuanto a las rizadas, es tradición que las palmas que llevan la familia real española o el papa sean un regalo de los talleres ilicitanos. Os dejo unas imágenes de hace algunos años para que podáis verlas:

Impresionante, ¿no? Pues bien, para que os hagáis una pequeña idea de lo que es la procesión de cada Domingo de Ramos, con miles y miles de personas con sus palmas, aquí os dejo un breve reportaje que lo muestra perfectamente.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

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El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra

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Un Cristo heroico en Zaragoza

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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Al norte de La Rioja hay un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes llamado San Vicente de la Sonsierra, conocido por una tradición que tiene un curioso nombre: los «picaos». ¿Quiénes son? Personas anónimas que de forma voluntaria se flagelan la espalda como acto de fe y penitencia por sus pecados. El nombre de «picaos» viene del hecho de que después de unos 800 azotes otra persona se la pica para que sangre y evitar así un enorme hematoma con una bola de cera que lleva incrustados cristales puntiagudos (doce heridas, seis en cada lado de la espalda, por los doce apóstoles).

Es un rito ancestral que se repite tres veces al año, en Semana Santa, para la Cruz de mayo (el día 3) y para la Cruz de septiembre (el 14). Lo de «rito ancestral» parece un lugar común, porque son dos palabras que muchas veces se usan juntas, pero en este caso lo es de verdad. Y además único, porque en ningún lugar ha sobrevivido algo que en otras épocas debió ser bastante común. Como prueba podemos ver este cuadro que Goya pintó a principios del siglo XIX y que representa algo casi idéntico a lo que vemos en la fotografía.

"Procesión de disciplinantes", de Goya

«Procesión de disciplinantes», de Goya

Un grupo de penitentes con la cara cubierta, algunos con capirote (que viene de la «coroza» de los condenados por la Inquisición). Algunos se azotan la espalda e incluso van vestidos de forma muy parecida a los «picaos», y otro lleva atado a los brazos un travesaño de madera (como los «empalaos» de Valverde de la Vera, de los que hablaremos otro día). Igual que en la fotografía, la escena se desarrolla delante de una imagen de la Virgen (también hay otros pasos, como un crucificado al fondo), con estandartes, numeroso público… es evidente que también estamos en Semana Santa.

Disciplinantes en un grabado del siglo XV

Disciplinantes en un grabado del siglo XV

Cuando Goya pinta esta procesión probablemente intenta mostrarnos el atraso de España respecto a otros países europeos. No hay que olvidar que él, con todas sus contradicciones, es un hijo de la Ilustración, y que ya Carlos III había intentado prohibir en 1777 «los disciplinantes, empalados y otros géneros de penitencia«. Lo cierto es que cambiar las costumbres cuesta mucho y aquella venía de muy, muy lejos. Nada menos que de una Edad Media cuya herencia, por aquel entonces, se quería erradicar.

San Francisco recibiendo los estigmas

En los siglos XII y XIII hay un auge de la devoción por la pasión de Cristo. Por un lado, el ambiente de las Cruzadas; por otro, la enorme influencia de San Francisco de Asís, que según la tradición había recibido directamente de Cristo sus cinco llagas en su propio cuerpo (lo que se conoce como estigmas). El papel de los franciscanos en el desarrollo de la Semana Santa sería fundamental, y ellos serían los que impulsaron la creación de cofradías de disciplinantes cuya principal devoción era la Vera Cruz

Ermita de San Juan de la Cerca, sede de la cofradía de la Vera Cruz de San Vicente de la Sonsierra

Hoy subsisten muchas cofradías de la Vera Cruz, pero de todas ellas la única que ha mantenido esta tradición de los disciplinantes ha sido la de San Vicente de la Sonsierra, cuyos estatutos datan nada menos que de 1551. De hecho, lo que hoy se sigue viendo parece que se haya conservado en una cápsula del tiempo y que de pronto nos lleve a época muy remotas, siglos atrás. Creo que para hacernos una idea lo mejor es verlo:

De todo lo que hemos visto hay una cuestión que a mí me parece muy importante: el absoluto anonimato de los «picaos». Eso elimina el componente exhibicionista (que tan importante es en muchos costaleros sevillanos, por ejemplo) e introduce un elemento muy interesante: la máscara. Hay quien dice que colocársela y ver el mundo a través de dos agujeros te introduce en una dimensión distinta, entre otras cosas porque los que están alrededor hablan de ti como si no pudieras oírlos. Supongo que eso, unido al ritmo monótono e incesante de los latigazos, te puede hacer llega a entrar en una especie de trance. No lo sé, nunca he experimentado nada parecido, aunque no puedo negar que me produce una enorme curiosidad.

Anonimato

¿Qué puede llevar a una persona a hacer algo así? Arrepentimiento, remordimientos de conciencia, una extraña forma de agradecimiento, un cierto masoquismo… No lo sé, sinceramente. Pero algo ha cambiado en mí en estos últimos años, supongo que debido a la edad. Cuando era más joven me hubiera escandalizado de que algo así siguiera ocurriendo en el siglo XX (yo nací en el 71), lo hubiera considerado un signo de retraso, hubiera pensado que había que acabar con estas manifestaciones… hoy ya no lo veo así. Hoy pienso que la vida es dura, maravillosa pero dura, y que cada uno la afronta como mejor puede. Las soluciones que a unos les sirven a otros no, y al revés. Yo no entiendo qué alivio puede encontrar alguien en mortificarse de esa manera, pero es evidente que esas personas lo encuentran y que se sienten mejor. Si no hacen mal a nadie, y yo creo que no lo hacen, ¿quién soy yo para pensar que no deberían hacerlo?

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

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El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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Cada Jueves Santo por la noche tiene lugar en León una procesión alucinante que no tiene nada que ver con la imagen de sobriedad que tenemos de la Semana Santa castellana: el entierro de Genarín. Para unos, puro surrealismo delirante. Para otros, una herejía de mucho cuidado y una burla de lo más sagrado. Los hay que piensan que es una expresión de libertad, otros lo ven como una tradición con mayúsculas y muchos como una grandísima concentración de borrachos. ¿Qué es realmente? Pues un poco todo eso y seguramente mucho más, pero antes de nada veamos un resumen de lo que esa noche se vive en León para empezar a formarnos una opinión. Si después de verlo consideráis que lo que hay aquí puede herir vuestra sensibilidad… podéis seguir leyendo, pero luego no digáis que no estabais advertidos.

Lo primero de todo: ¿quién era Genarín? Pues un leonés feo, pequeñete, pícaro, borracho, jugador y putero, hablando mal y pronto. Conocido por toda la ciudad, pasaba el día yendo de taberna en taberna jugando al mus, bebiendo vino y comiendo, cuando venían bien dadas, un trozo de pan, queso y una naranja. Eso de día, pero de noche… en cuanto el sol caía los pies le llevaban hacia el barrio de San Lorenzo, lo peor (o lo mejor, según quién lo cuente) de León, donde estaban la taberna del Tuerto, el figón de la tía Casilda, la tasca de la Maldades, la cantina del Carabina, el burdel de Doña Francisquita y el de la Bailabotes… que Genarín recorría con la misma devoción que si fueran las estaciones del Vía Crucis, o más.

Genarín en su paso, seguido de sus devotos y de la Muerte

¿Y qué tiene que ver alguien así con la Semana Santa? Pues para su desgracia, mucho, pues murió la noche del Jueves Santo de 1929 atropellado por el primer camión de la basura que hubo en la ciudad (conocido como «la Bonifacia«), mientras hacía sus necesidades junto a la muralla. Antes de eso la última tasca que visitó fue la del Esteban, en cuyo lugar hay hoy un solar en el que dicen que han visto el espectro de un hombrecillo con una botella de orujo en la mano. El caso es que de allí fue andando (de lado a lado de la calle, imaginamos) hasta el lugar de su «martirio».

Cubos de la muralla de León

Allí quedó muerto, al pie de la tercera torre de la muralla, y poco después se lo encontró la Moncha, una de las pupilas de Doña Francisquita (dueña del burdel más famoso de la ciudad, de calidad más que probada) a la que un ricachón puso casa de querida en la carretera de los Cubos (llamada así por los cubos o torres de la muralla junto a la que cayó nuestro héroe). Vaya usted a saber por qué, aquella mujer llevaba en la mano un periódico con el que piadosamente tapó su cara. Cuál no sería su sorpresa al ver que el rostro de Genarín había quedado impreso en él. Os va sonando todo, ¿no?

Paso de La Moncha

Cuentan sus devotos que el primer milagro de Genarín fue, precisamente, la conversión de la Moncha, que a raíz de aquel susto debió ponerse a reflexionar («polvo somos«, «que me pille confesada» y todo eso) y dejó la profesión que tan popular la había hecho, volviéndose para su Lugo natal. Luego vendrían al menos otros tres, tan discutibles e inverosímiles como ciertos, según dicen sus devotos.

Esquela de Genarín en la que se nos cuentan algunos datos curiosos, como que era viudo, tenía cuatro hijos y una de sus hermanas era monja

Lo normal hubiera sido que el recuerdo de Genarín se perdiera rápidamente, pero… ahí está la labor de los cuatro evangelistas: Nicolás Pérez «Porreto» (árbitro de fútbol), Eulogio «el gafas» (taxista de profesión, coplero de devoción), Luis Rico (hombre de buena familia que dilapidó su fortuna en juergas con los amigotes) y Francisco Pérez Herrero (poeta), que ya al año siguiente decidieron rendirle homenaje reuniéndose en la Plaza del Grano y recorriendo las tascas y burdeles que Genarín acostumbraba a visitar. A partir de ahí nacería el mito, que se fue enriqueciendo con historias y más historias que los devotos del culto genariano cuentan y analizan detenidamente entre copa y copa de orujo.

Cabezudos que representan a los cuatro evangelistas en la procesión

Aquel sentido homenaje de cuatro amigos rápidamente se convirtió en una gran manifestación popular, que dio lugar incluso a la «Cofradía de Nuestro Padre Genarín«, que todavía existe (para formar parte de ella sólo tienes que entrar aquí, y para oír hablar a su hermano mayor aquí).

Inexplicablemente (dada la escasa permisividad de nuestra dictadura) hasta 1957 no tuvieron problemas con la celebración, pero aquel año se prohibió y no se recuperaría hasta la llegada de la democracia. Para entonces sólo quedaba vivo uno de los evangelistas, pero consiguió darle al entierro el suficiente impulso como para que llegara hasta hoy en un excelente estado de salud, convertido en una fiesta multitudinaria en la que «casualmente» todo parece una parodia de la Semana Santa de toda la vida. Para empezar, el ritual empieza con la «Santa cena» de los miembros de la cofradía en la que se recibe a los nuevos cofrades con abundante orujo y con las sagradas palabras que se repetirán durante toda la noche:

…Y siguiendo sus costumbres
que nunca fueron un lujo,
bebamos en su memoria
una copina de orujo.

Ya pasada la medianoche los cofrades se dirigen hasta la Plaza del Grano, y en medio de una multitud de unas 15.000 personas comienza la procesión, con los pasos correspondientes: la Cuba (en el que van las ofrendas), la imagen de Genaro, la Muerte y la Moncha, además de los cuatro cabezudos que representan a los evangelistas. Antorchas, versos, abundantes brindis con orujo y un recorrido que termina en el mismo lugar en el que murió Genarín, donde el «Hermano Colgador» trepará la muralla en la que depositará las ofrendas: queso, pan, naranjas, una corona de laurel y, cómo no, una botella de orujo.

Panorámica de la procesión

Todo esto ha dado lugar a libros (el más famoso, el de Julio Llamazares titulado «El entierro de Genarín. Evangelio apócrifo del último heterodoxo español«, una película («Bendito canalla«), versos e incontables páginas de periódico escritas a partes iguales por defensores y detractores de tan pintoresca tradición. Porque nos podrá gustar más o menos, pero lo que nadie puede discutir es que hoy es una auténtica tradición, con los 75 años de vida cumplidos, rituales que se repiten año a año, un auténtico éxito de participación… en fin, una muestra evidente de que en la Semana Santa española también cabe la heterodoxia.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el «padre putas» y el Lunes de Aguas

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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A este que escribe hay pocas cosas que le gusten más que la Semana Santa (yo aún diría más: ninguna), así que a lo largo de este mes os iré contando en este blog historias tanto de la Semana Santa más conocida como de la más insólita, porque tradiciones las hay para todos los gustos. Y para demostrarlo he decidido empezar por el final, o sea, no por la Semana Santa sino por el día después: el Lunes de Pascua. ¿Y por qué? Pues porque en Salamanca hay una tradición que me encanta y que tiene muy poco de convencional, así que nos vamos para allí.

Salamanca desde la otra orilla del Tormes

La tradición viene de lejos, nada menos que del siglo XVI. Por aquel tiempo Salamanca es famosa en toda Europa por su universidad. 8.000 estudiantes tiene por aquellos años, que se dice pronto, y claro, con los estudiantes… pues de todo un poco y de prostitución un mucho. El mayor burdel de Europa, dicen las malas lenguas. Sodoma y Gomorra todo junto, vamos. La cosa venía de lejos (acordaos de «La Celestina«, que entre sus muchas habilidades contaba con la de remendar virgos y dejarlos como nuevos), y de la calidad de los servicios ofrecidos en la ciudad sirven como testigo estos versos:

A Toledo, por la espada.

A Valencia, por las frutas.

A Rioja, por bon vino

y a Salamanca por putas.

Puro lirismo, ¿a que sí? Tan escandaloso debía ser el asunto que ya el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, lo organizó con el obispo para agruparlas a todas en la Casa de la Mancebía bajo la tutela de un personaje al que se conocía con el poético nombre de «padre putas» (ya que solía ser un sacerdote e incluso canónigo de la catedral), que debía encargarse de suministrarles alimentos, medicinas… pero también de mantener el orden, algo que debía ser harto complicado. Obviamente tan alta responsabilidad no podía dejarse en manos de cualquiera, y el elegido tenía que contar con el beneplácito del ayuntamiento. Por cierto, hoy el «Padre Lucas» es el cabezudo más querido de Salamanca. Os imagináis de dónde viene, ¿verdad?

Un personaje todavía popular, como puede verse

El caso es que por si faltaba animación en 1543 llega la Corte, porque el príncipe Felipe (el futuro Felipe II) se va a casar allí con María Manuela de Portugal. Y claro, la ciudad organiza unos festejos como Dios manda, con un de todo: corridas de toros, justas, torneos…

La feliz pareja

Esto en el programa oficial, pero en el extraoficial… juerga garantizada para todos. Tabernas a gogó, pícaros y celestinas, casas de mancebía en cada esquina y prostitutas para todos los bolsillos. Un no parar, vamos. En Salamanca se peca contra el sexto y contra todos los demás mandamientos escritos y por escribir, y el rey se queda tan escandalizado de lo que ve y de lo que le cuentan que decide tomar cartas en el asunto. ¿Qué hace? Pues deja bien clarito que por lo menos durante la Cuaresma nada de carne, ni de una ni de la otra, y como no se fía mucho de sus despendolados súbditos salmantinos ordena que cuando llegue el Miércoles de Ceniza todas las prostitutas pasen en barca a la otra orilla del Tormes, conducidas, como no, por el  «padre putas». Las pobrecicas mías no podían acercarse a menos de una legua de la ciudad so pena de ser castigadas con 100 azotes, de donde viene la frase «Estar como putas en Cuaresma«, o sea, sin un real.

Estudiante tonto y ramera lista (fijaos en su mano derecha y lo entenderéis)

¿Hasta cuándo duraba esta situación? Pues hasta el Lunes de Pascua, que era cuando nuestro buen amigo el «padre putas» volvía a conducir a las meretrices a la ciudad. Eso sí, como había que celebrar por todo lo alto que se había acabado la abstinencia, los estudiantes organizaban una enorme fiesta pasándolas a buscar a la otra orilla en barcas engalanadas para la ocasión, que para algo eran las reinas del día. ¿Os imagináis el jolgorio, con los estudiantes, la música, el vino, las chicas con sus mantones de picos pardos…? Tan vistoso era que gran parte de la ciudad acudía a verlo y se sumaba al festejo, que solía acabar en una gran borrachera colectiva y… y ya sabéis qué, ¿o no? Todas esas hormonas reprimidas durante mes y medio se volvían locas y aquello era el despiporre.

Hoy el Lunes de Aguas sigue siendo una fiesta en Salamanca, aunque ha cambiado mucho. La Cuaresma ya no es lo que era, y la abstinencia de comer carne (del tipo que sea) es hoy algo privado. Sin embargo se sigue celebrando por todo lo alto que se ha acabado ese tiempo de privaciones y se sale a comer a la orilla del Tormes, con amigos o en familia. ¿Sabéis el qué? Pues el hornazo, algo completamente carnívoro para compensar la abstinencia que supuestamente se ha guardado durante más de cuarenta días. ¿Os imagináis de qué está relleno? Pues jamón, chorizo, lomo adobado y huevos cocidos como mínimo. La fiesta de la lujuria se ha sustituido, pues, por la del colesterol, pero ¿no es eso acaso una metáfora de nuestros tiempos?

Un hornazo como Dios manda

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

El entierro de Genarín

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

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Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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Parece mentira cómo pasa el tiempo, pero ya hace tres años y medio que cerró la Expo, así que ya va siendo hora de acercarnos con otros ojos a ver qué quedó de todo aquello. En este tiempo se ha oído decir de todo, pero de lo que no se ha hablado mucho es de que nos dejó una estupenda colección de magníficos edificios de vanguardia, muy diferentes además unos de otros. ¿Qué os parecería veniros a dar una vuelta con nosotros una mañana de marzo para descubrirlos?

El palacio de congresos iluminado. Espectacular

Vamos a hablar de un edificio tan elegante como el pabellón de España, de los alardes de ingeniería que suponen los puentes, de la extraña belleza del pabellón de Zaha Hadid, con unas formas que según dicen recuerdan a un gladiolo y que hacen un contraste tremendo con las potentísimas líneas rectas del palacio de congresos… en fin, un poco de todo.

El pabellón-puente, tan extraño como hermoso

Intentaremos descifrar el porqué de algunos detalles chocantes y relacionar estos edificios con otros que hay por el mundo, hablaremos de los arquitectos y sus intenciones y también veremos algunos de los proyectos que no ganaron, buscaremos nuevas perspectivas cruzando los puentes o bajando a la orilla del Ebro… en fin, que pasaremos una estupenda mañana de primavera disfrutando de la arquitectura y la naturaleza.

Cuándo – Domingos 11, 18 y 25 de marzo y 1 de abril a las 11’30

Dónde – Entrada de la pasarela del Voluntariado en la orilla de Ranillas

Precio – 8 € (7 € para jubilados, parados y estudiantes menores de 26 años)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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