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Archive for the ‘actividades’ Category

En este mes de febrero que dedicamos al amor no nos podíamos olvidar de una de sus caras: el desamor. Porque con todos los matices que queráis ponerle de odio, despecho, rencor, desengaño… el desamor no deja de ser otra forma de amor, y quizá la más intensa de todas. Y para demostrarlo, he elegido mis tres canciones preferidas, una española, una mejicana y una francesa (o más bien en francés, porque Jacques Brel era belga). Y empezamos por la primera:

«Te lo juro yo», mi copla preferida, cantada nada más y nada menos que por Lola Flores, que le saca a la letra todo el desgarro que tiene. Quintero, León y Quiroga, la Santísima Trinidad de la Copla, lo dejaron claro desde el primer verso: «Yo no me dí cuenta de que te tenía / hasta el mismo día en que te perdí«. Te he despreciado, me he hecho la interesante, he pasado de tí, te he dado celos pensando que aguantarías todo y que siempre te tendría ahí como Plan B… y resulta que me he pasado de la raya, se ha roto la cuerda de tanto estirarla y en ese mismo momento me he dado cuenta de lo que perdía. Para matarla, podréis pensar. Pues sí, para matarla, pero resulta que no es algo tan raro. Haced memoria, pensad en vuestra historia personal o en la de vuestros conocidos y seguro que encontráis a personajes así. Dispuestos a nada cuando lo tienen todo y dispuestos a todo cuando no tienen nada. Porque eso sí, ahora, cuando lo ha perdido, es capaz de cualquier cosa, de lo que sea, con tal de recuperar su amor: «Echame a los ojos un puñao de arena / mátame de pena / pero quiéreme«. Merece la pena escuchar la letra sin prisa y paladear la maravillosa interpretación de Lola Flores, que hace creíble esa copla como nadie, pero también me gusta de vez en cuándo oírsela a Manuel Bandera en «Las cosas del querer».

La segunda nos lleva hasta México, y es «Pa’todo el año», del inmenso José Alfredo Jiménez. Como decía Sabina «Las amarguras no son amargas / cuando las canta Chavela Vargas / y las escribe un tal José Alfredo«. Pues bien, en este caso os propongo oír la canción en la voz de María Dolores Pradera (que a sus 86 años sigue cantándola como nadie).

De entrada ya queda claro el tema: la pérdida del amor. «Por tu amor que tanto quiero / y tanto extraño«. Aquí no tenemos a alguien que se lo haya jugado todo y lo haya perdido, como en «Te lo juro yo«, sino a alguien que es el mejor retrato posible del abandono. Alguien que intenta superar esa inmensa pérdida y que no puede, y que se revuelve contra eso con desesperación. ¿Cómo es el otro? No lo sabemos, porque ni hay reproches ni insultos contra él. A lo mejor no es culpable de nada, salvo de haber dejado de querer a esa persona (algo que no se puede controlar). A lo mejor sí. No lo sabemos. Lo único que sabemos es que ella sigue completamente enamorada, pese a que diga con una mezcla de chulería y amargura que «Para de hoy en adelante / ya el amor no me interesa«. Hay un momento de la canción que a mí me pone los pelos de punta, y es cuando dice: «Si te cuentan que te vieron muy borracha / orgullosamente diles que es por tí, / porque yo tendré el valor de no negarlo / juraré que por tu amor me estoy matando / y sabrán que por tus besos me perdí«. ¿Conocéis algo más estremecedor, más desesperado, que produzca una desolación mayor que esos pocos versos? Pues sí, porque la canción aún sigue ahondando en el dolor hasta llegar al clímax final, cuando dice aquello de que «aunque yo no lo quisiera / voy a morirme de amor«. En fin, sublime. Os dejo también la versión original, la de José Alfredo Jiménez, que además de escribir interpretaba sus propias letras como nadie.

Y ya para acabar nos vamos a la más terrible de las tres, porque es un grito desesperado: «Ne me quitte pas». Seré capaz de lo que sea, pero no me dejes. «Moi, je t’offrirai / des perles de pluie / venues d’un pays / oú il ne pleut pas«. Yo te ofreceré perlas de lluvia venidas de un país en el que no llueve. Te ofreceré cualquier cosa, dice, pero no me dejes, por favor, no me dejes.

Al fin y al cabo, podemos volver a donde estábamos. Cosas más raras se han visto, dice: «On a vu souvent / rejaillir le feu / de l’ancien volcan / qu’on croyait trop vieux«. A menudo se ha visto como volvía a salir fuego de un volcán que todos creían que ya era viejo, o que de la tierra quemada nacía más trigo que el que da la mejor primavera. No me dejes, podemos volver a intentarlo. No me dejes. Hasta aquí es tremenda, pero lo estremecedor de verdad es el final. Está dispuesto a todo, a todo, por nada. Me esconderé a verte bailar, cantar, reír… «Laisse-moi devenir / l’ombre de ta main / l’ombre de ton chien«. Déjame convertirme en la sombra de tu mano, la sombra de tu perro. Es estremecedor pensar que somos capaces de cualquier cosa por conservar ya no el amor, sino una ficción del amor, y creo que nadie lo ha expresado mejor que Jacques Brel en estos versos (para tener la letra en francés entrad aquí). Aunque la Piquer… estuvo muy cerca, cuando cantaba aquello de «Dime que me quieres». Aunque no lo sientas, aunque sea mentira… pero dímelo.

Otro día más, pero de momento si queréis descubrir muchas más HISTORIAS DE AMOR EN FEBRERO, entrad aquí. Os dejo un resumen de lo que podréis encontrar:
  • Viernes 13 y sábado 14 de febrero a las 21’30 – CENA TEATRALIZADA: UNA NOCHE CON LOS ROMAÑOS
  • Sábado 14 y domingo 15 a las 8’00 – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: LOS AMANTES DE TERUEL
  • Sábado 14 a las 19’00 y domingo 15 a las 11’30 – UNA HISTORIA DE LA LUJURIA EN ZARAGOZA
  • Domingos a las 11’00 – AMORES Y DESAMORES EN EL MUSEO DE ZARAGOZA 

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Tenemos montones de planes para descubrir Zaragoza en familia esta Navidad, y aquí os dejo uno: vamos a coger los relojes, los vamos a retrasar unos 1.900 años y nos vamos a ir a pasar un rato a Caesaraugusta. Si venís os vais a encontrar con una ciudad floreciente, animada y con muchísimo movimiento por todas partes. Allá por el 14. a.C., año más o menos, Augusto había decidido convertir la vieja Salduie de los íberos en una ciudad de verdad, y poco a poco irían haciendo su foro, su puerto, su teatro, sus murallas… ¡¡¡de todo!!! Eso sí, hoy no nos vamos a ir a ver sus monumentos ni a pasear por sus calles. ¿No? Pues no, porque como somos unos cotillas nos vamos a meter en las casas de sus habitantes.

El comedor de unos caesaraugustanos ricos. ¿Qué os parece?

¿Sabéis dónde se conservan los muebles, los mosaicos (como el de Orfeo, con una historia de lo más interesante), las esculturas, las vajillas de cerámica, las joyas… de los habitantes de aquella ciudad? Pues en el Museo de Zaragoza, en la Plaza de los Sitios. Allí podremos descubrir montones de cosas curiosas sobre los romanos: qué comían y qué no comían, a qué jugaban, cómo se vestían… ¿Sabíais que lavaban la ropa con orina? ¿Y que no podían comerse unos simples huevos fritos con patatas ni una ensalada de tomate, porque faltaban mil y pico años para que el tomate y la patata llegaran de América? ¿Y qué…?

Yo también quiero una fuente así para mi casa

Ya sabéis, si queréis descubrir todo eso y mucho más sobre los romanos… os esperamos.

Cuándo –  Miércoles 26 de enero y 2 de febrero a las 11’30 y a las 17’00

Dónde – Museo de Zaragoza, Plaza de los Sitios

Precio – 7 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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El Patio de la Infanta es uno de los rincones más espectaculares y menos conocidos de Zaragoza. Está lleno de docenas y docenas de imágenes en relieve, entre las que están algunos de los trabajos de Hércules. ¿Sabéis quién era? Pues para empezar esta historia desde el principio nos tenemos que ir muchos, muchísimos años atrás. Seguro que habéis oído hablar de Zeus, ¿no? Pues ya sabréis que era el dios más dios de todos, el capo del Olimpo. ¿Y sabéis cómo se había ganado su prestigio? Pues escuchad a las musas, que están deseando contárnoslo.

A lo que vamos. Resulta que Zeus se había enamorado de Alcmena. Bueno, enamorado igual es mucho decir, porque a Zeus le gustaban casi todas y casi todos, así que… En fin, la cuestión es que estaba encaprichado con Alcmena, una chica guapa que además era hija de un rey, o sea, princesa. Hasta aquí ningún problema, ¿no? Pues sí, porque Hera, la mujer de Zeus, estaba aborrecida de aguantar que su marido le fuera infiel hasta con el lucero del alba, porque donde ponía el ojo ponía la bala. Casi nadie se atrevía a decirle que no, pero cuando le daban calabazas estaba dispuesto a convertirse en lo que hiciera falta por una buena ración de sexo sin compromiso: en lluvia de oro para caer sobre Danae, en toro para raptar a Europa, en águila para llevarse al hermoso Ganimedes al Olimpo, en cisne para pasar un rato estupendo con Leda…

Zeus y Alcmena a punto de caramelo

¿Sabéis como conquistó a Alcmena? Pues engañándola y haciéndose pasar por su marido. Eso sí, aunque Alcmena no se da cuenta, está bien claro que el que está en la cama es Zeus. ¿Veis el águila que hay a sus pies? Pues es su símbolo, así que no queda ninguna duda. Lo malo es que el pavo real es el animal de su mujer, y por lo que parece no se pierde detalle. ¡Pobre Hera! La cuestión es que Alcmena se quedó embarazada de Zeus pensando que era su marido, que volvió al día siguiente de la guerra y… también se quedó embarazada de él. ¿Cómo lo veis? En fin, la cuestión es que nacieron dos niños, uno de cada padre: el légitimo Ificles y el otro… Hércules, que es el que nos interesa.

Hércules, ya criadico

Ya os podéis imaginar que la pobre Hera no le tenía mucho cariño a Hércules. Para empezar, intentó retrasar el parto todo lo que pudo. Luego envió dos serpientes a matarlo en la cuna, pero la criatura, que ya apuntaba maneras, se las cargó en un suspiro. También cuentan que Zeus engañó a Hera para que amamantase al niño, pero cuando ella se dio cuenta lo apartó rápidamente, el chorro de leche salió disparado y… ¡¡¡nació la Vía Láctea!!!

Estos dioses, a la que te descuidas crean una galaxia

El caso es que con Hera o sin ella el niño se criaba divinamente, sano y fuerte. ¿Fuerte? Mucho más que fuerte. Hasta un poco brutote y bestia, diría yo. Y entre que no controlaba mucho su fuerza y que Hera, que no lo podía ni ver y no descansaba, le echó en la copa un veneno que le provocó un ataque de locura, sin querer mató a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Cuando descubrió lo que había hecho se volvió loco de dolor, acudió a la sibila délfica (una especie de adivina que predecía cosas que no entendía nadie, con lo cual siempre acababa acertando) y ella le dijo que tenía que llevar a cabo diez trabajos (que luego fueron doce, porque Hera se puso puntillosa y dijo que dos no valían, que le habían ayudado y que así cualquiera). ¿Sabéis cuáles fueron esos doce trabajos? Otro día os lo cuento, pero aquí os dejo un resumen:

Por cierto, a raíz de aquellos trabajos fue acumulando «pingos». La piel del león de Nemea, que llevaba siempre encima; las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, que le aseguraban la vida eterna…

En la mano las manzanas, pero ¿a quién le importa eso?

Y llegamos a lo que nos interesa: en el Patio de la Infanta aparecen representados cinco de los trabajos de Hércules. ¿Cuáles son? ¿Qué hacen allí? ¿Tiene eso algún significado oculto? Pues si queréis saberlo, aquí tenéis una propuesta que no podréis rechazar: gracias a Ibercaja, su actual propietaria, va a ser posible hacer unas visitas en las que no sólo veremos el patio, sino que… ¡¡¡subiremos a la galería de la primera planta!!! ¿Os imagináis pasear entre esos arcos, como aquellas gentes del Renacimiento? Pues ahora podéis hacerlo.

Cuándo – Sábados a las 18’00

Dónde – Puerta del centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja, C/ San Ignacio de Loyola.

Precio – 10 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

Hércules luchando con el gigante Anteo en un relieve del patio

 

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La Aljafería es un palacio encantado y encantador lleno de historias y leyendas. En sus mil años de historia sus muros han sido testigos de todo tipo de romances, unos reales y otros imaginados, unos más apasionadas y otros menos, algunos con final feliz y otros de lo más desgraciados. Don Quijote, Gaiferos, Melisendra, Felipe de Gali, Manrique, Leonor… son algunos de sus protagonistas. ¿Quieres conocerlos mejor? ¿Sabías, p.ej., que «El retablo de Maese Pedro» de Manuel de Falla parte de una historia del Quijote, que a su vez parte de antiguos romances medievales? ¿Y que esos romances cuenta la desdichada historia de Melisendra, hija del emperador Carlomagno y presa de los sarracenos en la Aljafería? ¿Y que su amado Gaiferos estaba tan pancho en Francia, pensando tranquilamente en rescatarla un día de estos, mientras ella lloraba encerrada en una torre del palacio?

«El retablo de Maese Pedro»

¿O que Verdi, cuyo bicentenario celebramos este año, situó una gran parte de su ópera «Il trovatore» en la Aljafería, que sería el escenario de las desventuras de Manrico y Leonora? ¿Os imagináis a María Callas cantando su amor por los patios del palacio? Pues aquí os la dejo diciendo que la noche estaba plácida, el cielo sereno, la luna plateada… cuando de pronto escuchó su nombre y la tierra se convirtió en cielo en un instante.

En fin, que si queréis saber mucho más sobre las HISTORIAS DE AMOR EN LA ALJAFERÍA nada mejor que participar en la visita que hemos organizado durante los domingos de diciembre:
Cuándo – Domingos de diciembre a las 11’30
Dónde – Junto a las taquillas
Precio – 8 € (jubilados y estudiantes menores de 26 años, 7 €; parados, 5 €)
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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En 1550 Gabriel Zaporta, con motivo de su matrimonio con Sabina Santángel, inauguró un espléndido patio en la casa que tenía en pleno centro de Zaragoza. Como era rico hasta decir basta se pudo permitir el lujo de decorarlo de arriba a abajo, sin dejar ni un centímetro libre. Los envidiosos seguro que pensaron que eso era de nuevo rico, que al fin y al cabo aquello estaba un poco «demodé» y que lo que se llevaba entonces era un rollo mucho más sobrio y monumental (no pobre sino austero, que no es lo mismo). Eso sí, qué queréis que os diga: a él le dio igual. Y lo mismo cuando se hizo su capilla para enterrarse en la Seo, donde también tiró la casa por la ventana. Seguro que pensó aquello que decían nuestras abuelas: «Ya que sea, que se vea«. Pues eso, que se note dónde hay dinero. Y vaya que si se notó.

Docenas de historias se esconden en este fastuoso patio

Espectacular, ¿no? Pues eso no es lo mejor. Lo que de verdad es impresionante es que todas y cada una de esas imágenes están ahí por algo, para contar una historia. O muchas historias que forman una sola, más bien. Una historia de amor, para empezar, porque al fin y al cabo el patio se había hecho con motivo de un bodorrio, ¿no? Y ahí están los ocho planetas que entonces se conocían del sistema solar representados en cada una de las columnas, y colocados tal y como estaban el día de la boda. Pero también una historia de ambición, porque sólo una ambición desmedida había podido llevar a Gabriel Zaporta a conseguir que Carlos V le concediera un título de nobleza. El, que era de familia de judíos conversos (igual que su mujer) no hubiera podido ni soñarlo. ¿Cómo lo logró? Pues prestando dinero al Emperador, que andaba siempre de campaña en campaña y el pobre tuvo problemas económicos toda la vida.

Un cóctel de amor, poder, lujo y ambición. ¿Se puede pedir más?

Agradecido no se puede decir que no fuera, porque en el patio se hinchó de hacerle la pelota a Carlos V, comparándolo con los grandes guerreros y reyes de todos los tiempos (Julio César, Alejandro Magno, Fernando el Católico…) y sobre todo con Hércules, que no se trataba de quedarse corto.

Gabriel Zaporta y Sabina Santángel agazapados en el alero mientras observan a los visitantes

En fin, un estupendo cóctel de amor, poder, ambición y lujo a partes iguales que ahora podemos descubrir gracias a Ibercaja, que fue quien recuperó el patio para Aragón (después de la demolición de la casa había sido desmontado y comprado por un anticuario de París, que lo montó en un muelle del Sena e instaló allí su tienda).  Y es precisamente Ibercaja la que ha tenido una iniciativa estupenda: hacer unas visitas en las que no sólo veremos el patio, sino que… ¡¡¡subiremos a la galería de la primera planta!!! ¿Os imagináis pasear entre esos arcos, como aquellas gentes del Renacimiento? Pues ahora podéis hacerlo.

Cuándo – Sábados a las 18’00

Dónde – Puerta del centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja, C/ San Ignacio de Loyola.

Precio – 10 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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¡¡¡Peligro de ñoñificación del medio ambiente!!! Se acerca una de las fechas más cursis del calendario, o la que más. La prueba de que El Corte Inglés, las Galerías Lafayette, una parte de Hollywood y el contubernio judeo-masónico son capaces de convertir el sentimiento más fuerte y brutal en algo cursi, ñoño, dulzón y controlable. Pero no nos dejaremos. Sobreviviremos a este campo de minas lleno de tartas rosa en forma de corazón, tarjetas en las que alguien ha escrito por nosotros alguna idiotez y besos del capitán del equipo de fútbol con la jefa de las animadoras. El amor es otra cosa, un terremoto que nos arrastra y nos convierte en dioses capaces de todo, incluso de sobrevivir a la muerte. El amor es… la hostia, simplemente. No se puede comparar a nada, no hay forma de contarlo ni de ponerlo en palabras, pero artistas, escritores, cantantes, bailarines… lo han intentado desde que el mundo es mundo.

Eso es un beso, sin tontadas

Por eso nos apetece pasar el mes de febrero contando historias de amor, pero de amor de verdad, del que hace que el mundo tiemble. ¿Queréis conocer nuestras propuestas? Pues tenemos unas cuantas, y por cierto, si queréis regalárselas a vuestra pareja entrad aquí y os contamos cómo:

Un escenario ideal para amores legendarios

HISTORIAS DE AMOR EN LA ALJAFERÍA

En sus mil años de historia los muros de la Aljafería han sido testigos de todo tipo de romances, unos reales y otros legendarios, unos más apasionadas y otros menos, algunos con final feliz y otros de lo más desgraciados. Si queréis descubrir cómo se mezclan realidad y ficción en las historias de Gaiferos y Melisendra, Felipe de Gali, el Trovador Manrique de Lara y la hermosa Leonor… os esperamos todos los domingos hasta final de febrero para contároslo.
Cuándo – 27 de enero, 3, 10, 17 y 24 de febrero a las 11’30
Dónde – Frente a las taquillas de la Aljafería
Precio – 8 € por persona (7 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años; 4 € para parados)
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí
Para saber más, pinchad aquí.
El Palacio Larrinaga nació de una historia de amor con final ¿feliz?

El Palacio Larrinaga nació de una historia de amor con final ¿feliz?

EL PALACIO LARRINAGA

Al final de la avenida de Miguel Servet hay un palacio lleno de lujo y leyenda que tiene una gran historia de amor detrás. Hace ya más de cien años que el naviero Miguel Larrinaga, cuyos barcos daban la vuelta al mundo desde su sede de Liverpool, se lo regaló a su mujer, Asunción, nacida en Albalate del Arzobispo. Seguro que habéis visto muchas veces sus puertas cerradas al pasar por allí, pero ¿os imagináis cómo es por dentro? ¿Queréis descubrir con nosotros este fascinante lugar? Pues gracias a IberCaja, su actual propietario, ahora tenéis la oportunidad.

Cuándo – Todos los sábados hasta el 16 de febrero a las 11’30
Dónde – Palacio Larrinaga (Avda. Miguel Servet, 123)
Precio – 10 € por persona (9 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años; 6 € para parados)
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí
Para saber más, pincha aquí.
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RUTA DE LA LUJURIA EN ZARAGOZA
Aquí donde la veis, Zaragoza ha sido de lo más lujuriosa, dicen que entre otras cosas porque siempre fue ciudad de cuarteles, y donde hay muchos soldados jóvenes… ya podéis imaginar. Tenemos, pues, toda una colección de historias de todas las épocas: del descaro de las vedettes de El Plata y el Oasis al ¿recato? de las monjas del Santo Sepulcro, pasando por las calles de la antigua “putería” en las que contaremos historias de adúlteros de lo más libidinosos. Un sinfín de experiencias lujuriosas e inolvidables.
Cuándo – Sábado 16 de febrero a las 18’00
Dónde – Puerta de la iglesia de la Magdalena
Precio –  8 € por persona (5 € con cupón de Regala Zaragoza; entra aquí para descargarlo)
Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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GRANDES «DRAMONES» DE AMOR

¡¡¡Vuelven nuestras cenas con El Atrapamundos!!! 

¿Os apetece conocer algunas de las más grandes y tremendas historias de amor? Sí, de esas en las que en el tercer acto muere hasta el apuntador: asesinatos, crímenes pasionales, adulterios, amores prohibidos, veneno, puñales en la liga y un poco de todas esas cosas que son la sal de la vida. El soberbio Don Juan, la apasionada Carmen, el vengativo Don Mendo, los amantes de Teruel y sobre todo el trovador, el protagonista de la ópera que Verdi (que en este 2013 cumpliría 200 años) sitúo en la mismísima Aljafería de Zaragoza. Todos ellos os esperan para contaros sus historias.

Eso sí, aunque continuamos con El Atrapamundos cambiamos de dirección, porque se han trasladado a la cafetería del Teatro Romano, un lugar de lo más sugerente en pleno centro de Zaragoza. Y también cambiamos de día, porque nos trasladamos a los sábados, algo que muchos de vosotros nos llevabais pidiendo mucho tiempo.

Cuándo – Sábados 9, 16 y 23 de febrero, y también el jueves 14, Día de los Enamorados.

Dónde – Cafetería del Teatro Romano. Se entra por el lateral del Museo, situado en la Plaza de San Pedro Nolasco

Precio – 22 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363

Si queréis saber más y ver el menú, entrad aquí

teatro

Estas son nuestras propuestas para pasar un febrero de lo más apasionado. Ah, y alguna sorpresa más de la que os iremos informando. De momento, os dejo con mi canción de amor (y desamor, y despecho, y rabia y más amor) preferida: «Pa’todo el año». Porque ya lo decía Sabina, «Las amarguras no son amargas / cuando las canta Chavela Vargas / y las escribe un tal José Alfredo«. Aunque eso sí, os la dejo en la voz de María Dolores Pradera, que a mí me gusta mucho más.

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Este verano continuamos con nuestras actividades en familia. ¿Os venís con nosotros a la Aljafería? Dicen muchos viajeros que es el edificio que más les sorprende de Zaragoza, porque no se imaginan un palacio musulmán así de espectacular tan cerca del Pirineo (con razón dicen mis amigos sevillanos que Zaragoza es la ciudad del norte que más parece del sur).

La Aljafería fue palacio de los reyes musulmanes, de los reyes cristianos de Aragón y de los reyes católicos, pero también sede de la Inquisición durante siglos y después cuartel. Todo eso la ha convertido en el lugar más cargado de leyenda de nuestra ciudad. En sus patios aún se oye el rumor de los cuentos, y en cada uno de sus rincones hay historias de trovadores, princesas, brujas… ¿Queréis conocerlas? Pues os invitamos a viajar con los cinco sentidos a la Aljafería de hace más de 1.000 años. Sólo hay que abrir nuestro cofre y saldrán las especias y los aromas de Oriente, las telas de Damasco…

Entre los muros de este palacio encantado y encantador transcurrió gran parte de la historia de Aragón, pero también habitan los protagonistas de cuentos, leyendas y hasta una ópera. ¿Queréis conocerlos? ¿Habéis oído hablar de cómo Sherezade pasó una noche contándole cuentos al sultán, hasta que en vez de matarla se enamoró de ella? Pues nosotros pasaremos una mañana contándoos algunas de las historias de este lugar hasta conseguir que os enamoréis de él.

Cuándo – Domingos a las 11’30

Dónde – Junto a las taquillas de la Aljafería

Precio – 7 € por persona (para familias numerosas, el tercer hijo gratuito).

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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Lo confieso: los saltos de esquí me aburren bastante, pero no me imagino empezar el año sin el Concierto de Año Nuevo, en la Musikverein de Viena. Cuando suena la marcha Radetzky no hay vuelta atrás y estamos ya en el año siguiente, en el futuro, como quien dice.

Enero, pues, empieza austriaco, y este año estamos dispuestos a que siga así, porque vamos a dedicar las «cenas de los martes» en El Atrapamundos a una maravillosa ciudad: Salzburgo. ¿Os venís?

Por cualquier esquina pueden aparecer cantando los niños de la familia Von Trapp

Salzburgo es muchas cosas, pero sobre todo una: pura música. Música de todo tipo, eso sí, porque por cualquier esquina suenan las melodías de las óperas de su hijo más ilustre, Mozart, y también las canciones de una famosísima película rodada aquí. Sabéis cuál, ¿no? Pues uno de mis clásicos favoritos, «Sonrisas y lágrimas«. ¿Os acordáis de Julie Andrews corriendo por las praderas como si fuera Heidi y cantando como una loca? ¿O de cómo les enseñaba las siete notas musicales a los encantadores (y un poco repelentes, lo justo) niños del capitán Von Trapp? ¿Y de cómo les hizo los trajes a todos con unas cortinas viejas, en plan Escarlata O’Hara convertida en monja? En fin, un maravilloso despropósito, un poco ñoño (no demasiado) pero inolvidable.

En fin, que si queréis venir a recorrer Salzburgo con nosotros, conociendo mil y una historias desde «Las bodas de Fígaro» hasta «The sound of music»… os esperamos. Y todo eso mientras cenamos un auténtico menú austriaco. ¿Queréis verlo?

  • Trilogía de salchichas austriacas
  • Kässpätzle (o sea, Spätzle con queso, una especie de pasta austriaca a la que llaman «gorrioncillos»)
  • Codillo al horno con salteado de col verde
  • Apfelstrudel (milhojas de manzana y canela con frutos secos)

¿Suena bien? Pues mejor sabrá. De momento, aquí os dejo todos los datos:

Cuándo – 10, 17, 24 y 31 de enero, a las 21’00

Dónde – Restaurante El Atrapamundos (C/ Mefisto, 4)

Precio – 22 € por persona

Reservas – 976207363 o entrando aquí

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Orfeo, con su lira, tiene a los animales escuchándole con la boca abierta

Para estas navidades os proponemos pasar «Un día con los romanos» toda la familia en el Museo de Zaragoza (Plaza de los Sitios), y para ir calentando motores os iremos contando las historias de algunos de los personajes que viven allí, y también de los animales. Eso sí, id preparados, porque no sólo hay animalillos pequeños y pacíficos, sino que nos podemos encontrar cualquier cosa, desde leones hasta osos. ¿No os lo creéis? Pues ya lo veréis, pero no os preocupéis mucho, porque normalmente están de lo más tranquilos y relajados. ¿Sabéis por qué? Seguro que habéis oído miles de veces que la música amansa a las fieras, ¿no? Pues viendo este mosaico está claro que es verdad. Un hombre toca la lira y a su alrededor le escuchan tranquilamente águilas, serpientes, tigres, leones… ¿Quién puede ser, para tener semejante poder? Pues es Orfeo, y ahora mismo os hablo de él. Pero antes de nada: el mosaico que veis en la foto está en el Museo de Zaragoza, y apareció en una casa romana que estaba por la zona de San Juan de los Panetes. Estaba en el suelo del comedor, así que os podéis imaginar qué lujo. Para que os hagáis una idea os pongo una foto del comedor de otra casa de Caesaraugusta, que era como llamaban a Zaragoza los romanos, y ese sí podréis verlo si venís al Museo.

El comedor de los romanos finos se llamaba «triclinium»

Y ahora, a lo que vamos. ¿Quién era Orfeo? Pues respecto al padre no se ponen de acuerdo, pues unos dicen que era hijo de un rey y otros que del mismísimo dios Apolo. En cuanto a la madre, parece que fue una de las nueve musas, que eran las que inspiraban a músicos, poetas… así que el chico iba para artista ya desde que nació. El caso es que le dio por la música, y que no sólo tocaba bien sino que encima mejoró los instrumentos que había en aquella época. ¿Queréis un ejemplo? Pues a la lira le añadió un par de cuerdas y así sonaba muchísimo mejor, donde va a parar.

Orfeo tocando la lira. Los animales alrededor y él a su marcha, sin desconcentrarse

La cosa es que Orfeo tenía novia, Eurídice, pero cuando iban a casarse, a ser felices y a comer perdices… pues todo se torció. Un día, justo el de antes de la boda, ella iba paseando tranquilamente, pisó una víbora y claro, la otra se revolvió y le mordió un pie. Resultado: Eurídice se murió. ¿Os imagináis el sofocón? Orfeo, desesperado, se puso a tocar su lira, y lo que tocaba era tan, pero tan, tan triste, que todos los que le oían lloraban con él y le aconsejaron que la fuera a buscar al mundo de los muertos.

Caronte, el barquero de los dioses

Resulta que para llegar al Hades, el reino de los muertos, había que atravesar el río Aqueronte. Eso sí, a nado no se podía y la única forma era hacerlo en la barca de Caronte. Hasta aquí todo parece muy fácil, pero Caronte era de lo más pesetero y siempre pedía una moneda, por lo que se enterraba a los muertos con una moneda en la boca, para que le pudieran pagar. ¿Que no la tenían? Pues Caronte les hacía esperar nada menos que… ¡¡¡CIEN AÑOS!!!

«Al pasar la barca / me dijo el barquero…». Os acordáis, ¿no? Pues en la barca de Caronte las niñas bonitas pagaban dinero como los demás, y si no, nada

El caso es que Caronte estaba allí para pasar las almas de los muertos, y cuando Perseo bajó a buscar a Eurídice… estaba muy vivo. «Que no te paso, que te pongas como te pongas no te paso«. «Pero chico, que te voy a pagar, no te pongas así«. «Si quieres que te pase te tendrás que morir«. «Pero hombre, no me digas eso, que soy muy joven todavía«. «Pues tú verás«. Así estaba la conversación hasta que Orfeo se puso a pensar. «¿Qué podría hacer yo para convencer a este hombre?«. ¿Ya os imagináis lo que se le ocurrió? Pues claro, se sentó en una piedra, sacó su lira, se puso a tocarla… y Caronte se ablandó, que tampoco era tan malo. «Hala, venga, que sí, que montes, que te llevo«. Y claro, como el truco le funcionó lo repitió en la mismísima puerta del Hades, donde estaba de portero un perro de tres cabezas, el can Cerbero (os suena lo de «cancerbero», ¿no?).

Orfeo convenciendo a Hades, con todo el jaleo del infierno detrás

La cuestión es que Orfeo llegó hasta donde estaba Hades, el rey del inframundo. Ya os imagináis la cara que se le quedaría, claro: «Y tú, ¿cómo has llegado hasta aquí si estás vivo? Cuando coja yo a Caronte y al can Cerbero les voy a enseñar lo que vale un peine, vaya que sí, menudo par de blandos«. La cuestión es que Orfeo, que ya se había aprendido el truco, se puso a cantarle sus penas a Hades y a su señora hasta que les convenció, pero… siempre hay un pero. «Eurídice te seguirá, pero tú no puedes volverte a mirarla hasta que no hayáis salido al sol. Si no, la perderás para siempre«.

¿Creéis que Orfeo aguantó sin volver la vista?

Orfeo echó a andar sin saber si Eurídice le seguía y aguantó, aguantó y aguantó sin volver la vista atrás, hasta que cuando salió por la puerta del Hades ya no pudo aguantar más, se volvió pensando que Eurídice ya estaría completamente fuera y bañada por los rayos del sol, y… lo único que alcanzó a ver fue como ella se volvía y desaparecía, esta vez para siempre.

Orfeo, en otro mosaico

Después de esto, comprendéis mejor porque el pobre Orfeo pasaba los ratos muertos tocando su lira y cantando sus penas a quien le quisiera oír, ¿no? Y claro, lo hacía tan bien, pero tan bien, tan bien, que todo el mundo se quedaba embelesado, empezando por los animales. Si venís al museo veremos ese maravilloso mosaico que os ponía al principio, contaremos esta historia y muchas más.

Cuándo – 26 de diciembre y 2 de enero a las 11’30 y a las 17’00

Dónde – Museo de Zaragoza, Plaza de los Sitios

Precio – 7 € por persona (familias numerosas, tercer hijo gratuito)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí


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La iglesia del seminario de San Carlos, dedicada en realidad a la Inmaculada Concepción, es una de las más impresionantes de Zaragoza. ¿Quieres recorrerla con nosotros en 10 paradas, para descubrir algunos de los motivos por los que no te la puedes perder? Pues empezamos:

Un exterior austero que va volviendo a la vida poco a poco…

1 – Es el colegio más antiguo de Zaragoza – ¿Cómo? ¿Antes no hubo colegios? Pues claro que los chavales iban a clase (no todos, los que se lo podían pagar), pero es el edificio más antiguo concebido como colegio que se conserva en la ciudad. Lo construyeron los jesuitas en la segunda mitad del siglo XVI y ahí sigue, aunque desde que Carlos III los expulsó en 1767 se trasladó aquí una institución que ya existía, el Seminario Sacerdotal de San Carlos Borromeo.

«Lo bueno, si breve, dos veces bueno». ¿A qué parece que esté a punto de decirlo?

2 – Aquí dio clases Baltasar Gracián – El que probablemente es el escritor aragonés más importante de todos los tiempos, el jesuita Baltasar Gracián, paso aquí algunas temporadas de su vida, escribiendo obras que hoy son mundialmente conocidas.

ES-PEC-TA-CU-LAR

3 – Entrar en su iglesia es viajar en el tiempo – Cuando los jesuitas la miraran por última vez, cuando fueron expulsados, la verían prácticamente como nosotros la vemos ahora. Entrar en ella es viajar al siglo XVII, al barroco más rico y espectacular.

Por todas partes nos rodean imágenes de santos de tamaño natural que nos miran, nos interpelan, nos cuentan cosas…

4 – La vista se pierde entre las docenas de imágenes que nos cuentan sus historias – Por todas partes hay cuadros, relieves, esculturas, inscripciones… que nos están hablando del fascinante mundo de la Contrarreforma. Todo está ahí por algo y tiene un sentido, nada es casual.

El oro del retablo de San José brilla como el primer día después de la restauración

5 – Nos deslumbra el brillo del oro – retablos dorados, bocas de capilla, rejas, relicarios… todo recubierto de resplandeciente pan de oro, que sigue brillando como el primer día. Es como estar dentro del cofre del tesoro o, como dijo un viajero del siglo XVIII, en una «tienda de espejero».

¿Dónde está la trampa?

6 – Sorprendentes trucos barrocos – En el Barroco, puro teatro, nada es lo que parece. Lo que importa es la apariencia de las cosas, así que de vez en cuando nos encontramos con alguna sorpresa que no os revelaré aquí. Si queréis descubrir los «trampantojos», o sea, las trampas que se le ponen al ojo, buscando engañarlo, tendréis que venir.

Portada de la capilla de la Comunión, con la Custodia flotando entre la Fe y la Incredulidad

7 – Una pequeña capilla que es una enorme joya – La capilla de la Comunión, o de San José, o de los duques de Villahermosa, merece una visita detenida por sí sola. Se conserva prácticamente como cuando se acabó, en 1692, pequeña, recoleta y llena de significados por todas partes.

Una imponente escultura de mármol, rezando para la eternidad

8 – La tumba de un duque… y la de una duquesa – Dos esculturas de mármol como estas no tienen nada de normal ni en Zaragoza ni en España. De hecho, se trajeron de Nápoles. Siguen allí y son mucho más que magníficas.

Un conjunto impresionante

9 – Fantásticas esculturas y pinturas bellísimas – Los cuadros de Vicente Berdusán en la capilla de San José o las pequeñas esculturas de San Miguel y el Ángel de la Guarda que hay sobre las puertas de la sacristía son de lo más delicado que se puede encontrar en la Zaragoza barroca. Una delicia para contemplar con calma.

Un pequeño paraíso pintado sobre el altar

10 – Pequeñas y grandes joyas de las artes decorativas – Relicarios, puertas, rejas, frontales de altar pintados sobre estuco o bordados… en cada rincón de esta iglesia aparecen sorpresas como estas.

Estos son 10 de los 10.000 motivos que podríamos haber elegido para visitar la iglesia del Real Seminario de San Carlos. Si os apetece descubrir con nosotros este lugar fascinante, este mes de diciembre tenéis la oportunidad.

 

  • Cuándo – 5, 6, 7, 14, 20 (completo), 21, 27 y 28 de diciembre a las 17’00
  • Dónde – Puerta de la iglesia de San Carlos
  • Precio – 10 € por persona (estudiantes menores de 26 años y jubilados, 8 €; parados, 5 €)
  • Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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