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Archive for the ‘Marzo con Gozarte’ Category

¿Sabíais que en Zaragoza hay un Cristo condecorado? Pues sí, porque el Cristo de la Cama, la imagen más importante de la Semana Santa zaragozana, es ni más ni menos que héroe de los Sitios. Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros por aquel entonces, se la entregó el 15 de junio de 1909, 101 años justos después de que empezara el primer Sitio, en plena celebración del primer centenario.

Cristo de la cama, con la medalla colgando sobre él

La medalla vino con su correspondiente «Certificado para usar la Medalla de Oro conmemorativa del Primer Centenario de Los Sitios de Zaragoza a favor del santísimo Cristo de la Cama de la Real Hermandad de la Preciosa Sangre de Cristo de Zaragoza«. Ahora bien, ¿por qué le dieron una medalla? Es relativamente habitual condecorar a las imágenes, y de hecho unos meses antes la Virgen del Pilar fue nombrada Capitán General, pero el caso de este Cristo es muy, muy particular, hasta el punto de que se le pueda considerar un héroe de guerra.

La medalla

Vamos a viajar hasta los tiempos de la Guerra de la Independencia. El 15 de junio de 1808 los franceses llegan a Zaragoza con la intención de tomar la ciudad rápidamente, pero… aquel mismo día sufren una seria derrota en la llamada «batalla de las eras», y en los días siguientes aquello se va a convertir en un asedio en toda regla, pues los zaragozanos defenderán la ciudad con uñas y dientes. El 2 de julio (con el episodio de Agustina de Aragón y el cañón del Portillo), el 4 de agosto… forman ya parte de la historia de nuestra ciudad, que resiste ante el asombro de Europa entera. Finalmente (y después de la derrota que sufren en Bailén) los franceses levantan el Sitio, aunque con la intención de volver. Y efectivamente, en diciembre ya están otra vez aquí dispuestos a vengar la humillación que habían sufrido ante los muros de Zaragoza y a tomarla como sea, concentrando un inmenso ejército a su alrededor. Será durante este segundo Sitio (que acaba en febrero con la capitulación de la ciudad) cuando tenga lugar el episodio que nos interesa.

Ruinas del convento de San Francisco y de la Cruz del Coso

¿Habéis oído hablar de María la del Cristo, o la del Santo Cristo? Pues bien, es 17 de febrero de 1809. A cuatro días de la capitulación, que será el 20, la situación de Zaragoza es desesperada (se habla de 50.000 muertos en aquellos meses, la mayoría a causa de enfermedades como el tifus). Los franceses vuelan el convento de San Francisco (que ocupaba el solar de la Plaza de España en el que ahora está el edificio de la Diputación Provincial de Zaragoza, sobre el cual hay una placa que lo recuerda) y una mujer, María Blánquez, entra entre las ruinas a rescatar de su capilla al Cristo de la Cama. Ayudada por algunos hombres consigue llevarlo hasta el palacio arzobispal y de allí el Pilar, donde se le coloca en la Santa Capilla con su mano fuera de la reja, para que la gente pueda besar la imagen, que ha recibido algunos disparos.

Placa de la capilla de las heroínas de la iglesia del Portillo, donde el nombre de María Blánquez aparece junto al de la Madre Rafols, María Agustín, Casta Alvarez… «y muchas otras», como dice la inscripción

Así lo contó por aquellos años en sus diarios Faustino Casamayor: «Y hubo muchas voladuras de casas en el Coso, y mucha parte del convento de San Francisco; atreviéndose no obstante una mujer a entrar hasta la capilla de la Sangre de Cristo y, tomando una bandera de las cuatro que figuraban las partes del Mundo, avisó a unos hombres y pudieron sacar la efigie de Nuestro Señor en la Cama que servía para las funciones de Semana Santa, y con ella y con dos hachas marcharon a palacio, la que reverenció y adoró [Palafox], aunque en cama, y mandó se llevase con hachas y se colocase dentro de la Santa Capilla, lo que se verificó colocando la misma cama junto al rejado, frente al altar de los Santos Convertidos, en disposición que pudieran los fieles besar su mano por el rejado«.

Placa colocada junto a la fachada de la iglesia de Santa Isabel

200 años después de aquello, en febrero de 2009, se revivió aquel episodio con un acto organizado por la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia, que así se llama. La Hermandad, que ya existía en el siglo XIII, tuvo su sede en diferentes conventos zaragozanos, llegando al desaparecido convento de San Francisco en el siglo XVII. Por entonces ya se dedicaba a asistir a los condenados a muerte, a la recogida de cadáveres (algo que sigue haciendo) y a la organización de la procesión del Santo Entierro en Semana Santa.

El Cristo de la Cama llevado en andas con ocasión de la salida extraordinaria con motivo del 200 aniversario de su rescate por María Blánquez

Después de los Sitios la Hermandad se instaló en la iglesia de Santa Isabel, donde sigue, y allí fue trasladado el Cristo de la Cama, el único de los pasos de su propiedad que sobrevivió a aquellos terribles meses. En los años siguientes se irían encargando otros nuevos, y a partir de los años 30 del siglo XX nacieron las diferentes cofradías filiales de la Sangre de Cristo, que se fueron haciendo cargo de los distintos pasos. Hoy cada una de ellas organiza sus procesiones propias, pero todas siguen participando en la más importante de la Semana Santa zaragozana, la del Santo Entierro, en la que el lugar de honor sigue correspondiendo al Cristo de la Cama gracias al heroísmo de María Blánquez.

Viernes Santo por la mañana en San Cayetano

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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¿Nunca os habéis preguntado por qué la cerveza Cruzcampo se llama así? ¿Y por qué en Sevilla hay una casa dedicada al mismísimo Poncio Pilatos? Y puestos a buscar respuestas, ¿qué fue del gallo que cantó cuando Pedro negó tres veces a Cristo? Pues si tenéis un poco de paciencia hoy vais a descubrir todo eso y alguna otra curiosidad sevillana relacionada con los orígenes de la Semana Santa. Pero para eso nos vamos a ir hasta la espectacular Casa de Pilatos, donde hay unas cuantas cosas de lo más interesantes.

Fachada de la Casa de Pilatos, con la primera estación del viacrucis a la izquierda de la puerta

Para empezar, ¿por qué se llama así esta casa que hoy pertenece a los Duques de Medinaceli? Pues aunque me encanta que muchos sevillanos digan que Pilatos se alojaba aquí cuando venía a Sevilla a pasar la Semana Santa, mucho me temo que no puede ser esa la razón. En realidad la cosa no viene de tan lejos, sino de unos 500 años atrás, década arriba, década abajo. Resulta que allá por 1518 al primer marqués de Tarifa le dio por hacer un viaje a Tierra Santa, toda una aventura teniendo en cuenta cómo estaban las cosas por aquel entonces con los turcos. El hombre no sólo escribió un diario titulado «De Sevilla a Jerusalén» y se dedicó a contar sus andanzas a todo el que las quiso oír, sino que a la vuelta amplió la casa, incluyendo en la decoración algunos de los «souvenirs» que se había traído.

¿Os suena este gallo?

En la escalera, por ejemplo, hay un cuadrito con un gallo pintado detrás de una reja, se supone que para que no se escape. Y detrás del cuadro, que en realidad es una puerta… una urna con unas cenizas. ¿Os estáis imaginando qué puede ser? ¿No? Pues abrochaos los cinturones, porque nos vamos de viaje al primer Jueves Santo. Jesús y los apóstoles se van a rebajar la cena dando un paseo hasta el monte de los olivos. Los apóstoles se duermen, Jesús se agobia (“Padre, aparta de mí este cáliz“), Judas llega con los soldados a prender a Jesús y en un momento se arma la marimorena, a Pedro le sale el pronto ese que le pierde y le corta la oreja a Malco (no preocuparse, Jesús se la vuelve a poner en su sitio en un pispás). En fin, resumiendo, que los soldados se llevan a Jesús a casa de Anás, y luego de a la de Caifás. Y aquí es donde queríamos llegar. Ya en la cena Jesús le había dicho a Pedro: “Antes de que el gallo cante dos veces tú me habrás negado tres”. Hala, ahí queda eso. “¿Yooooooooooooooo? Imposible, pero imposible de toda imposibilidad”. Más le valía haberse callado al pobre, porque si tres le preguntaron en el patio de la casa de Caifás que si conocía a Jesús, a los tres les dijo lo mismo: “¿Yoooooooooooooo? Yo pasaba por aquí, de verdad de la buena”. El miedo es muy malo, y todos hubiéramos hecho lo mismo, no nos engañemos. El caso es que a la tercera va la vencida, y nada más contestar Pedro… el gallo cantó. El sofocón que se llevó el pobre hombre él sólo lo sabe.

Paso de misterio de «Las negaciones de San Pedro», de la hermandad del Carmen Doloroso (Sevilla)

Pero lo mejor viene ahora. ¿Qué fue del gallo? Siempre nos olvidamos de los personajes secundarios de las historias, pero de éste en concreto… algo sabemos. Y lo que sabemos es que no acabó guisado, sino incinerado. Sí, sí, lo que os cuento. Y lo sabemos porque resulta que mil quinientos y pico años se lo vendieron al Marqués de Tarifa, que se lo llevó para Sevilla. ¡¡¡Las cenizas del gallo!!! Repito: ¡¡¡LAS CENIZAS DEL GALLO!!! Sí, sí, hasta con negrita si hace falta: ¡¡¡¡LAS CENIZAS DEL GALLO!!!! No pongáis esa cara de incredulidad, gente de poca fe, que parece que tenéis alguna duda sobre su autenticidad. Si vais a la casa de Pilatos podréis ver el cuadro (las cenizas no las enseñan, que yo sepa), y si estáis en Sevilla un Miércoles Santo (cosa absolutamente recomendable) podréis ver en la calle a la hermandad del Carmen Doloroso con su paso de misterio representando «Las negaciones de San Pedro», con gallo incluido, claro.

Aquí tenéis el gallo, por si lo dudabais

La cuestión es que el marqués aún se trajo más recuerdos y uno de ellos lo instaló en la capilla del palacio, dedicada a la flagelación. ¿Que por qué se llama así? Pues fijaos en la foto a ver si lo descubrís.

¿Veis algo de particular?

¿Veis la columna que hay en el centro? Pues parece que en su interior se guarda un pequeño fragmento de la auténtica columna a la que Cristo fue atado cuando le flagelaron en el palacio de Pilatos. Qué, ¿empezáis a entender por qué la casa se llama así? La capilla quería reproducir la estancia en la que tuvo lugar aquel episodio.

Paso de misterio de la hermandad de las Cigarreras de Sevilla, con «La flagelación de Cristo»

En 1521, recién vuelto de su viaje, el marqués de Tarifa decide organizar un viacrucis que empezara en su casa (concretamente en la capilla) y fuera por las calles del barrio. Ahora bien, ¿qué es exactamente un viacrucis? Hacía siglos que había surgido en Tierra Santa la costumbre de repetir el camino que había hecho Cristo desde que fue condenado en el palacio de Pilatos hasta que es depositado en el sepulcro. No se sabe cuándo aquel recorrido se dividió en las 14 estaciones que conocemos hoy, pero es posible que tuviera algo que ver con los franciscanos, que desde el siglo XIV eran los custodios de los Santos Lugares. La cuestión es que ir hasta Tierra Santa era complicadísimo entonces (el viaje duraba años, los turcos…), así que para que el rezo del viacrucis fuera accesible a todos se empezaron a marcar las estaciones dentro de las iglesias o por la calle, se crearon los «calvarios» (de los que hablaremos otro día), se hicieron «reproducciones» de los santuarios de Jerusalén… y en el caso de Sevilla el marqués de Tarifa organizó un viacrucis «urbano», que diríamos hoy.

La Cruz de las toallas (en la capilla de los Negritos) y la que hay en la fachada de la casa de Pilatos

La Cruz de las toallas (en la capilla de los Negritos) y la que hay en la fachada de la casa de Pilatos, primera estación del Viacrucis

Inicialmente el recorrido empezaba en la capilla y se abría con la cruz de las toallas (que pertenece a la Hermandad de los Negritos y se conserva en su capilla), pero en 1630 se hizo en la fachada este retablo que fue el nuevo punto de partida. Con el tiempo sufrió algunas modificaciones, para llegar a medir exactamente 1321 pasos, que era la distancia que separaba el pretorio de Pilatos del Calvario. Y si en un extremo está la casa de Pilatos, al otro se trasladó un templete que ya existía y que se conocía como la Cruz del Campo.

Templete de la Cruz del Campo

Aquel lugar estuvo en el origen de la Semana Santa sevillana, pues hasta que en 1604 el cardenal Fernando Niño de Guevara estableció que todas las cofradías hicieran su estación de penitencia a la catedral (las de Triana, de momento, a Santa Ana) muchas iban a la Cruz del Campo. En 1873 aquel viacrucis se dejó de hacer, pero en 1957 se quiso retomar la idea y en cada una de las estaciones se hicieron pequeños retablos de cerámica que representan algunas de las imágenes más conocidas de las cofradías sevillanas. Recientemente se ha restaurado el templete, como podéis ver en la foto. Y por cierto, ¿os acordáis de la primera pregunta que planteábamos? Pues bien, supongo que ya os imagináis por qué la cerveza Cruzcampo se llama así, ¿no? Pues claro, porque la fábrica original está justo al lado. Como veis, todo, todo, todo tiene relación.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

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Romper la Hora en Híjar

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Ya Fraga decía que «Spain is different«, y seguramente eso mismo pensará cualquier turista que pasee estos días por el centro de Madrid al ver una fila inacabable que nace al ladito del Palace y llega hasta la estación de Atocha. ¿Qué hacen ahí? Pues no están esperando para comprar lotería en Doña Manolita, sino para algo completamente diferente pero que en el fondo es lo mismo: el besapié del primer viernes de marzo del Cristo de Medinaceli. ¿Que por qué digo que es lo mismo? Porque lo que se busca es también cambiar la suerte y mejorar en la vida, en un caso por medio del dinero llovido del cielo y en el otro por los favores divinos, venidos del mismo lugar.

¿Qué tiene este Cristo de especial para que tanta gente se ponga en la cola ya varios días antes y pase las frescas noches de finales de febrero y principios de marzo durmiendo al raso? ¿Por qué están tan convencidos de que lo que le pides lo cumple? ¿Por qué les vale la pena esperar durante días para pasar sólo unos minutos delante de su imagen? Desde un punto de vista racional podríamos pensar que es algo que se debe a la crisis, que la desesperación nos hace agarrarnos a creencias ancestrales… pero aquí os dejo una imagen antigua para que veáis que la cosa viene de lejos.

La fila en 1919

Las puertas se abren en la medianoche del jueves al viernes, y hasta que no entra la última persona que hay en la fila no se cierran (normalmente en la madrugada del sábado). Además, viene gente de todo tipo y de todas las clases sociales, incluyendo siempre a algún miembro de la Familia Real (que no falta a la cita desde hace 300 años).

El rey en el besapié

¿De dónde viene esta devoción? Pues para conocer la historia de este Cristo viajero y aventurero tenemos que viajar en el tiempo hasta la Sevilla de la primera mitad del siglo XVII, cuando se talló en alguno de los talleres de la ciudad para enviarlo a una de las ciudades españolas en el norte de Africa, concretamente a La Mámora (hoy llamada Mehdía), conquistada en 1614 por los españoles para acabar con la piratería en esa zona y rebautizada como San Miguel de Ultramar.

Allí fue llevada la imagen por los capuchinos, y allí recibió culto por parte de los soldados de la guarnición hasta 1681, cuando las tropas de Mulay Ismail (el segundo monarca de la dinastía alauita que aún reina en Marruecos) conquistaron la fortaleza a los españoles. ¿Qué pasó entonces con la imagen? Pues lo mismo que con otras muchas que había en la ciudad y quedaron en poder de los musulmanes: las arrastraron por las calles y fueron objeto de todo tipo de humillaciones, con lo que los padres trinitarios, que se dedicaban a conseguir dinero en España para rescatar a cautivos, decidieron que aquel Cristo era tan cautivo como el que más y le hicieron una propuesta a Mulay Ismail: darle su peso en oro.

Un rostro impresionante

La escultura no debe ser ligera, pues aunque lo parece no es lo que se conoce como una imagen «de vestir» (las que sólo tienen la cabeza, las manos y los pies, siendo el resto una estructura ligera que va recubierta por la ropa), sino que está completamente tallada. El caso es que la pusieron en un plato de una balanza y en el otro fueron echando monedas de oro hasta llegar a ¡¡¡30!!! Con la insignificante (y simbólica, recordad a Judas) cantidad de 30 monedas de oro la balanza quedó equilibrada, algo que a Mulay Ismail no le pareció ni medio bien. No entraremos a valorar cuánto hay de historia, cuánto de tradición y cuanto de leyenda en esto, pero el caso es que a mediados de 1682 la imagen llegó a Madrid en medio de una procesión que cuentan que ya fue multitudinaria.

El Cristo de Medinaceli en su paso, en la procesión de cada Viernes Santo

Como la capilla en que se instaló estaba en unos terrenos donados por el duque de Medinaceli, pronto cambió su nombre de Jesús del rescate por el actual, y la devoción fue a más. Eso sí, si pensabais que con esto se habían acabado los viajes de este Cristo tan aventurero estáis muy equivocados, porque cuando estalló la Guerra Civil se puso otra vez en movimiento. Los frailes lo envolvieron en sábanas y lo escondieron en el sótano metido en una caja de madera, pero justo allí se alojó un batallón republicano, que se lo encontró cuando intentaban arrancar las tablas de la caja para encender una hoguera con la que calentarse. El jefe del batallón se lo entregó a la «Junta del Tesoro», iniciando entonces el mismo viaje que siguieron las «cajas españolas», o sea, los tesoros artísticos que había que salvar a toda costa. Fue entonces cuando Azaña dijo aquella famosa frase que a mí me parece tan emocionante: «El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y la República juntas«. Pues bien, el Cristo de Medinaceli se fue con «Las Meninas» y con muchos otros de nuestros mejores tesoros primero a Valencia, Barcelona… hasta Ginebra, donde formó parte de una exposición que se montó en la Sociedad de Naciones. Si queréis conocer esta fantástica aventura entrad aquí y podréis ver un documental titulado «Las cajas españolas» (tiene seis partes, así que cuando se acabe cada una id pinchando en la siguiente y ya está).

La cuestión es que después de la guerra se consiguió que Jesús de Medinaceli volviera a Madrid, siendo recibido con honores militares. Desde entonces sigue allí, en su basílica, donde todos los viernes, pero especialmente el primer viernes de marzo, recibe multitud de visitas. Y para corresponderlas cada Viernes Santo sale a la calle en procesión entre cientos de miles de madrileños.

Jesús de Medinaceli en su paso

No deja de ser chocante y paradójica una devoción así en una gran ciudad como Madrid y en un país cada vez más laico como el nuestro, ¿no? Cada uno de los que se acerca hasta allí cada primer viernes de marzo tendrá sus motivaciones,  todas respetables. Sin embargo, e independientemente de las creencias de cada uno, me gusta vivir en un país en el que todavía pasan cosas que se salen del guión y que nos hacen seguir exclamando cada día que «Spain is different«. Porque, para bien y para mal, pero yo creo que sobre todo para bien, lo es.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

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Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

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Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

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Cada Jueves Santo por la noche tiene lugar en León una procesión alucinante que no tiene nada que ver con la imagen de sobriedad que tenemos de la Semana Santa castellana: el entierro de Genarín. Para unos, puro surrealismo delirante. Para otros, una herejía de mucho cuidado y una burla de lo más sagrado. Los hay que piensan que es una expresión de libertad, otros lo ven como una tradición con mayúsculas y muchos como una grandísima concentración de borrachos. ¿Qué es realmente? Pues un poco todo eso y seguramente mucho más, pero antes de nada veamos un resumen de lo que esa noche se vive en León para empezar a formarnos una opinión. Si después de verlo consideráis que lo que hay aquí puede herir vuestra sensibilidad… podéis seguir leyendo, pero luego no digáis que no estabais advertidos.

Lo primero de todo: ¿quién era Genarín? Pues un leonés feo, pequeñete, pícaro, borracho, jugador y putero, hablando mal y pronto. Conocido por toda la ciudad, pasaba el día yendo de taberna en taberna jugando al mus, bebiendo vino y comiendo, cuando venían bien dadas, un trozo de pan, queso y una naranja. Eso de día, pero de noche… en cuanto el sol caía los pies le llevaban hacia el barrio de San Lorenzo, lo peor (o lo mejor, según quién lo cuente) de León, donde estaban la taberna del Tuerto, el figón de la tía Casilda, la tasca de la Maldades, la cantina del Carabina, el burdel de Doña Francisquita y el de la Bailabotes… que Genarín recorría con la misma devoción que si fueran las estaciones del Vía Crucis, o más.

Genarín en su paso, seguido de sus devotos y de la Muerte

¿Y qué tiene que ver alguien así con la Semana Santa? Pues para su desgracia, mucho, pues murió la noche del Jueves Santo de 1929 atropellado por el primer camión de la basura que hubo en la ciudad (conocido como «la Bonifacia«), mientras hacía sus necesidades junto a la muralla. Antes de eso la última tasca que visitó fue la del Esteban, en cuyo lugar hay hoy un solar en el que dicen que han visto el espectro de un hombrecillo con una botella de orujo en la mano. El caso es que de allí fue andando (de lado a lado de la calle, imaginamos) hasta el lugar de su «martirio».

Cubos de la muralla de León

Allí quedó muerto, al pie de la tercera torre de la muralla, y poco después se lo encontró la Moncha, una de las pupilas de Doña Francisquita (dueña del burdel más famoso de la ciudad, de calidad más que probada) a la que un ricachón puso casa de querida en la carretera de los Cubos (llamada así por los cubos o torres de la muralla junto a la que cayó nuestro héroe). Vaya usted a saber por qué, aquella mujer llevaba en la mano un periódico con el que piadosamente tapó su cara. Cuál no sería su sorpresa al ver que el rostro de Genarín había quedado impreso en él. Os va sonando todo, ¿no?

Paso de La Moncha

Cuentan sus devotos que el primer milagro de Genarín fue, precisamente, la conversión de la Moncha, que a raíz de aquel susto debió ponerse a reflexionar («polvo somos«, «que me pille confesada» y todo eso) y dejó la profesión que tan popular la había hecho, volviéndose para su Lugo natal. Luego vendrían al menos otros tres, tan discutibles e inverosímiles como ciertos, según dicen sus devotos.

Esquela de Genarín en la que se nos cuentan algunos datos curiosos, como que era viudo, tenía cuatro hijos y una de sus hermanas era monja

Lo normal hubiera sido que el recuerdo de Genarín se perdiera rápidamente, pero… ahí está la labor de los cuatro evangelistas: Nicolás Pérez «Porreto» (árbitro de fútbol), Eulogio «el gafas» (taxista de profesión, coplero de devoción), Luis Rico (hombre de buena familia que dilapidó su fortuna en juergas con los amigotes) y Francisco Pérez Herrero (poeta), que ya al año siguiente decidieron rendirle homenaje reuniéndose en la Plaza del Grano y recorriendo las tascas y burdeles que Genarín acostumbraba a visitar. A partir de ahí nacería el mito, que se fue enriqueciendo con historias y más historias que los devotos del culto genariano cuentan y analizan detenidamente entre copa y copa de orujo.

Cabezudos que representan a los cuatro evangelistas en la procesión

Aquel sentido homenaje de cuatro amigos rápidamente se convirtió en una gran manifestación popular, que dio lugar incluso a la «Cofradía de Nuestro Padre Genarín«, que todavía existe (para formar parte de ella sólo tienes que entrar aquí, y para oír hablar a su hermano mayor aquí).

Inexplicablemente (dada la escasa permisividad de nuestra dictadura) hasta 1957 no tuvieron problemas con la celebración, pero aquel año se prohibió y no se recuperaría hasta la llegada de la democracia. Para entonces sólo quedaba vivo uno de los evangelistas, pero consiguió darle al entierro el suficiente impulso como para que llegara hasta hoy en un excelente estado de salud, convertido en una fiesta multitudinaria en la que «casualmente» todo parece una parodia de la Semana Santa de toda la vida. Para empezar, el ritual empieza con la «Santa cena» de los miembros de la cofradía en la que se recibe a los nuevos cofrades con abundante orujo y con las sagradas palabras que se repetirán durante toda la noche:

…Y siguiendo sus costumbres
que nunca fueron un lujo,
bebamos en su memoria
una copina de orujo.

Ya pasada la medianoche los cofrades se dirigen hasta la Plaza del Grano, y en medio de una multitud de unas 15.000 personas comienza la procesión, con los pasos correspondientes: la Cuba (en el que van las ofrendas), la imagen de Genaro, la Muerte y la Moncha, además de los cuatro cabezudos que representan a los evangelistas. Antorchas, versos, abundantes brindis con orujo y un recorrido que termina en el mismo lugar en el que murió Genarín, donde el «Hermano Colgador» trepará la muralla en la que depositará las ofrendas: queso, pan, naranjas, una corona de laurel y, cómo no, una botella de orujo.

Panorámica de la procesión

Todo esto ha dado lugar a libros (el más famoso, el de Julio Llamazares titulado «El entierro de Genarín. Evangelio apócrifo del último heterodoxo español«, una película («Bendito canalla«), versos e incontables páginas de periódico escritas a partes iguales por defensores y detractores de tan pintoresca tradición. Porque nos podrá gustar más o menos, pero lo que nadie puede discutir es que hoy es una auténtica tradición, con los 75 años de vida cumplidos, rituales que se repiten año a año, un auténtico éxito de participación… en fin, una muestra evidente de que en la Semana Santa española también cabe la heterodoxia.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

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Parece mentira cómo pasa el tiempo, pero ya hace tres años y medio que cerró la Expo, así que ya va siendo hora de acercarnos con otros ojos a ver qué quedó de todo aquello. En este tiempo se ha oído decir de todo, pero de lo que no se ha hablado mucho es de que nos dejó una estupenda colección de magníficos edificios de vanguardia, muy diferentes además unos de otros. ¿Qué os parecería veniros a dar una vuelta con nosotros una mañana de marzo para descubrirlos?

El palacio de congresos iluminado. Espectacular

Vamos a hablar de un edificio tan elegante como el pabellón de España, de los alardes de ingeniería que suponen los puentes, de la extraña belleza del pabellón de Zaha Hadid, con unas formas que según dicen recuerdan a un gladiolo y que hacen un contraste tremendo con las potentísimas líneas rectas del palacio de congresos… en fin, un poco de todo.

El pabellón-puente, tan extraño como hermoso

Intentaremos descifrar el porqué de algunos detalles chocantes y relacionar estos edificios con otros que hay por el mundo, hablaremos de los arquitectos y sus intenciones y también veremos algunos de los proyectos que no ganaron, buscaremos nuevas perspectivas cruzando los puentes o bajando a la orilla del Ebro… en fin, que pasaremos una estupenda mañana de primavera disfrutando de la arquitectura y la naturaleza.

Cuándo – Domingos 11, 18 y 25 de marzo y 1 de abril a las 11’30

Dónde – Entrada de la pasarela del Voluntariado en la orilla de Ranillas

Precio – 8 € (7 € para jubilados, parados y estudiantes menores de 26 años)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

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Nazarenos en Sevilla, Domingo de Ramos

Antes de nada, pinchad aquí y escuchad esta música maravillosa mientras seguís leyendo. Es «La madrugá«, de Abel Moreno. Para mí, la mejor banda sonora posible cuando se habla de Semana Santa. Y es que no falta mucho para que llegue el Domingo de Ramos y dé el pistoletazo de salida para los siete días más alucinantes del año. ¿Por qué digo eso? Pues porque es imposible que exista en el mundo una fiesta más espectacular, mejor conservada, con tradiciones tan variadas y con un número de participantes (muchos de ellos, entre los que me incluyo, adictos) tan enorme como la Semana Santa en España. Para millones de personas no es más que un puente festivo en el que si con un poco de suerte hace buen tiempo se irán a la playa. Para otros muchos millones es otra cosa, y no sólo es cuestión de creencias, sino también de algo igualmente intenso y fuerte a lo que llamamos tradición, identidad…

Verges

En esta cena vamos a hablar de algunas de esas tradiciones, de las más conocidas y de otras absolutamente insólitas y peculiares: nazarenos en Sevilla y esqueletos bailando la danza de la muerte en Verges, largas filas de hombres vestidos con sus mortajas en Bercianos de Aliste, «picaos» en San Vicente de la Sonsierra, legionarios en Málaga, tambores en Híjar o en Hellín… y muchas cosas más. No tiene nada que ver estar un jueves Santo de madrugada viendo caer una petalada sobre la Esperanza de Triana mientras suena la música más alegre del mundo, en Híjar mientras los rosarieros cantan su «Ay de mí«, oyendo el Miserere en Zamora… De norte a sur y de este a oeste de España se despliega esos días todo un mundo a veces deslumbrante y a veces sobrecogedor de penitentes, nazarenos, músicos, tamborileros, legionarios, manolas, hebreas, armaos, romanos o alabarderos, que según donde estemos convive con procesiones de borrachos, timbas y muchas otras cosas.

«Empalao» de Valverde de la Vera

Como siempre, contaremos historias, oiremos música, veremos imágenes sorprendentes… y todo ello acompañado de un menú de cuaresma rico, rico:

Menú – Recordad que si sois celíacos, vegetarianos, alérgicos a algo… solo tenéis que decírnoslo en el momento de reservar y os prepararemos otro menú.

  • Hojaldre relleno de mousse de setas y puerros
  • Bacalao al horno con verduritas
  • Torrijas sobre una cama de natillas

Cuándo – 21 y 28 de marzo a las 21’30 h

Dónde – Patio  del Museo diocesano

Precio – 29 € por persona (visita teatralizada a las 20’00 + cena, 39 €; estudiantes y jubilados, 38 €; parados, 35 €)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

«Romper la hora» en Híjar

Si queréis encontrar todas las propuestas que tenemos para descubrir la Semana Santa entrad aquí. Este es el resumen:

  • 14 y 22 de marzo – Nos vamos de excursión: EL CALVARIO DE ALLOZA Y MUCHO MÁS
  • 29, 30 y 31 de marzo y 1 de abril – DESCUBRE LA SEMANA SANTA DE ZARAGOZA EN LA CALLE
  • 2 de abril, Jueves Santo – Nos vamos de excursión: ROMPER LA HORA EN HÍJAR
  • 4 de abril, Sábado Santo – Nos vamos de excursión: SÁBADO SANTO EN ALCAÑIZ

Y si queréis ir calentando motores aquí os dejo algunas sugerencias de nuestro blog:

Salamanca, el «padre putas» y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

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Zaragoza es una ciudad llena de Goya por todas partes. Se conservan muchos de los escenarios de la ciudad en la que nació y pasó su juventud, alguna de las casas en las que vivió él o su familia, la iglesia en la que se confirmó (San Gil), el colegio en el que probablemente estudió (los Escolapios)… y, por supuesto, muchas obras suyas. Y no solo en el Pilar, sino también en el Museo de Zaragoza, en el Museo Ibercaja Camón Aznar, en la Cartuja de Aula Dei o en el Museo Diocesano.

Sala del Museo de Zaragoza, con dos retratos espectaculares

Si queréis recorrer Zaragoza tras los pasos de Goya sin levantaros de la silla os recomiendo que pinchéis aquí, pero para este mes de marzo nuestra propuesta es otra. Nos vamos a ir todos los sábados por la tarde a descubrir la obra de Goya en el Museo de Zaragoza, en la Plaza de los Sitios. Si hace mucho que no estáis vais a alucinar, porque además de contar con algunas obras nuevas la instalación de esas salas también ha cambiado, y merece la pena darse una vuelta para conocer no sólo la obra de don Francisco, sino también la de sus maestros y los que vinieron después siguiendo su estela.

Un detalle del retrato del infante Don Luis María de Borbón y Vallabriga

Si os apetece pasar una tarde con nosotros descubriendo una maravillosa colección de retratos, las fantásticas historias que nos cuentas sus grabados y muchas cosas más, no lo dudéis. Aquí os dejo toda la información:

Cuándo – 3, 10, 17, 24 y 31 de marzo a las 18’00

Dónde – Museo de Zaragoza (Plaza de los Sitios)

Precio – 8 € (7 € para jubilados, parados y estudiantes menores de 26 años)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

Recordad que si sois un grupo podemos organizar esta o cualquier otra visita en cualquier momento. En relación con Goya tenemos preparados diferentes recorridos que nos llevan a descubrir su obra en el Pilar, el Museo Ibercaja Camón Aznar y en el Museo de Zaragoza o en busca de los escenarios en los que se desarrollaron sus primeros años de vida, y también una visita teatralizada titulada «Los sueños de Goya». Si queréis más información sobre ella llamadnos al 976207363 o entrad aquí.

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En Zaragoza tenemos una fiesta con un nombre de lo más peculiar: la Cincomarzada. Y no sólo eso, sino que tenemos una calle que se llama Cinco de Marzo y un pastel en forma de número 5. ¿Cómo lo veis? ¿De dónde viene esta afición tan peculiar que tenemos al 5?

Pues la cosa viene de lejos, nada menos que del 5 de marzo de 1838, cuando los carlistas entraron en Zaragoza (que en aquel momento prácticamente no tenía guarnición militar) y fueron rechazados por la población. Aquello dio lugar a la primera fiesta «laica» de nuestra ciudad (hasta aquel momento todas las celebraciones eran religiosas), a que se le pusiera a una calle ese nombre (en época de Franco se cambió por el de «Requeté aragonés», un nombre de lo más carlista que en este caso no deja de tener su guasa) y a que al escudo de Zaragoza se añadiera un nuevo título, el de «Siempre heroica» (o sea, «SH«; «MH«, o sea, «Muy heroica«, venía de los Sitios).

En cualquier caso, ni de lejos era la primera vez que el pueblo zaragozano se echaba a la calle a luchar con lo que tenía más a mano, y de eso precisamente vamos a hablar en nuestro recorrido. Vamos a contar historias de revueltas, revoluciones, sublevaciones… desde la Edad Media hasta el 5 de marzo de 1838. ¿Sabíais que por el Privilegio de los Veinte había una campana que convocaba a los zaragozanos a defender la ciudad cuando se consideraba que alguien la había atacado del modo que fuera? ¿Y que la gente llegaba a quemar su casa como escarmiento? Pues hablaremos de esa campana, del motín de los broqueleros, de los Sitios, de la Cincomarzada… en un recorrido que nos llevará desde la plaza del Pilar al otro lado del río, al viejo Arrabal, donde se conservan todavía algunos rincones de aquella ciudad.

Cuándo – Días 5 de marzo a las 11:30 y 17:30 , 7 y 8 de marzo a las 11’30

Dónde – Al pie de la torre de la Seo

Precio – 8 € (7 € para jubilados, parados y estudiantes menores de 26 años; 4 € para parados)

Reservas – 976207363 o entrando aquí

El callejón de Mariano Lucas, perdido en el Arrabal

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