Ya está aquí el día de San Jorge, patrón de Aragón, y para celebrarlo hemos preparado una visita muy, muy especial. ¿Por qué? Pues porque nos vamos a mover entre la historia y la leyenda para descubrir qué hay detrás de los símbolos de Aragón, como el dragón, San Jorge y sobre todo el escudo. ¿Por qué los reyes de Aragón llevaban un casco con un dragón? ¿De dónde vienen las barras? ¿Qué pasa con las cuatro cabezas de los reyes moros? ¿Desde cuándo está todo eso ahí? Y sobre todo, ¿qué significan las imágenes del escudo?
¿Y dónde vamos a ir a hablar de todo esto? Pues aquí viene la mejor parte, porque vamos a comenzar en un lugar espectacular y que habitualmente no es fácil visitar: la iglesia de Santa Isabel (también conocida como San Cayetano). Seguro que habéis estado en conciertos, en Semana Santa, en alguna boda… pero ¿habéis podido verla con un poco de tiempo? Pues bien, es una iglesia fabulosa que encargaron los Diputados del Reino y que está llena por todas partes de los símbolos de Aragón. Gracias a la Diputación Provincial de Zaragoza, su actual propietaria, podremos visitarla y descubrir sorpresas como la tumba de Juan de Lanuza o la más impresionante escultura de San Jorge a caballo que os podáis imaginar.
Después de esto continuaremos dando un paseo en el que descubriremos dónde estaba la antigua Diputación del Reino, hablaremos de la coronación de los reyes de Aragón, de la cofradía de caballeros de San Jorge (actual Real Maestranza de Caballería) o de los cronistas del Reino para acabar en el Museo de Zaragoza, donde veremos algunas cosas tan espectaculares como las dos piedras armeras que la Diputación encargó para la fachada de su sede.
¿Cómo lo veis? A nosotros nos parece un estupendo plan para celebrar San Jorge, así que… aquí os dejamos toda la información:
Cuándo – 23 y 27 de abril a las 11’30 de la mañana
¡¡¡Peligro de ñoñificación del medio ambiente!!! Se acerca una de las fechas más cursis del calendario, o la que más. La prueba de que El Corte Inglés, las Galerías Lafayette, una parte de Hollywood y el contubernio judeo-masónico son capaces de convertir el sentimiento más fuerte y brutal en algo cursi, ñoño, dulzón y controlable. Pero no nos dejaremos. Sobreviviremos a este campo de minas lleno de tartas rosa en forma de corazón, tarjetas en las que alguien ha escrito por nosotros alguna idiotez y besos del capitán del equipo de fútbol con la jefa de las animadoras. El amor es otra cosa, un terremoto que nos arrastra y nos convierte en dioses capaces de todo, incluso de sobrevivir a la muerte. El amor es… la hostia, simplemente. No se puede comparar a nada, no hay forma de contarlo ni de ponerlo en palabras, pero artistas, escritores, cantantes, bailarines… lo han intentado desde que el mundo es mundo.
Eso es un beso, sin tontadas
Por eso nos apetece pasar el mes de febrero contando historias de amor, pero de amor de verdad, del que hace que el mundo tiemble. ¿Queréis conocer nuestras propuestas? Pues tenemos unas cuantas, y por cierto, si queréis regalárselas a vuestra pareja entrad aquí y os contamos cómo:
Un escenario ideal para amores legendarios
HISTORIAS DE AMOR EN LA ALJAFERÍA
En sus mil años de historia los muros de la Aljafería han sido testigos de todo tipo de romances, unos reales y otros legendarios, unos más apasionadas y otros menos, algunos con final feliz y otros de lo más desgraciados. Si queréis descubrir cómo se mezclan realidad y ficción en las historias de Gaiferos y Melisendra, Felipe de Gali, el Trovador Manrique de Lara y la hermosa Leonor… os esperamos todos los domingos hasta final de febrero para contároslo.
Cuándo – 27 de enero, 3, 10, 17 y 24 de febrero a las 11’30
Dónde – Frente a las taquillas de la Aljafería
Precio – 8 € por persona (7 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años; 4 € para parados)
El Palacio Larrinaga nació de una historia de amor con final ¿feliz?
EL PALACIO LARRINAGA
Al final de la avenida de Miguel Servet hay un palacio lleno de lujo y leyenda que tiene una gran historia de amor detrás. Hace ya más de cien años que el naviero Miguel Larrinaga, cuyos barcos daban la vuelta al mundo desde su sede de Liverpool, se lo regaló a su mujer, Asunción, nacida en Albalate del Arzobispo. Seguro que habéis visto muchas veces sus puertas cerradas al pasar por allí, pero ¿os imagináis cómo es por dentro? ¿Queréis descubrir con nosotros este fascinante lugar? Pues gracias a IberCaja, su actual propietario, ahora tenéis la oportunidad.
Cuándo – Todos los sábados hasta el 16 de febrero a las 11’30
Dónde – Palacio Larrinaga (Avda. Miguel Servet, 123)
Precio – 10 € por persona (9 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años; 6 € para parados)
Aquí donde la veis, Zaragoza ha sido de lo más lujuriosa, dicen que entre otras cosas porque siempre fue ciudad de cuarteles, y donde hay muchos soldados jóvenes… ya podéis imaginar. Tenemos, pues, toda una colección de historias de todas las épocas: del descaro de las vedettes de El Plata y el Oasis al ¿recato? de las monjas del Santo Sepulcro, pasando por las calles de la antigua “putería” en las que contaremos historias de adúlteros de lo más libidinosos. Un sinfín de experiencias lujuriosas e inolvidables.
Cuándo – Sábado 16 de febrero a las 18’00
Dónde – Puerta de la iglesia de la Magdalena
Precio – 8 € por persona (5 € con cupón de Regala Zaragoza; entra aquí para descargarlo)
¿Os apetece conocer algunas de las más grandes y tremendas historias de amor? Sí, de esas en las que en el tercer acto muere hasta el apuntador: asesinatos, crímenes pasionales, adulterios, amores prohibidos, veneno, puñales en la liga y un poco de todas esas cosas que son la sal de la vida. El soberbio Don Juan, la apasionada Carmen, el vengativo Don Mendo, los amantes de Teruel y sobre todo el trovador, el protagonista de la ópera que Verdi (que en este 2013 cumpliría 200 años) sitúo en la mismísima Aljafería de Zaragoza. Todos ellos os esperan para contaros sus historias.
Eso sí, aunque continuamos con El Atrapamundos cambiamos de dirección, porque se han trasladado a la cafetería del Teatro Romano, un lugar de lo más sugerente en pleno centro de Zaragoza. Y también cambiamos de día, porque nos trasladamos a los sábados, algo que muchos de vosotros nos llevabais pidiendo mucho tiempo.
Cuándo – Sábados 9, 16 y 23 de febrero, y también el jueves 14, Día de los Enamorados.
Dónde – Cafetería del Teatro Romano. Se entra por el lateral del Museo, situado en la Plaza de San Pedro Nolasco
Estas son nuestras propuestas para pasar un febrero de lo más apasionado. Ah, y alguna sorpresa más de la que os iremos informando. De momento, os dejo con mi canción de amor (y desamor, y despecho, y rabia y más amor) preferida: «Pa’todo el año». Porque ya lo decía Sabina, «Las amarguras no son amargas / cuando las canta Chavela Vargas / y las escribe un tal José Alfredo«. Aunque eso sí, os la dejo en la voz de María Dolores Pradera, que a mí me gusta mucho más.
Este verano continuamos con nuestras actividades en familia. ¿Os venís con nosotros a la Aljafería? Dicen muchos viajeros que es el edificio que más les sorprende de Zaragoza, porque no se imaginan un palacio musulmán así de espectacular tan cerca del Pirineo (con razón dicen mis amigos sevillanos que Zaragoza es la ciudad del norte que más parece del sur).
La Aljafería fue palacio de los reyes musulmanes, de los reyes cristianos de Aragón y de los reyes católicos, pero también sede de la Inquisición durante siglos y después cuartel. Todo eso la ha convertido en el lugar más cargado de leyenda de nuestra ciudad. En sus patios aún se oye el rumor de los cuentos, y en cada uno de sus rincones hay historias de trovadores, princesas, brujas… ¿Queréis conocerlas? Pues os invitamos a viajar con los cinco sentidos a la Aljafería de hace más de 1.000 años. Sólo hay que abrir nuestro cofre y saldrán las especias y los aromas de Oriente, las telas de Damasco…
Entre los muros de este palacio encantado y encantador transcurrió gran parte de la historia de Aragón, pero también habitan los protagonistas de cuentos, leyendas y hasta una ópera. ¿Queréis conocerlos? ¿Habéis oído hablar de cómo Sherezade pasó una noche contándole cuentos al sultán, hasta que en vez de matarla se enamoró de ella? Pues nosotros pasaremos una mañana contándoos algunas de las historias de este lugar hasta conseguir que os enamoréis de él.
Cuándo – Domingos a las 11’30
Dónde – Junto a las taquillas de la Aljafería
Precio – 7 € por persona (para familias numerosas, el tercer hijo gratuito).
La iglesia del seminario de San Carlos, dedicada en realidad a la Inmaculada Concepción, es una de las más impresionantes de Zaragoza. ¿Quieres recorrerla con nosotros en 10 paradas, para descubrir algunos de los motivos por los que no te la puedes perder? Pues empezamos:
Un exterior austero que va volviendo a la vida poco a poco…
1 – Es el colegio más antiguo de Zaragoza – ¿Cómo? ¿Antes no hubo colegios? Pues claro que los chavales iban a clase (no todos, los que se lo podían pagar), pero es el edificio más antiguo concebido como colegio que se conserva en la ciudad. Lo construyeron los jesuitas en la segunda mitad del siglo XVI y ahí sigue, aunque desde que Carlos III los expulsó en 1767 se trasladó aquí una institución que ya existía, el Seminario Sacerdotal de San Carlos Borromeo.
«Lo bueno, si breve, dos veces bueno». ¿A qué parece que esté a punto de decirlo?
2 – Aquí dio clases Baltasar Gracián – El que probablemente es el escritor aragonés más importante de todos los tiempos, el jesuita Baltasar Gracián, paso aquí algunas temporadas de su vida, escribiendo obras que hoy son mundialmente conocidas.
ES-PEC-TA-CU-LAR
3 – Entrar en su iglesia es viajar en el tiempo – Cuando los jesuitas la miraran por última vez, cuando fueron expulsados, la verían prácticamente como nosotros la vemos ahora. Entrar en ella es viajar al siglo XVII, al barroco más rico y espectacular.
Por todas partes nos rodean imágenes de santos de tamaño natural que nos miran, nos interpelan, nos cuentan cosas…
4 – La vista se pierde entre las docenas de imágenes que nos cuentan sus historias – Por todas partes hay cuadros, relieves, esculturas, inscripciones… que nos están hablando del fascinante mundo de la Contrarreforma. Todo está ahí por algo y tiene un sentido, nada es casual.
El oro del retablo de San José brilla como el primer día después de la restauración
5 – Nos deslumbra el brillo del oro – retablos dorados, bocas de capilla, rejas, relicarios… todo recubierto de resplandeciente pan de oro, que sigue brillando como el primer día. Es como estar dentro del cofre del tesoro o, como dijo un viajero del siglo XVIII, en una «tienda de espejero».
¿Dónde está la trampa?
6 – Sorprendentes trucos barrocos – En el Barroco, puro teatro, nada es lo que parece. Lo que importa es la apariencia de las cosas, así que de vez en cuando nos encontramos con alguna sorpresa que no os revelaré aquí. Si queréis descubrir los «trampantojos», o sea, las trampas que se le ponen al ojo, buscando engañarlo, tendréis que venir.
Portada de la capilla de la Comunión, con la Custodia flotando entre la Fe y la Incredulidad
7 – Una pequeña capilla que es una enorme joya – La capilla de la Comunión, o de San José, o de los duques de Villahermosa, merece una visita detenida por sí sola. Se conserva prácticamente como cuando se acabó, en 1692, pequeña, recoleta y llena de significados por todas partes.
Una imponente escultura de mármol, rezando para la eternidad
8 – La tumba de un duque… y la de una duquesa – Dos esculturas de mármol como estas no tienen nada de normal ni en Zaragoza ni en España. De hecho, se trajeron de Nápoles. Siguen allí y son mucho más que magníficas.
Un conjunto impresionante
9 – Fantásticas esculturas y pinturas bellísimas – Los cuadros de Vicente Berdusán en la capilla de San José o las pequeñas esculturas de San Miguel y el Ángel de la Guarda que hay sobre las puertas de la sacristía son de lo más delicado que se puede encontrar en la Zaragoza barroca. Una delicia para contemplar con calma.
Un pequeño paraíso pintado sobre el altar
10 – Pequeñas y grandes joyas de las artes decorativas – Relicarios, puertas, rejas, frontales de altar pintados sobre estuco o bordados… en cada rincón de esta iglesia aparecen sorpresas como estas.
Estos son 10 de los 10.000 motivos que podríamos haber elegido para visitar la iglesia del Real Seminario de San Carlos. Si os apetece descubrir con nosotros este lugar fascinante, este mes de diciembre tenéis la oportunidad.
Cuándo – 5, 6, 7, 14, 20 (completo), 21, 27 y 28 de diciembre a las 17’00
Dónde – Puerta de la iglesia de San Carlos
Precio – 10 € por persona (estudiantes menores de 26 años y jubilados, 8 €; parados, 5 €)
El 20 de diciembre de 1591 rodó la cabeza de Juan V de Lanuza, Justicia de Aragón, en la Plaza del Mercado de Zaragoza. Felipe II le había condenado a muerte por «levantar banderas contra su rey«. «Los soldados ocuparon las calles«, «se hizo pública la sentencia del justicia y envolvió en luto y en silencio toda la ciudad. Y desde aquella casa hasta el cadalso fue llevado con pregones, en que decían que el rey le mandaba cortar la cabeza, derribar sus casas y castillos y confiscar su hacienda«. ¿Qué había pasado para llegar a ese punto?
«Quien tal hace, que tal pague»
Para empezar, ¿qué es eso del Justicia? Pues la institución más específicamente aragonesa. Al principio no había justicias estables y el rey nombraba un juez para que actuase en su nombre para disputas concretas. El cargo se creó en las Cortes de Ejea de 1265, para juzgar los pleitos entre el rey y los ricos hombres o caballeros, o entre ellos mismos. El Justicia acabó por convertirse en la figura más respetada del reino. Ante él juraban los Fueros los monarcas, presidía las Cortes en ausencia del rey e interpretaba las leyes, pudiendo incluso formar un ejército si el Reino se encontraba en peligro. Era un caballero que ejercía su cargo de forma vitalicia, sin posibilidad de renuncia o destitución, lo que le permitía ganar en poder e independencia frente al rey y las presiones de los nobles. Lo malo es que tras la unión con Castilla los nuevos reyes no entendieron la sensibilidad aragonesa hacia sus leyes y empezaron a poner límites a la autonomía del Justicia.
Monumento al Justiciazgo
Fernando el Católico había puesto la primera piedra, y sus sucesores Carlos I y Felipe II terminaron un edificio donde la monarquía designaba cargos políticos, nombraba obispos, imponía sus jueces y tribunales y tomaba todo tipo de decisiones. En Aragón algunas medidas, como nombrar a castellanos para cargos políticos dentro del Reino o desprestigiar las sentencias del Justicia de Aragón, fueron mal recibidas. La cosa empezó así y fue a más. Los Virreyes, representantes del Rey en Aragón, llegaron a tomarse la justicia por su mano, ajusticiando a prisioneros o torturándolos a pesar de que el Justicia era el único que podía juzgar los delitos cometidos por aragoneses. Y la gota que colmó el vaso fue cuando Antonio Pérez, antiguo secretario de Felipe II, huyó de Castilla y pidió la protección del Justicia. La nobleza aragonesa salió en su defensa y desafió al rey, que enfurecido envió un ejército, tomó Zaragoza, cortó la cabeza del Justicia y encarceló a los nobles rebeldes.
«Se hizo pública la sentencia del justicia, y envolvió en luto y en silencio toda la ciudad»
Si queréis conocer con detalle lo que pasó en aquellos tremendos meses y recorrer los escenarios en los que todo aquello tuvo lugar, podéis participar en nuestra ruta «¿Dónde está mi cabeza?«.
Cuándo – Sábado 20 y domingo 21 de diciembre a las 11’30
Dónde – Delante del edificio de Capitanía (plaza de Aragón)
Precio – 8 € (7 € para estudiantes menores de 26 años y jubilados; 4 € para parados)
¿Eres de los que todavía no saben que Félix Navarro es uno de los arquitectos más importantes de la historia de Zaragoza? Pues con estos 10 lugares con sus correspondientes 10 motivos seguro que es suficiente para convencerte. Empezamos.
1 – Un pionero del hierro en el Teatro Pignatelli – Los tres primeros edificios en hierro construidos en España son dos mercados madrileños (el de la Cebada y el de los Mostenses) y un teatro zaragozano, el Pignatelli, que estuvo donde ahora está el edificio de Correos, en el Paseo de la Independencia.
¿Un teatro de hierro? Eso debieron pensar los zaragozanos cuando lo vieron levantar
2 – El Ambos Mundos, el café más grande de Europa (o eso decían) – En 1881 se inauguraba en Zaragoza un café espectacular que seguiría en pie hasta 1955. Estaba en el Paseo de la Independencia, casi enfrente del Teatro Pignatelli, en la zona de la ciudad que estaba creciendo por aquellos años.
¿Un café en el Ambos?
3 – Un palacio de cuento en las afueras de Zaragoza – El Palacio Larrinaga no es un palacio, sino una casa rica, pero como si lo fuera. Un naviero vasco afincado en Liverpool se casó con una chica de Albalate del Arzobispo, y le regaló una «choza» en Zaragoza, justo en el lugar por donde entraban los de Albalate cuando llegaban a la ciudad, para que vieran cómo había progresado su Asunción.
El «chalet» de Miguel y Asunción
4 – La clínica del Doctor Lozano – El prestigioso Doctor Lozano encargó a Félix Navarro en 1903 un edificio que le sirviera de vivienda y de clínica a la vez. Aunque ya no se opera allí a nadie, el edificio se conserva en la esquina del Paseo de Sagasta y la calle Lagasca.
Una vivienda burguesa como Dios manda
5 – Casas para los vivos… y para los muertos – Las mismas familias que encargaban sus casas a los mejores arquitectos en la ciudad, hacían lo propio con sus panteones en el cementerio de Torrero. Félix Navarro también hizo alguno, claro.
Panteón de la familia Maynar
6 – La fábrica de Galletas Patria – En la Avenida de Cataluña está la Fábrica de Galletas Patria, un edificio industrial con empaque monumental. Si algo tenía claro Félix Navarro respecto a la arquitectura industrial es que un edificio en condiciones podía contribuir mucho a la imagen de la marca. La lástima es que de los que hizo en Zaragoza sólo quede este en pie.
¿Cuál será la próxima función de este edificio?
7 – La Escuela de Artes – La Escuela ya tenía unos años, pero el edificio se construyó para la Exposición Hispano-Francesa de 1908. Como se le añadió un piso se fue transformando el aspecto original, así que os pongo una fotografía antigua para que veáis cómo la dejó Félix Navarro.
No os perdáis la torre Eiffel que hay sobre el reloj
8 – Monumento al Justicia – Félix Navarro estuvo mucho tiempo a vueltas con este monumento, y cuando por fin se inauguró los sectores conservadores de la ciudad consiguieron desplazarlo de la Plaza de España (para donde estaba proyectado) hasta la la Plaza de Aragón, colocando en su lugar el Monumento a los mártires de la Religión y la Patria.
El Justicia, en su pedestal
9 – La Torre de los Sitios, un monumento que no se hizo – Para el gran monumento a los héroes de los Sitios que se iba a hacer en la Exposición Hispano-Francesa de 1908 Félix Navarro presentó un proyecto que era, a la vez, un homenaje a la Torre Nueva, que se había derribado unos años antes. No se hizo (el que se construyó es fantástico, en cualquier caso), pero tenemos el dibujo para hacernos a la idea.
La nueva Torre Nueva
10 – El Mercado más moderno. En 1903 se inauguró el magnífico edificio del Mercado Central, construido casi íntegramente en hierro (enmascarado en las fachadas por materiales tradicionales, eso sí). Hoy sigue en pie y es uno de los monumentos más imponentes de Zaragoza, la obra maestra de Félix Navarro, sin ninguna duda.
Pese a que en los años 70 hubo quien intentó tirarlo, el Mercado sigue ahí «viendo pasar el tiempo»
Hemos visto un teatro, un café, una escuela, una clínica, una casa de viviendas, otra unifamiliar y hasta un palacio, una fábrica, un mercado… en fin, todo lo necesario para que funcione una ciudad. Y es que Félix Navarro hizo de todo y fue uno de los principales responsables en la transformación de aquella ciudad que salía del siglo XIX y entraba en el XX pisando fuerte, moderna y dinámica gracias, en parte, a un arquitecto que supo traer la vanguardia sin dejar de beber de la tradición en ningún momento.
Gracias a Félix Navarro Zaragoza fue más hermosa, más moderna, más cómoda y agradable para sus ciudadanos. Si quieres descubrir cómo fue aquella ciudad que él contribuyó a transformar, en una ruta en la que conoceremos edificios tan distintos como el Mercado Central o la Escuela de Artes, el Monumento al Justicia, edificios de viviendas… ponte en contacto con nosotros en el 976207363, pues podemos realizar la ruta en cualquier momento para un grupo.
Y si quieres descubrir una de sus obras más singulares, el Palacio de Larrinaga, ahora tienes la oportunidad. Todos los sábados de diciembre a las 11’30 podrás participar en una visita a un palacio lleno de lujo y leyenda que tiene una gran historia de amor detrás. Hace ya más de cien años que el naviero Miguel Larrinaga, cuyos barcos daban la vuelta al mundo desde su sede de Liverpool, se lo regaló a su mujer, Asunción, nacida en Albalate del Arzobispo. Seguro que habéis visto muchas veces sus puertas cerradas al pasar por allí, pero ¿os imagináis cómo es por dentro? ¿Queréis descubrir con nosotros este fascinante lugar? Pues gracias a IberCaja, su actual propietario, ahora tenéis la oportunidad.
Cuándo – todos los sábados a las 11’30 Dónde – Palacio Larrinaga, Avda. Miguel Servet 123 Precio – 10 € (9 € para jubilados y estudiantes menores de 26 años; 6 € para parados) Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí.
La Seo, una de las dos catedrales de Zaragoza, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, espectacular, maravillosa… es un lugar inagotable, lleno de historias y secretos. Hoy os propongo recorrerla conmigo en busca de todo lo relacionado con un tema tan fascinante como la muerte. ¿Os apetece? Pues empezamos:
1 – UNA TUMBA EN LA QUE SÓLO HAY UN CORAZÓN – el príncipe Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV, murió en Zaragoza con 17 añicos. Su cuerpo acabó en el Panteón de Infantes de El Escorial, pero su corazón… enterrado en la Seo (por cierto, el de su hermanastro, Don Juan José de Austria, está en el Pilar). No os digo dónde, pero os dejo un retrato suyo.
Velázquez lo pintó como lo que era, un proyecto de rey
2 – UN RELICARIO CON UN CRÁNEO DENTRO – El cuerpo de San Valero, por cosas de la vida, acabó en la catedral de Roda de Isábena. Eso sí, como los humanos tenemos la fea costumbre de no dejar a los santos descansar en paz y de irlos descuartizando poco a poco para repartir sus trozos un poco por todas partes, primero se trajo a Zaragoza un brazo y después el cráneo. No os cuento el milagro que hizo, pero os dejo esta foto para que vayáis pensando dónde puede estar.
El busto-relicario de San Valero, con el cráneo dentro
3 – UNA PIEDRA DE MOLINO QUE NO SE HUNDE NI A TIROS – Cuentan que a San Vicente, diácono de San Valero, le martirizaron de todas las formas posibles y no había manera de que se muriera. Cuando por fin lo lograron tiraron el cuerpo al mar atado a una rueda de molino… ¡¡¡y flotaba!!!
El cadáver de San Vicente, tan ricamente sobre su rueda de molino
4 – UN SANTO, UN DRAGÓN Y MUCHA SANGRE – En algún rincón de la Seo está mi dragón preferido. San Jorge le mete una lanza por la boca y se la saca, llena de sangre, por la nuca. Cuando estás debajo casi parece que te vaya a caer alguna gota encima.
¿Estáis seguros de que el pobre dragón era tan malo como para esto?
5 – UN ARZOBISPO HIJO DE OTRO ARZOBISPO – El arzobispo Don Hernando de Aragón fue hijo del arzobispo Don Alonso de Aragón, que a su vez también fue padre del arzobispo Juan II de Aragón y abuelo de San Francisco de Borja… ¿Os aclaráis con este lío archiepiscopal?
Aquí os dejo, de momento, la tumba de Don Hernando de Aragón. Por cierto, su corazón… Mejor os lo cuento en la visita
6 – UN CRISTO QUE HABLA Y UN CANÓNIGO QUE PEDÍA DEMASIADO – Cuentan que un día estaba el canónigo Martín de Funes rezando ante el Santo Cristo de la Seo, y de pronto… Cristo le habló. Sí, sí, como lo oís. ¿Os imagináis qué le diría para que el canónigo le hiciera una fantástica capilla y se enterrar allí, rezándole eternamente?
Colgando delante del Santo Cristo están las palabras que dijo
7 – UN «BANQUERO» QUE SE HIZO RICO CON SUS CHANCHULLOS – Gabriel Zaporta no era exactamente un banquero, pero más o menos. Y lo que está claro es que se forró haciendo negocios de todo tipo, incluso alguno limpio. Además de su casa (en la que estaba el «patio de la Infanta») se hizo una estupenda capilla para enterrarse en la Seo. Si venís podréis ver su retrato (hecho un pincel, por cierto) en la lápida de encima de la tumba.
«Ya que sea, que se vea», debió pensar Gabriel Zaporta después de haberse gastado sus buenos cuartos en la capilla
8 – UNOS HUESOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS – Cuenta la tradición que Santo Dominguito de Val, infantico de la Seo, fue martirizado por los judíos. No sólo nos encontramos su historia representada por todas partes, sino que se conserva una arqueta con sus reliquias, encontradas por casualidad en la sacristía siglos después de haberlas perdido. No pongáis esa cara, que a todos nos han pasado cosas así. ¿O no?
¿Dónde está ahora la arqueta con las reliquias de Santo Dominguito?
9 – UN CANÓNIGO ASESINADO QUE HACE MILAGROS DESPUÉS DE MUERTO – Una noche de luna de 1485 un grupo de conspiradores entró por la puerta de la Pabostría de la Seo y, delante del altar mayor, asesinó a Pedro Arbués, el primer inquisidor de Aragón. ¿Queréis saber por qué? ¿Os imagináis qué milagros ocurrieron esa misma noche?
Un santo de la casa se merece una capilla, ¿no? Qué menos
10 – Y MUCHAS COSAS MÁS… – Muchas más historias de tumbas, muertes, reliquias, milagros y hasta algún otro asesinato. ¿Queréis descubrirlo todo? Pues no os podéis perder nuestra visita «Muerte en la Seo».
Las naves de la catedral están llenas de historias…
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca.
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
«Pisa morena, pisa con garbo / que un relicario, que un relicario / me voy a hacer. / Con el trocito de mi capote / que haya pisado, que haya pisado / tan lindo pie». Así cantaba nuestra paisana Raquel Meller uno de sus grandes éxitos, «El relicario». Oigámosla, antes de entrar en materia.
¿Qué es eso de un relicario? Pues la cosa es sencilla: un objeto para guardar reliquias, así de fácil. Y una reliquia, ¿qué es? Pues si acudimos al diccionario de la Real Academia nos da bastantes definiciones, pero todas van por el mismo camino. Algo del pasado, que se ha conservado de forma casi milagrosa. Y además, algo por lo que tenemos una especial veneración: el abanico con el que la bisabuela se quitaba los sofocos, por poner un ejemplo. Pero hay más, y aquí viene lo que nos importa: una reliquia es un trozo del cuerpo de un santo, o de Cristo, o de la Virgen, o algo que tuviera relación con ellos. Desde el prepucio de Cristo hasta el polvo de la Santa Casa, pasando por las plumas del arcángel Gabriel, gotas de leche de la Virgen o la túnica de San Vicente, de la que hablábamos ayer. Y claro, como una reliquia es algo muy apreciado y querido no se puede guardar de cualquier manera, ni mucho menos. Necesitamos un relicario cuanto más rico mejor, que no es para guardar cualquier cosa. Y no sólo eso: cuando tenemos muchas reliquias guardadas en muchos relicarios podemos hacer grandes y espectaculares armarios para guardarlo todo, o incluso una capilla cubierta de reliquias desde el suelo hasta el techo, como la que hay en la iglesia del Seminario de San Carlos.
Armario-relicario de la sacristía de la Seo, en una foto antigua
En Zaragoza tenemos reliquias de lo más variadas, aunque tengo que reconocer que yo tengo debilidad por una: el mechón de pelo de la Magdalena que se conserva en la iglesia de la ídem. Es fascinante, porque a la Magdalena, que sería lo que fuera, pero que tiene fama de suelta, fresca y desahogada, se la representa precisamente con el pelo tan suelto como ella. ¿Y eso por qué? Pues por dos razones. La primera es que las mujeres decentes lo llevaban siempre recogido en un casto moño, claro, y la segunda es porque le lavó los pies a Cristo con perfume (y por eso siempre se la representa con un frasco) y se los secó con su propia melena.
¿Quién le iba a decir a esta Magdalena penitente, sensual y maravillosa de Ribera, que hoy vive en el Prado, que un mechón de sus cabellos acabaría en Zaragoza?
En cualquier caso, hoy no vamos a hablar de la Magdalena, sino del patrón de Zaragoza: San Valero, rosconero y ventolero. ¿Veis esta foto? Corresponde a la parte inferior del retablo de la Seo. Si os fijáis veréis que hay nueve huecos: puerta-escena-busto-escena-busto-escena-busto-escena-puerta.
En la parte de abajo del retablo de la Seo hay tres espectaculares bustos-relicarios hechos en los talleres de Avignon, donde estaba en aquel momento la sede del papado
Los tres bustos representan a tres santos muy relacionados con la archidiócesis de Zaragoza: San Lorenzo, San Valero y San Vicente. Y los tres contienen en su interior reliquias de cada uno de ellos. Ayer hablamos de San Vicente y hoy le toca el turno al patrón, San Valero, que como está en el centro salta a la vista que es el más importante de los tres, o por lo menos el que nos toca más de cerca.
Con este relicario tan impresionante, ¿qué reliquia se conservará dentro?
Ya contábamos ayer que un gobernador romano, un tal Daciano, intentó que Valero, obispo de Zaragoza, y su diácono Vicente, veneraran a los dioses paganos. Ellos se encabezonaron en que no, así que Daciano, que era muy suyo, martirizó a Vicente y desterró a Valero a tierras del Somontano. Allí murió el hombre, y como tenemos la costumbre de no dejar tranquilos los cuerpos de los santos el suyo acabó, con el tiempo, en Roda de Isábena, en cuya catedral se guardaba (seguramente entero) hasta que se conquistó Zaragoza. Pero ya sabéis que a los santos difícilmente se les deja reposar después de muertos, y descuartizarlos es una costumbre de lo más extendida. Así que primero se trajo a la ciudad un hueso del brazo (que es la forma que se le dio al correspondiente relicario, que se conserva en su capilla de la Seo y que se besa el día del santo, cada 29 de enero) y luego… ¡¡¡nada menos que el cráneo, la calavera de San Valero!!! ¿Os imagináis dónde está? Pues claro, dentro del busto, no podía ser en otro lugar. Parece ser que cuando llegó a la ciudad la reliquia hizo un milagro, sacando el demonio del cuerpo de una mujer. ¿Queréis verlo? Pues para ver al mismísimo demonio en forma de una especie de murciélago repugnante salir del cuerpo de la mujer, ante la admiración y el susto de media Zaragoza, tendréis que ir a ver un día de estos el retablo mayor de la Seo, porque allí está todo.
Reconstrucción a partir del cráneo del Papa Luna
Pero aún hay más cráneos en esta historia. Resulta que siempre se había dicho que el busto de San Valero era un retrato de Benedicto XIII, el Papa Luna (que fue quien pagó los tres, además de uno de Santa Engracia que no se conserva). No había confirmación, pero ahora la hay, y todo gracias a que su cráneo se conserva. En realidad se conservaba todo el cuerpo momificado en la capilla de su palacio de Illueca (se llevó allí unos años después de que muriera en Peñíscola), pero en el siglo XVI a un sacerdote italiano que pasaba por allí no le debió gustar aquello, la emprendió a palos con la momia y la dejó hecha una pena. Parece ser que tiempo después, en época de la Guerra de Sucesión, los franceses tiraron el cuerpo al río y sólo se salvó la calavera, que rescataron unos labradores.
El cráneo del Papa Luna. Polvo somos, no hay más
Por cosas de matrimonios la calavera pasó a estar en la capilla del palacio de los condes de Argillo en Sabiñán, y así, con el palacio en ruinas, llegamos al 7 de abril del 2000. Ese día se cumple la profecía que San Vicente Ferrer había hecho quinientos y pico años antes: «Para castigo de la soberbia del Papa Luna, con su cabeza algún día jugarán los niños a modo de pelota«. ¡¡¡Qué clarividencia!!! Efectivamente, dos hermanos de Sabiñán la robaron ese día para pedir un rescate de un millón de pesetas. ¿Queréis leer el primer anónimo que mandaron? Pues abrochaos el cinturón, que la cosa lo merece:
HOLA SIQUEREIS LA CABEZA DEL PAPA LUNA REBELAR LAS FOTOS Y LAS BEREIS. YO ME PONDRE EN CONTACTO CON BOSOTROS. ME LLAMO JESUS ANTONIO EL COLECCIONISTA
Las criaturas, aparte de haber jurado odio eterno a la ortografía, compraron el carrete de fotos en una tienda del pueblo y sellaron la carta en la Oficina de Correos de Sabiñán (donde preguntaron si era posible enviar un sobre sin remite, los angelicos). Vamos, que fueron dejando todo un reguero de pistas. ¿Queréis leer el segundo anónimo?
OLA SEÑOR JAVIER COMO USTED YA SABRA TENGO EN MI PODER EL CRANEO ASI QUE ESIJO UN MIYON DE PESETAS.
Aún hubo otro anónimo, en el que se muestran de lo más picajosos.
NO YAME A LA POLICIA NI TAMPOCO A ANTENA 3 YA QUE ESTOS SE HAN BURLADO DE MI FORMA DE ESCRIVIR
Sin palabras. Tras una cita con el alcalde en la arboleda de Macanaz de Zaragoza (a la que no acudieron), otro anónimo en el que decía que estaban practicando ritos satánicos con la cabeza… el culebrón acabó, cinco meses después de que empezara, con la recuperación del cráneo, su declaración como Bien de Interés Cultural y un estudio que dio como resultado que sí, que era de un anciano de época del Papa Luna y que todo hacía pensar que pudiera ser él. ¿Sabéis cuál fue la prueba definitiva? Pues que los rasgos de aquel cráneo coincidían casi exactamente con los del busto-relicario de San Valero. ¿Casi? Pues sí, porque el Papa se había mandado retocar la nariz en el retrato (por lo visto la tenía muy aguileña y al hombre no le gustaba). Pura coquetería pontificia, vamos. En fin, que si queréis saber todos los detalles lo mejor que podéis hacer es pinchar aquí para leer el blog de Antonio Tausiet, o leer «Papa Luna. El rescate de un Pontífice olvidado«, escrito por Jesús Pastor y Octavio Rani, guardias civiles que participaron en el rescate.
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca:
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
San Vicente, con su inseparable rueda de molino, en su capilla de la Seo
Cuenta la tradición que allá por el 304 d.C. moría en Valencia, martirizado por los romanos, Vicente de Zaragoza (aunque parece que había nacido en Huesca). Era diácono del obispo San Valero quien, al ser tartamudo, le dejaba al cargo de la predicación. Sobre su martirio circulan historias de lo más variadas, empezando por cargarle las culpas al gobernador romano Daciano (un ser maligno y perverso sin límites que aparece en montones de tradiciones, historias o leyendas por toda España, y que parece que no hubiera hecho otra cosa en su vida que martirizar cristianos con una saña digna de mejor causa).
Interrogatorio de Sän Vicente y San Valero por Daciano
Daciano detuvo a Vicente y a Valero por cristianos, claro, y los mandó llevar ante él. ¿Veis el relieve del retablo de la Seo de Zaragoza? Pues bien, de los dos que aparecen abajo a la izquierda con las manos atadas Vicente es el jovencico, y Valero el más viejete. De los tres con cara de malos que hay a la derecha Daciano es el del centro, el que tiene la barba rubia y está sentado en una silla de tijera. Como no hubo forma de que adoraran a los dioses paganos (los de la esquina superior derecha, desnudos o casi, como buenos paganos), que era de lo que se trataba, Daciano, que no podía jugarse el prestigio, actuó. A Valero (que aún no era santo, pero se lo estaba ganando) lo mandó desterrado a Enate. A Vicente le empezó a hacer todo tipo de perrerías para que renunciara a su fe. Le puso en el potro hasta que le descoyuntó las articulaciones, le abrió las tripas con unos garfios… en fin, que no sigo porque ya os podéis hacer una idea de la situación. Al final Vicente se murió, claro, y lo arrojó a un muladar en las afueras de Valencia (porque todo esto estaba pasando en Valencia, no sé si os lo había dicho). ¡¡¡Pasmaos!!! Los animales respetaban el cuerpo, y unos cuervos lo protegían para que ninguno se lo comiera. Y esto a Daciano le tocó el amor propio, normal, así que puso manos a la obra y tiró el cuerpo al mar atado a una rueda de molino. ¿Queréis ver lo que pasó? Pues mirad este cuadro.
En este cuadro que hay en la capilla de San Vicente, en la Seo, queda todo bien claro
El cuerpo de San Vicente sobre la rueda de molino, que flota sobre las aguas del mar, y con los cuervos vigilantes, por si acaso. La cuestión es que después de esto… Después de esto, nos vamos de viaje.
Escudo de Lisboa, con el barco, los cuervos…
Cuando uno pasea por Lisboa hay algo relacionado con Zaragoza que está por todas partes. En las farolas, en las papeleras, en los membretes de las cartas oficiales, en el pavimento… ¿No os imagináis qué puede ser? Pues el escudo de la ciudad, un barco con dos cuervos. ¿Y qué tiene que ver? Si fuera la Virgen del Pilar, un adoquín, yo qué sé… estaría claro. Pero así… ¿No os imagináis lo que pasó? Pues eso mismo, que los cristianos de Valencia pusieron el cuerpo de San Vicente en un barco, vigilado por los cuervos, y él solico fue navegando, navegando… hasta el sur de Portugal, ni más ni menos. Si esto no es un milagro, que baje Dios y lo vea. El caso es que hoy, en el escudo de Lisboa, aparece ese barco con los cuervos protegiendo a San Vicente, y dominando todo el paisaje de Alfama está la espectacular basílica de San Vicente da Fora (de fuera, fuera de la muralla) pagada por Felipe II cuando logró ser rey de Portugal. Allí sigue estando el cuerpo (el suyo o… el de quien sea). La próxima vez que vayáis a Lisboa no os perdáis el increible placer de caminar por sus tejados con el Tajo a vuestros pies. Por cierto, la cúpula que aparece por detrás en la fotografía es el Panteón Nacional, y ¿sabéis a quién está dedicado? Pues a Santa Engracia (santa portuguesa, por otra parte). Más zaragozano todo, imposible.
Sao Vicente da Fora
Si estáis pensando que San Vicente está tranquilo y completo en su tumba, estáis completamente equivocados. Está repartido en trocicos por media Europa, que para eso fue uno de los santos más venerados de toda la Edad Media. Así que continuamos nuestro viaje para irlo reconstruyendo y volvemos a Valencia, porque ¿los valencianos no se quedaron nada? Pues no sabemos si se lo cortaron antes de montarlo en el barco o lo reclamaron después, pero el caso es que tienen el brazo incorrupto (y un poco chamuscado, de tanto martirio) en una capilla de la catedral de Valencia. Eso sí, lo suyo les ha costado recuperarlo, pues un obispo de finales del siglo XI parece que era aficionado a llevárselo de viaje. Se fue para Tierra Santa y se llevó el brazo para que le protegiera de las adversidades del camino (que eran muchas en aquellos tiempos, eso hay que reconocerlo), y como el hombre se murió en Italia allí se quedó el brazo… ¡¡¡hasta 1970!!! Volvió en una fragata de la Armada española con todos los honores, pero incompleto: le falta un pulgar, que continúa en paradero desconocido.
El brazo, en su urna
Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Nos vamos ahora para París, ni más ni menos. Resulta que allá por el siglo VI un rey de los francos tomó Pamplona y llegó hasta Zaragoza. No consiguió tomarla, pero se llevó a París la túnica de San Vicente (¿pero no habíamos quedado que el cuerpo estaba en Lisboa?). Parece ser que el hombre se enteró de que los habitantes de Zaragoza habían colocado la ciudad bajo la protección del santo, y como vio que la cosa funcionaba… pues se llevó la túnica. No me preguntéis como consiguió hacerse con ella sin conquistar la ciudad, porque para esto no tengo respuesta. El caso es que en su honor hizo construir a las puertas de París el monasterio de Saint Germain des Prés, o sea, de los prados (hoy famoso por los cafés que lo rodean, donde miraban la vida pasar Sartre, Simone de Beauvoir, Juliette Greco y compañía).
Saint Germain des Prés, después de siglos de obras
¿Creíais que ya habíamos acabado de viajar? Pues para nada, porque el pobre San Vicente está repartido un poco por todas partes, tanto que da que pensar si en un solo hombre cabe tanto hueso. Os dejó aquí algunos ejemplos, entre los muchos que hay:
En Brindisi (Italia) tienen un dedo. ¿Será el pulgar desaparecido? No lo parece, la verdad
Estamos en Dijon (Francia), y el hueso de San Vicente, perfectamente etiquetado, es el segundo empezando por arriba
¿Y en Zaragoza? Porque al fin y al cabo, aunque naciera en Huesca (algo sobre lo que hay dudas, la verdad), de toda la vida es sabido que «el buey no es de donde nace, sino de donde pace», y la carrera la hizo en Zaragoza. La cuestión es que en la Edad Media un rey de Aragón pidió a un rey de Portugal que tuviera un detalle y le mandara un trozo del santo. Aún la conservamos, que para algunas cosas seremos dejaos, pero para otras… en el retablo mayor de la Seo está este busto-relicario, y dentro… pues eso, que está dentro. Ahora mismo no sé qué parte del cuerpo será la que se conserva en su interior, pero desde luego el relicario es maravilloso. Es uno de los cuatro que regaló el Papa Luna a finales del siglo XIV y que se habían hecho en los talleres de Avignon (los otros son los de San Lorenzo y San Valero, además del de Santa Engracia, este último desaparecido).
Busto-relicario de San Vicente
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca:
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
¿Qué se esconde detrás de esta portada tan sencilla?
En pleno centro de Zaragoza hay un magnífico edificio, enorme y monumental. Es el antiguo Colegio de la Inmaculada y el Padre Eterno, que tras la expulsión de los jesuitas (a los que pertenecía) en 1767 se convirtió en Real Seminario de San Carlos Borromeo. Todo el mundo sabe dónde está, pero estar, lo que se dice estar… mucho menos. Eso sí, es vox populi que es uno de los interiores más impresionantes de la ciudad, y que precisamente por eso está solicitadísimo para casarse allí. De hecho, uno de los comentarios más repetidos en relación con esta iglesia es: «Yo estuve allí en una boda«.
Simplemente fastuoso
Este lugar tiene una larga historia. Para empezar, si retrocediéramos quinientos y pico años nos encontraríamos aquí con la sinagoga mayor de la ciudad, pues estaríamos en pleno centro de la judería. Tras la expulsión de los judíos en 1492 quedó abandonada, hasta que décadas después la compraron los jesuitas. Durante un tiempo la utilizaron como capilla, hasta que construyeron su colegio y la tiraron para hacer la iglesia. Por aquí pasaron jesuitas tan ilustres como Baltasar Gracián, uno de los escritores fundamentales del Barroco español, que dio clases en sus aulas y escribió aquí algunas de sus obras; o San José de Pignatelli, que fue uno de los principales artífices de la restauración de los jesuitas después de su desaparición…
Baltasar Gracián fue uno de los más ilustres habitantes de este lugar
La iglesia se fue enriqueciendo a lo largo del siglo XVII y la primera mitad del XVIII, hasta convertirse en uno de los conjuntos más espectaculares y mejor conservados en la actualidad del Barroco español. A finales del siglo XVII, p.ej., los duques de Villahermosa construyeron aquí una magnífica capilla para enterrarse, que entre otros tesoros artísticos cuenta, además de las dos tumbas monumentales de los duques, con un conjunto de cuadros de Vicente Berdusán.
La capilla de San José, con sus pinturas en el techo
Poco después, a principios del siglo XVIII, se redecoró la iglesia con una estética barroca muy cercana al gusto del rococó. Sorprendentemente, y a pesar de que durante los Sitios voló justo aquí al lado un polvorín que se llevó por delante parte del edificio, esa decoración se ha conservado íntegramente y convierte la iglesia es una especie de fabuloso cofre del tesoro. Aunque para todo hay gustos, pues en pleno siglo XVIII Antonio Ponz, mucho más clásico y austero, digo de ella que «haga usted cuenta que viene a ser una tienda de espejero». Lo dicho, para gustos. En cualquier caso, más que el valor individual que pueda tener cada una de las piezas lo verdaderamente impresionante es el conjunto, que constituye un auténtico viaje en el tiempo.
El coro de la iglesia
Aquí no acaba la historia del edificio, ni mucho menos. En 1767 fueron expulsados los jesuitas de España, y su antiguo colegio se convirtió en Real Seminario de San Carlos Borromeo (una institución que ya existía y que se trasladó aquí), un seminario sacerdotal, que no es lo mismo que uno de novicios (ese estaba en la plaza de la Seo hasta que se trasladó al edificio de Casablanca, el que hoy ocupa el Ayuntamiento). Hoy el antiguo colegio es, también, residencia de sacerdotes. En fin, una mezcla así de Historia, Arte, Literatura… y en pleno centro de Zaragoza, se merece una visita detenida. Por eso os proponemos que nos acompañéis a descubrir este lugar fascinante.
Si queréis descubrir 10 de las 10.000 razones por las que no os podéis perder este lugar, pinchad aquí. Y si queréis visitarlo, este mes de diciembre tenéis la oportunidad de hacerlo:
Cuándo – 5, 6, 7, 14, 20 (completo), 21, 27 y 28 de diciembre a las 17’00
Dónde – Puerta de la iglesia de San Carlos
Precio – 10 € por persona (estudiantes menores de 26 años y jubilados, 8 €; parados, 5 €)
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