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¿Quién no recuerda “Pretty Woman”, aquella historia en la que un millonario y una prostituta se acaban enamorando? Hay un momento en el que él la viste de gala, la lleva a la ópera y cuando están esperando a que empiece la función le dice: “La reacción de la gente la primera vez que ve una ópera es muy espectacular: o les encanta, o les horroriza. Si les encanta será para siempre, y si no, pueden aprender a apreciarla, pero jamás les llegará al corazón”.

Las cosas nunca son tan simples, claro, pero a la protagonista de la película le emociona la historia que ve. Por cierto, ¿cuál es? No podía ser otra que “La traviata”, de Giuseppe Verdi, la ópera más representada en el mundo, que trata precisamente de la historia de una mujer “traviata”, extraviada, perdida y sin rumbo, al menos para la estrecha moral de aquella época. En pocas palabras, una prostituta que disfruta de cada instante de la vida hasta que un día, sin esperarlo, se enamora y es correspondida. ¿Una historia feliz? No, eso hubiera sido un escándalo, pues las gentes biempensantes solo podían aceptar a una cortesana en escena si al final acababa pagando por lo que había hecho. La pobre Violetta acabará muriendo en los brazos de su amado Alfredo, pero… no adelantemos acontecimientos.

Dumas

¿Qué le había inspirado a Verdi esta historia? Antes de entrar al tema es necesario recordar que Verdi se había quedado viudo muy joven, y poco antes de que muriera su esposa lo habían hecho sus dos hijos, un niño y una niña. Aquello le dejó sumido en una profunda depresión, pero poco a poco consiguió salir gracias al trabajo. Unos años después conoció a una diva de la ópera que ya empezaba a estar de capa caída, Giuseppina Strepponi, y empezaron una relación que duraría hasta la muerte de ella, tras más de cincuenta años juntos.

Giuseppina, cuando todavía era una diva y triunfaba sobre los escenarios de media Europa

Giuseppina, cuando todavía era una diva y triunfaba sobre los escenarios de media Europa

Estando en París con Giuseppina fueron al teatro a ver La dama de las camelias. La había escrito Alejandro Dumas (hijo), tras alcanzar un enorme éxito con la novela del mismo título. En ella se inspiraba en su relación con una famosa cortesana, Marie Duplessis, que en su corta vida había tenido docenas de amantes que le proporcionaron todos los lujos posibles salvo uno: el amor. El mismo Dumas la había abandonado, despidiéndose de ella con una carta que empezaba diciendo: “No soy lo bastante rico para amarte como quisiera, ni lo suficientemente pobre para ser amado como quisieras tú”. Ella murió a los 23 años, y de todos sus antiguos amigos y amantes sólo la acompañaron dos al cementerio, en medio de una soledad como sólo París puede hacer sentir.

Marie Duplessis, poco antes de morir con 23 años

Marie Duplessis, poco antes de morir con 23 años

Dumas, impresionado por aquel final, cogió aquel episodio de su vida, modificó lo que quiso y lo convirtió en una gran historia protagonizada por una mujer inolvidable: Margarita Gautier. Hermosa, joven, llena de encanto… lo tenía todo para triunfar en aquel alegre París, hasta que se enamoró de un caballero de buena familia y abandonó todo por él. Todo iba bien hasta que el intransigente padre de Armando, que así se llamaba, la convenció de que si le quería de verdad debía dejarle, porque para él y para su familia sería un desastre que le relacionaran con una mujer como ella. Dando una inmensa prueba de amor Margarita le abandona y él se siente tan herido que llega a insultarla en público. Sin embargo, finalmente se entera de todo y vuelve justo a tiempo para que ella, enferma de tuberculosis, muera en sus brazos.

La tumba de la auténtica "dama de las camelias", en el cementerio de Montmartre (París)

La tumba de la auténtica «dama de las camelias», en el cementerio de Montmartre (París)

Verdi y Giuseppina debieron sentirse muy identificados con aquellos personajes. Ella había tenido una vida disipada, pero no alegre (tuvo cuatro hijos de diferentes hombres y a los cuatro tuvo que abandonarlos). Él se había quedado destrozado tras la muerte de sus dos hijos y de su esposa, siendo todavía muy joven. Se enamoraron, y Peppina, que le adoró ciegamente hasta su muerte, siempre dijo que quería ser enterrada con la primera carta de amor que él le había escrito, un deseo que no se cumplió porque Verdi no logró encontrarla hasta días después del funeral (todavía hoy la familia la conserva sin abrir).

Tumba de Verdi y Giuseppina, en la casa de reposo para músicos sin recursos que él construyó en Milán

Tumba de Verdi y Giuseppina, en la casa de reposo para músicos sin recursos que él construyó en Milán

Las cosas, sin embargo, no fueron fáciles para ellos. No sólo la conservadora sociedad de Busseto (la ciudad donde él había crecido, y donde se fueron a vivir) se opuso a aquella relación de la que nadie sabía nada a ciencia cierta (ni siquiera si estaban casados o no, algo que no hicieron hasta unos años después), haciéndoles la vida imposible durante años, sino que el mismo padre del compositor rechazó totalmente a Giuseppina. Desde aquel mismo día la historia empezó a rondar por la cabeza de Verdi, y decidió que ése sería el tema de su próxima ópera. La apuesta era arriesgada por muchos motivos: no sólo no trataba de asuntos grandiosos, sino que ponía en escena la historia de una prostituta a la que no situaba en una época remota, sino en el presente (algo que la gente no estaba acostumbrada a ver). Por lo menos se desarrollaba en París, que en aquel momento ya se veía como la capital del libertinaje, y no en Italia, pero aún así Verdi tuvo que ceder a las presiones de la censura y situar la historia siglos antes (tendrían que pasar más de treinta años hasta que se representara tal y como Verdi deseaba y no con pelucas empolvadas del tiempo de Luis XIV).

Si hay una cantante que se haya identificado plenamente con "La Traviata" esa es María Callas, alguien que supo muy bien lo que es sufrir por amor

Si hay una cantante que se haya identificado plenamente con «La Traviata» esa es María Callas, alguien que supo muy bien lo que es sufrir por amor

La Margarita Gautier de Dumas se convirtió en Violetta Valèry, enamorada de Alfredo Germont. El estreno, que tuvo lugar en el veneciano teatro de La Fenice en 1853, fue un fracaso. Verdi se quejó de que los cantantes no estuvieron a la altura, y seguramente era cierto, pero el auténtico problema es que el público aún no estaba preparado para aceptar aquella historia. Sin embargo, pronto cambiaron las tornas y comenzó la exitosa trayectoria de una ópera que hoy, 160 años después de su presentación en sociedad, sigue siendo la más representada del repertorio. Todas las grandes cantantes, desde entonces, han interpretado este apasionante personaje, pero ninguna lo ha hecho suyo como María Callas. ¿Por qué? Pues seguramente porque le pasó lo mismo que a Verdi, que se identificó extraordinariamente con esta historia. Nadie como ella sabía lo que era sufrir por amor, tanto que alguien dijo que «su canto asemeja una herida abierta, que sangra entregando sus fuerzas vitales…como si ella fuese la memoria del dolor del mundo…«. Os dejo un fragmento del primer acto. Ella ha estado enferma y cuando se recupera organiza una gran fiesta en su casa, con todos sus amigos. Allí le presentan a Alferdo Germont, enamorado de ella, que durante su enfermedad ha estado preocupándose por su estado. Hablan y… ¡se enamoran! Cosas de la ópera, podrá pensar alguno, pero no. ¡¡¡El flechazo existe, no es un mito!!! Ella le da una camelia y le dice que vuelva a verla cuando se marchite; él se va feliz, pero cuando Violetta se queda sola en su casa, aún en estado de shock, reacciona cantando un aria que empieza con las palabras «Sempre libera«. O sea, que quiere seguir siendo libre para ir de un placer a otro, de una alegría a otra. Lo que no sabe es que ya no lo es, y en cuanto oye la voz de él cantando en la calle…

Por cierto, no se acaba con «La Traviata» la historia de este personaje, porque en 1937 Georges Cukor dirigió «Camille», una inolvidable película protagonizada por Greta Garbo. Seguro que la pobre Marie Duplessis nunca imaginó que su corta vida daría para tantas obras de arte excepcionales, pero así fue, gracias a genios como Dumas, Verdi, Cukor, Callas, la Garbo… y quién sabe quién más en el futuro, porque eso es lo que tienen las grandes historias, que nunca mueren.

Greta

Si queréis conocer muchas más cosas sobre la Traviata y sobre las demás óperas de Verdi no os podéis perder la exposición que hemos montado para el Centro Comercial Aragonia con la Asociación Aragonesa de la Ópera, ni tampoco las CENAS TEATRALIZADAS que tendrán lugar los martes a partir del 24 de septiembre. Si queréis toda la información entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363 o entrad aquí.

Cuándo – Martes 24 de septiembre, 1 y 8 de octubre a las 21’00

Dónde – Restaurante Gino’s, Centro Comercial Aragonia

Precio – 25 € por persona (3 horas de parking incluidas)

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Allá por el año 999 fue elegido el primer papa francés, Gerberto de Aurillac, que llegaría al año 1000 con el nombre de Silvestre II. Era un sabio que había aprendido algunos de los muchos saberes que dominaba en Córdoba y Sevilla. Fue allí, con los árabes, con los que llegó a convertirse en un experto astrónomo y matemático, algo que en la Europa cristiana de aquellos años no tenía nada de normal.

Silvestre II con una esfera armilar, con la tierra en el centro y las órbitas de los planetas alrededor

Sería por aquello, y también por historias políticas en las que no vamos a entrar ahora, que algunos de sus contemporáneos, de esos que siempre prefieren buscarle tres pies al gato, decidieron que todos aquellos saberes no eran normales, y que se debían… ¡¡¡a un pacto con el demonio!!! Y claro, enseguida empezaron a inventarse todo tipo de historias. Se llegó a decir, por ejemplo que mientras él nacía en Francia, a miles de kilómetros de allí, en Jordania, un gallo cantó tres veces y se escuchó hasta en Roma. También se contaba que cuando era niño un temible ermitaño que vivía en una cueva y decía que era descendiente de los druidas le había predicho un magnífico futuro, enseñándole además la magia celta. Y que cuando tenía 12 años unos monjes lo vieron tallando una rama para hacerse un tubo con el que observar las estrellas, y se lo llevaron a estudiar a la abadía. En fin, ya se sabe: cuando un personaje llega a ser importante desde abajo lo normal es inventarle una infancia que esté a la altura de las circunstancias para justificar semejante ascenso, cuanto más legendaria mejor.

Relieve en la base del monumento que hay en Aurillac, en el que se ve a los monjes encontrando al niño que fabrica un tubo para mirar las estrellas

Después de aquella estancia por tierras andaluzas de la que hemos hablado antes empezó a hacer carrera en serio: fue a Roma y el emperador de Alemania lo nombró tutor de su hijo; el arzobispo de Reims lo llamó para que diera clases en la escuela que tenía en la catedral; y como además introdujo en Francia el sistema decimal y el cero, construyó un globo terrestre, un órgano, relojes… y hasta unas cabezas parlantes que respondían a lo que se les preguntaba e incluso predecían el futuro, pronto empezaron a correr rumores de que practicaba la brujería.

El papa Silvestre II con un demonio que, de tan feíco que es, da ternura

La cuestión es que en el año 999 fue elegido papa. Por cierto, ¿sabéis cómo funciona la elección? Hoy se encierra a los cardenales en la capilla Sixtina y se cierra con llave («cum clavis«, de ahí la palabra cónclave) para asegurarse de que no haya intromisiones. Sin embargo, en época de Silvestre II la capilla todavía no se había construido, y la nobleza romana participaba en la elección. En cualquier caso, nos olvidamos de la cuestión más importante: es el Espíritu Santo el que inspira a los electores, pero… los enemigos de Silvestre II (que en aquellos tiempos tan revueltos eran muchos) hicieron correr la voz de que el demonio, viejo conocido suyo según se decía, había entretenido al Espíritu Santo y había manipulado la elección en favor de su candidato. Vamos, el típico pucherazo de toda la vida.

Monumento a Silvestre II en Aurillac, su ciudad natal

Poco duró su pontificado, pues cuatro años después murió. Ahora bien, ¿cómo? Pues hay todo tipo de leyendas. Se dice que se arrepintió de su pacto con el diablo y que pidió que su cuerpo fuera descuartizado y que no lo enterraran en tierra sagrada. También se cuenta que el acuerdo consistía en que el demonio tomaría su alma cuando él fuera a Jerusalén, cosa que no tenía ninguna intención de hacer, pero… resulta que entre sus muchos conocimientos no debía estar un detalle que conocía todo el mundo: la basílica de Santa Cruz en Jerusalén, en Roma, había sido construida sobre tierra traída… Ya sabéis de dónde, ¿no? Pues claro, de la mismísima Jerusalén. Así que cuando un día el papa fue a visitarla…

Basílica de Santa Croce in Gerusalemme

Poner el papa un pie dentro y venir el demonio a cobrar su deuda fue todo uno. Eso sí, cuentan que en el acto el papa se arrepintió muchísimo de todo, cayó muerto y unos caballos alados recogieron su cuerpo y se lo llevaron a San Juan de Letrán, lo que todo el mundo interpretó como una señal clarísima de que Dios le había perdonado. ¿No hubierais pensado lo mismo vosotros? Pues claro que sí, no pongáis esa cara de incredulidad. El caso es que está enterrado allí, en una tumba de lo más misteriosa.

Para empezar, se cuenta que no está solo. ¿Quién duerme con él el sueño eterno? Una mujer. Sí, sí, una mujer en la tumba de un papa, pero aún hay más. Dicen que Satanás le había puesto para vigilarle un demonio femenino que se enamoró de él, renunció a la inmortalidad, se hizo mujer, vivió amancebada con él y están enterrados juntos. Cierto o no, esto no es lo más fuerte, ni mucho menos. Lo más impresionante es la leyenda que dice que esta tumba predice la muerte de los papas. Durante siglos, cada vez que un papa iba a morir los huesos de Silvestre II empezaban a chocar entre sí tan ruidosamente que cualquiera podía oírlos.

Tan llamativa era la cosa que un papa decidió abrirla para ver qué podía haber dentro, y en ese momento, al contacto con el aire los huesos se desintegraron y se convirtieron en polvo. ¿Fue aquello el fin de las predicciones? Pues para nada, porque parece que desde entonces la lápida suda cuando un papa va a morir, hasta el punto de que según algunos se llega a formar barro en el suelo. ¿Una exageración? Probablemente. ¿Hay algo de cierto en todo esto? Probablemente no. Pero ¿no es verdad que la vida es más bonita con historias como esta?

¿Queréis conocer esta y muchas otras historias? Pues si sois un grupo podemos organizar nuestra cena sobre no os podéis perder nuestra cena  sobre Los secretos de los papas. Para saber más y conocer el menú puedes entrar aquí, y para reservar llámanos al 976207363.

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Este verano nuestras cenas de los martes también tendrán lugar los jueves, aunque con un tema distinto. ¿Quieres conocer lo que hay detrás de los cuadros de Velázquez y Goya y descubrir cuánto hay de verdad en los chismes alrededor de muchos de los reyes y reinas de España?  El cine, la copla… la mayor parte de las veces nos han dado una versión edulcorada y oficial que se corresponde poco con la realidad. Valga como ejemplo la desgraciada historia de amor de Alfonso XII y María de las Mercedes, que dio lugar a una famosísima película («¿Dónde vas, Alfonso XII?», si queréis verla entrad aquí) y a una no menos famosa copla:

En realidad, la lista de las amantes conocidas de Alfonso XII podría llenar (y lo hace) libros enteros, aunque eso no es nada al lado de las aventuras amorosas de su madre, la castiza Isabel II. O de su hijo, Alfonso XIII, con historias que incluyen a alguna de las cupletistas que triunfaban en aquel Madrid de principios del siglo XX. Pero hay más: los «deslices» de Carlos V, que dieron lugar a un personaje tan conocido como su hijo bastardo, Don Juan de Austria; o los de Felipe IV con la Calderona, una famosa actriz, e incluso con cierta monja del convento de San Plácido, para el que Velázquez pintó su famoso Cristo casi como una compensación. En fin, que el tema, además de inagotable es pícaro, alegre, divertido y fresco, algo perfecto para una época como el verano.

Isabel II y su marido, Francisco de Asís. ¿Fue él padre de alguno de los hijos que tuvieron? Parece ser que de ninguno de los que llegaron a mayores, incluido Alfonso XII

Os proponemos, pues, una cena en la que vamos a conocer historias de alta cuna y (a veces) de baja cama, pintorescas, truculentas, divertidas… Un plan estupendo para una noche de verano. Aquí os dejamos el menú:

  • Ajoblanco con uvas
  • Huevos de fraile – Ensalada con bizcocho de garbanzos
  • Caprichos de la reina castiza – Lomo de atún estofado en salsa de tomate sobre lecho de patatas
  • Huevo quimbo

Y ya sabéis, si sois celíacos, vegetarianos, alérgicos a algo… no tenéis más que decírnoslo cuando hagáis la reserva y os prepararemos otra cosa.

Cuándo – Todos los jueves desde el 19 de julio al 13 de septiembre, a las 21’00

Dónde – Restaurante El Atrapamundos (C/ Mefisto, 4)

Precio – 22 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363

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Roma es una ciudad alegre, bella y luminosa como pocas. Sus piedras milenarias han visto de todo, desde Nerón tocando la lira mientras la veía arder hasta Anita Ekberg bañándose en la Fontana de Trevi o Audrey Hepburn recorriéndola en Vespa.

Sin embargo… Roma es mucho más que lo que se ve. Es también una ciudad llena de fantasmas que conviven pacíficamente (a veces) y con la mayor naturalidad con los romanos de hoy, gente sabia y acostumbrada a todo desde la época de Rómulo y Remo, hace casi 3.000 años. La historia de la ciudad está plagada de aparecidos, espectros, seres del inframundo que no descansan en paz y que intentan comunicarse con los vivos, almas del purgatorio que dejan su huella por todas partes… Al fin y al cabo todos los caminos llevan a Roma, y los de ultratumba parece que también.

¿Queréis conocer la historia de la mano de Constanza de Cupis, que algunas noches se puede ver en los balcones de un palacio de Piazza Navona? ¿Y la de los huesos de un Papa que se agitan cada vez que está a punto de morir uno de sus sucesores? ¿Os venís a ver las huellas de fuego que dejan las almas del Purgatorio cuando se manifiestan? ¿O preferís conocer a Fray Piccolo, el fantasma que vive en la embajada de España en Roma? Espectros, milagros, demonios y aparecidos para una noche fantasmagórica en la que descubriremos que no es tan fiero el león como lo pintan, y que hasta los espectros más gruñones tienen su lado simpático.

Por cierto, los fantasmas no comen (o eso dicen) pero nosotros sí, y hemos preparado para la ocasión un menú típicamente romano, como el que podríamos encontrar en cualquier trattoria del Trastevere. Aquí lo tenéis:

  • Melanzane alla parmigiana (o sea, berenjenas con queso)
  • Saltimbocca alla romana (unos deliciosos rollitos de carne muy fina, jamón y salvia)
  • Arrosto di maiale a l’oglio di rosmarino (asado de carne de cerdo al aceite de romero)
  • Tiramisu alla crema di ricotta (Tiramisú con crema de queso)

Y ya sabéis, si sois celíacos, vegetarianos, alérgicos a algo… no tenéis más que decírnoslo cuando hagáis la reserva y os prepararemos otra cosa. Os esperamos para pasar una noche de lo más romana y fantasmal.

Cuándo – 3, 10, 17, 24 y 31 de julio a las 21’00

Dónde – Restaurante El Atrapamundos (C/ Mefisto, 4)

Precio – 22 € por persona

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

Y si queréis más, durante este verano, entre el 19 de julio y el 13 de septiembre, también tendremos «Cenas de los jueves», dedicadas a «L@s amantes de los reyes (y reinas) de España» (si queréis más información entrad aquí), además de nuestras «Cinco rutas a la fresca» y una gymkana muy especial. Entrad aquí y lo encontraréis todo.

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El Día de la Madre está a la vuelta de la esquina, y con él llega ese terrible dilema: ¿qué le regalo? ¿Colonia otra vez? ¿Flores como siempre? ¿Otra planta? No puede ser, que ya decía el clásico que «madre no hay más que una / y a ti te encontré en la calle«. Podéis cantarle aquello de «Madrecita María del Carmen« de Manolo Escobar, pero por si queréis estiraros un poco más y quedar divinamente por muy poco dinero, aquí van unas cuantas propuestas para regalar una «experiencia»:

  • Una cena para dos – Cualquiera de nuestras «Cenas de los martes» es un estupendo plan para salir una noche a hacer algo diferente. Durante el mes de mayo las dedicamos a «La última cena del Titanic», y aunque el precio normal son 22 € por persona el «especial Día de la Madre» serán 40 € para dos personas.
  • Un paseo diferente por Zaragoza – En este mes de mayo tenemos dos rutas diferentes, dedicadas a «Las mujeres en los Sitios» (domingos por la mañana) y a las «Historias del Parque Grande» (sábados por la tarde). El precio normal son 8 € por persona, y el «especial Día de la Madre» 12 € por dos visitas, o una visita para dos personas.
  • Una actividad en familia – Para madres y abuelas, ¿hay mejor plan que pasar un rato disfrutando con sus hijos o sus nietos? Tenemos dos propuestas diferentes para descubrir Zaragoza en familia, un paseo para conocer las «Historias de Zaragoza» los sábados por la tarde y una actividad sobre «Las mil y una noches en la Aljafería»El precio normal son 7 € por persona, y con esta oferta serán 6 €.

¿Cómo lo veis? Si os apetece sorprender a vuestra madre con cualquiera de estas propuestas, o combinar más de una, no tenéis más que llamarnos al 976207363 y os lo envolvemos para regalo rápidamente.

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A lo largo de todo este mes he ido escribiendo aquí sobre formas insólitas y peculiares de celebrar la Semana Santa por diferentes lugares de España. Sin embargo, lo que sé es porque el tema me interesa mucho y he dedicado toda mi vida a leer y a informarme, pero no porque lo haya vivido. ¿Por qué no? Pues por una razón muy simple: la única pega que tiene la Semana Santa es que se celebra en todas partes a la vez, y esas fechas las tengo comprometidas hasta que me muera. Puede que suene muy radical, pero es que yo soy así. Lo malo es que tengo el corazón partío, y eso da muchas alegrías pero también hace sufrir: si queréis buscarme un Domingo de Ramos estaré por Sevilla, sí o sí. Y si es Jueves Santo, en Híjar.  No hay más. Todos los Jueves Santos por la mañana, cuando voy a coger el AVE en Sevilla para venirme para aquí, pienso lo mismo: «¿Por qué no me quedo este año?«. Y todos los Jueves Santos por la noche, cuando estoy en esa plaza que se ve en la fotografía, pienso: «Menos mal que no me he quedado«. Porque lo que siento ahí en ese preciso momento, un poco antes de que den las doce y empiece todo… eso no lo siento en ningún otro lugar. ¿Qué es? No lo sé explicar, pero se parece mucho a la felicidad.

Mi abuelo

¿Veis a este señor? Es mi abuelo Antonio, y el que está detrás de él, a la izquierda de la foto, mi tío José. Con ellos descubrí qué es esto de la Semana Santa. Hace cuarenta y pocos años, por estas fechas, mi abuela cosía una pequeña túnica negra, y mi abuelo compró un tambor para su primer nieto. No era nada excepcional, la verdad. Era lo mismo que habían hecho y seguirían haciendo sus amigos, sus vecinos… Cuando empecé a andar mi abuelo me empezó a llevar con él, pero como él tocaba el tambor quien iba conmigo en las procesiones era mi tío, que tocaba el bombo (en las procesiones de Híjar hay dos filas de tambores a los lados y en el centro una de bombos). Como debía de ser un poco grande para mí parece que me vencía hacia delante y acababa por salir corriendo para no caerme, así que mi tío optó por colgar una cuerda del suyo y atármela a la cintura. No tengo ninguna foto de aquello, pero me encantaría.

Este soy yo

Mi abuela, mientras, me intentaba explicar qué era todo aquello que veía y que me impresionaba tanto, y me enseñaba el ritmo de algunos toques con versos fáciles de recordar que ella había aprendido hacía muchísimos años y que a veces eran hasta un poco picantes, como aquellos que decían que «Una vieja, vieja, vieja / más vieja que el sarampión / tenía las uñas negras / de rascarse el pimentón«. Y sobre todo otros, que son la melodía que más recuerdo de mi infancia: «Que suban, que suban / que suban las imagenes…«.

Entre mi padre y mi abuelo

Supongo que podría haber ocurrido que aquello no me gustara nada (casos hay), pero pasó justo lo contrario. Desde que tengo recuerdos me veo esperando la Semana Santa. Si tenía miedo por la noche en la cama y mi madre me decía que pensara en cosas alegres, pensaba en Semana Santa. Si mis padres me llevaban al Prado (un lugar en el que desde pequeño me he sentido en casa) y veía «El triunfo de la Muerte» de Brueghel, mi cuadro favorito, siempre pensaba: «si me voy a morir, por lo menos que sea después de Semana Santa«. Hoy tengo un calendario en el ordenador que cada día me dice cuántos faltan, y sigo pensando que si existe el cielo tiene que ser un lugar en el que todos los días sea Domingo de Ramos. ¿Un marciano? Pues sí, un poco, pero no el único, ni mucho menos.

Hasta hace unos años en Híjar no podían tocar las mujeres. Seguramente era un anacronismo, pero casi todo en las tradiciones lo es. Y si os soy sincero, tengo que decir que yo en aquel momento prefería que las cosas siguieran como estaban. ¿Sabéis por qué? Pues por miedo, simplemente. Puede que sea una postura conservadora, pero cuando algo funciona y es maravilloso es lógico pensar que tocarlo es un riesgo, ¿no?. Pero, por otro lado, no podía soportar la idea de que mis hermanas no pudieran hacer algo que les gustaba tanto como a mí y tuvieran que participar ocupando los pocos papeles que se dejaban a las mujeres, como «salir de Marías» (un puesto, por otra parte, muy disputado).

Con mis hermanas

Finalmente la fruta cae cuando está madura, y lo que tanto miedo daba fue una transición fácil y sin grandes problemas. Mi hermana pequeña y muchísimas otras mujeres, se incorporaron sin problemas ni complejos a algo que les pertenecía de siempre. Hoy es algo completamente asumido, y tanto mis sobrinas como mis sobrinos tendrán el tambor entre sus primeros recuerdos, como yo.

En el centro de la foto, mi hermana pequeña

¿Por qué me gusta tanto? ¿Porque es divertido? Pues sí, es divertido, pero es mucho más. Es intenso, es emocionante, hay momentos en los que realmente tocas el cielo con los dedos… pero es más que eso. Es algo muy extraño, como sentirte un eslabón de una cadena que viene de muy lejos y que seguirá ahí, pase lo que pase. Creo que nadie lo ha dicho mejor que Georges Moustaki en una canción titulada «Grand pére» que le dedicó a su abuelo, y que decía «C’est pour toi que je joue / grand pére, c’est pour toi / tous les autres m’écoutent / mais toi, tu m’entends«. O sea, yo toco para ti, abuelo, porque todos los demás me escuchan pero tú me entiendes. Y poco después dice «Tu étais déjà vieux quand je venais de naître / arrivé just’à temps pour prendre le relais«. Ya eras viejo cuando yo acababa de nacer, pero llegué justo a tiempo para coger el testigo. Y esa es para mí la clave: coger el testigo, transmitirlo, que la cadena no se rompa.

Viernes Santo a mediodía con Juan y nuestros sobrinos. ¿Qué más se puede pedir?

De mi abuelo a mis sobrinos. ¿Veis ese bombo que lleva mi sobrino? Es el que llevaba yo de pequeño. La túnica que llevo yo es una de las que mi bisabuela le puso a mi abuelo en el ajuar cuando se casó, en los años 40, y la que lleva Juan era una que llevaba yo antes. Mi abuelo ya no está para ver cómo sus cuatro bisnietos continúan con la tradición que él nos transmitió, pero mi abuela sí, y sigue cosiendo las túnicas para todos, como hizo conmigo. ¿Cómo me voy a quedar en Sevilla, por mucho que salgan la Macarena y el Gran Poder, y me voy a perder la cara que pone cuando nos ve a todos vestidos, con nuestros tambores y bombos, un Viernes Santo por la mañana?

Si queréis vivir en directo todo esto este año tenéis una estupenda oportunidad, porque hemos organizado una excursión para Romper la Hora en Híjar. Si queréis saber más entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

 

Y si queréis seguir leyendo, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog sobre el tema:

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

El besapié de Jesús de Medinaceli en Madrid

Los “picaos” de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un Cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Romper la Hora en Híjar

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Ya Fraga decía que «Spain is different«, y seguramente eso mismo pensará cualquier turista que pasee estos días por el centro de Madrid al ver una fila inacabable que nace al ladito del Palace y llega hasta la estación de Atocha. ¿Qué hacen ahí? Pues no están esperando para comprar lotería en Doña Manolita, sino para algo completamente diferente pero que en el fondo es lo mismo: el besapié del primer viernes de marzo del Cristo de Medinaceli. ¿Que por qué digo que es lo mismo? Porque lo que se busca es también cambiar la suerte y mejorar en la vida, en un caso por medio del dinero llovido del cielo y en el otro por los favores divinos, venidos del mismo lugar.

¿Qué tiene este Cristo de especial para que tanta gente se ponga en la cola ya varios días antes y pase las frescas noches de finales de febrero y principios de marzo durmiendo al raso? ¿Por qué están tan convencidos de que lo que le pides lo cumple? ¿Por qué les vale la pena esperar durante días para pasar sólo unos minutos delante de su imagen? Desde un punto de vista racional podríamos pensar que es algo que se debe a la crisis, que la desesperación nos hace agarrarnos a creencias ancestrales… pero aquí os dejo una imagen antigua para que veáis que la cosa viene de lejos.

La fila en 1919

Las puertas se abren en la medianoche del jueves al viernes, y hasta que no entra la última persona que hay en la fila no se cierran (normalmente en la madrugada del sábado). Además, viene gente de todo tipo y de todas las clases sociales, incluyendo siempre a algún miembro de la Familia Real (que no falta a la cita desde hace 300 años).

El rey en el besapié

¿De dónde viene esta devoción? Pues para conocer la historia de este Cristo viajero y aventurero tenemos que viajar en el tiempo hasta la Sevilla de la primera mitad del siglo XVII, cuando se talló en alguno de los talleres de la ciudad para enviarlo a una de las ciudades españolas en el norte de Africa, concretamente a La Mámora (hoy llamada Mehdía), conquistada en 1614 por los españoles para acabar con la piratería en esa zona y rebautizada como San Miguel de Ultramar.

Allí fue llevada la imagen por los capuchinos, y allí recibió culto por parte de los soldados de la guarnición hasta 1681, cuando las tropas de Mulay Ismail (el segundo monarca de la dinastía alauita que aún reina en Marruecos) conquistaron la fortaleza a los españoles. ¿Qué pasó entonces con la imagen? Pues lo mismo que con otras muchas que había en la ciudad y quedaron en poder de los musulmanes: las arrastraron por las calles y fueron objeto de todo tipo de humillaciones, con lo que los padres trinitarios, que se dedicaban a conseguir dinero en España para rescatar a cautivos, decidieron que aquel Cristo era tan cautivo como el que más y le hicieron una propuesta a Mulay Ismail: darle su peso en oro.

Un rostro impresionante

La escultura no debe ser ligera, pues aunque lo parece no es lo que se conoce como una imagen «de vestir» (las que sólo tienen la cabeza, las manos y los pies, siendo el resto una estructura ligera que va recubierta por la ropa), sino que está completamente tallada. El caso es que la pusieron en un plato de una balanza y en el otro fueron echando monedas de oro hasta llegar a ¡¡¡30!!! Con la insignificante (y simbólica, recordad a Judas) cantidad de 30 monedas de oro la balanza quedó equilibrada, algo que a Mulay Ismail no le pareció ni medio bien. No entraremos a valorar cuánto hay de historia, cuánto de tradición y cuanto de leyenda en esto, pero el caso es que a mediados de 1682 la imagen llegó a Madrid en medio de una procesión que cuentan que ya fue multitudinaria.

El Cristo de Medinaceli en su paso, en la procesión de cada Viernes Santo

Como la capilla en que se instaló estaba en unos terrenos donados por el duque de Medinaceli, pronto cambió su nombre de Jesús del rescate por el actual, y la devoción fue a más. Eso sí, si pensabais que con esto se habían acabado los viajes de este Cristo tan aventurero estáis muy equivocados, porque cuando estalló la Guerra Civil se puso otra vez en movimiento. Los frailes lo envolvieron en sábanas y lo escondieron en el sótano metido en una caja de madera, pero justo allí se alojó un batallón republicano, que se lo encontró cuando intentaban arrancar las tablas de la caja para encender una hoguera con la que calentarse. El jefe del batallón se lo entregó a la «Junta del Tesoro», iniciando entonces el mismo viaje que siguieron las «cajas españolas», o sea, los tesoros artísticos que había que salvar a toda costa. Fue entonces cuando Azaña dijo aquella famosa frase que a mí me parece tan emocionante: «El Museo del Prado es más importante para España que la Monarquía y la República juntas«. Pues bien, el Cristo de Medinaceli se fue con «Las Meninas» y con muchos otros de nuestros mejores tesoros primero a Valencia, Barcelona… hasta Ginebra, donde formó parte de una exposición que se montó en la Sociedad de Naciones. Si queréis conocer esta fantástica aventura entrad aquí y podréis ver un documental titulado «Las cajas españolas» (tiene seis partes, así que cuando se acabe cada una id pinchando en la siguiente y ya está).

La cuestión es que después de la guerra se consiguió que Jesús de Medinaceli volviera a Madrid, siendo recibido con honores militares. Desde entonces sigue allí, en su basílica, donde todos los viernes, pero especialmente el primer viernes de marzo, recibe multitud de visitas. Y para corresponderlas cada Viernes Santo sale a la calle en procesión entre cientos de miles de madrileños.

Jesús de Medinaceli en su paso

No deja de ser chocante y paradójica una devoción así en una gran ciudad como Madrid y en un país cada vez más laico como el nuestro, ¿no? Cada uno de los que se acerca hasta allí cada primer viernes de marzo tendrá sus motivaciones,  todas respetables. Sin embargo, e independientemente de las creencias de cada uno, me gusta vivir en un país en el que todavía pasan cosas que se salen del guión y que nos hacen seguir exclamando cada día que «Spain is different«. Porque, para bien y para mal, pero yo creo que sobre todo para bien, lo es.

Está claro que la Semana Santa española no puede ser más variada y peculiar, ¿no? En las próximas semanas seguiremos contando historias sobre la Semana Santa insólita, pero si queréis conocer muchas más aquí os dejo el programa que hemos preparado (entrad aquí para encontrar toda la información):

  • 14 y 22 de marzo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: el Calvario de Alloza y mucho más
  • 21 y 28 de marzo – CENAS EN PALACIO: Semana Santa insólita
  • Del 30 de marzo al 2 de abril – TRAS TUS PASOS: Rutas para descubrir la Semana Santa de Zaragoza en la calle
  • 2 de abril, Jueves Santo – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Romper la hora en Híjar
  • 4 de abril – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: Sábado Santo en Alcañiz

Salamanca, el “padre putas” y el Lunes de Aguas

El entierro de Genarín en León

Los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra

Sevilla y el viacrucis de la Cruz del Campo

Un cristo heroico en Zaragoza

Domingo de Ramos en Elche

La luna y la Semana Santa

El juego de las caras en Calzada de Calatrava

Híjar, la familia y la tradición

Romper la Hora en Híjar

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Nuestro cuatro besos anteriores han sido imágenes conocidísimas, pero hoy la cosa va de anónimos. Sí, sí, de perfectos desconocidos, porque París es una ciudad en la que la gente se besa en cualquier parte, y de ellos vamos a hablar hoy. Bueno, no de todos: concretamente de una joven taiwanesa llamada Tang Ya Ching (o Yang Yaqing, o Yan Ya-Ching, que con todos esos nombres y alguno más la llaman por Internet). ¿Que quién es? Pues para decirlo rápido: una ladrona de besos que anda suelta por París. Me hubiera encantado poneros una foto suya, pero me ha sido imposible encontrar ninguna en la que no esté adosada a algún maromo (siempre diferente), así que os dejo aquí un enlace a su blog, donde la podréis ver. Ahora mismo os cuento de qué va todo esto, pero antes, y para ir entrando en calor, os pongo una canción dedicada a una mujer muy similar, y que comienza diciendo aquello de «María Antonia es la ventera / más linda que he conocido / tiene una tienda de besos / al otro lado del río«.

Resulta que Yang (la llamaremos así) es taiwanesa, pero en su país consideraban que era un poco «suelta». Vamos, una fresca y una desahogada, que dirían las abuelas (las nuestras, claro; las de allí, ni idea). La cosa es que la chica se fue a Francia con varios objetivos: uno, que la dejaran en paz todos aquellos reprimidos; dos, estudiar música (una tapadera tan buena como cualquier otra para su verdadero plan); y tres, conseguir que 100 desconocidos la besaran por la calle y hacerse una foto con cada uno de ellos, para que quedara constancia de que lo había logrado. En esto me recuerda mucho a aquello que cuentan de Luis Miguel Dominguín, que después de haber conseguido los favores de Ava Gardner se levantó corriendo de la cama y empezó a vestirse, hasta que la bellísima Ava, sorprendida, le preguntó dónde iba. «¿Dónde voy a ir? A contarlo«. Pues lo mismo debe pensar Yang, que si no lo cuentas no tiene gracia, y claro, si quieres que se lo crean tendrás que presentar testimonios, ¿no? Pues en eso está.

El primer beso de la serie, delante del Museo d’Orsay

¿Cómo es la estrategia? Pues a mi me gusta imaginarme que se acerca y se pone a cantarles aquello que le decía Pepe Blanco a Carmen Morell: «Me debes un beso / no te lo perdono. / Me debes un beso / me lo cobraré«. Y claro, ellos le contestarán que «No me exijas eso / que un beso se ofrece / y si lo mereces / te lo brindaré«. O a lo mejor la cosa no es así de jacarandosa y retrechera, sino mucho más prosaica, y simplemente ella va, les cuenta el reto que se ha marcado y les dice que se decidan prontico, que no tengo todo el día y mi amigo el fotógrafo cobra por horas. «Qué, ¿quieres ser tú el número 69, o qué?«. En fin, que siento no tener más datos (ella no desvela su estrategia), pero lo que sí sé es que tampoco se lo debe ofrecer al primero que pasa y que no todo es un jardín de rosas, porque según sus datos el 20% aproximadamente le dicen que nones (quién sabe, a lo mejor si no hubiera foto de por medio el porcentaje bajaría).

¿Qué pensará este mocetón mientras mira de reojo al fotógrafo? Y el perro, ¿qué opinará de la fresca de su dueña?

¿Queréis ver las fotos que ya tiene subidas en su blog? Pues entrad aquí, porque la chica no se corta un pelo y las va colgando para que el mundo entero esté al tanto. En vilo nos tiene, no os digo más. ¿Cómo acabará la cosa? ¿Llegará a los 100? ¿Le pasará lo que dicen sus amigas, que se contagiará de cualquier cosa? ¿O se enamorará antes y no será capaz de seguir? ¿O pensará que la fidelidad consiste en estar con una persona cada vez? Es cosa sabida que París te pone besucón, pero lo de esta chica va mucho, pero que mucho más allá.

Otro. Lo de esta chica es un no parar

Otro día más, pero de momento si queréis descubrir muchas más HISTORIAS DE AMOR EN FEBRERO, entrad aquí. Os dejo un resumen de lo que podréis encontrar:

  • Viernes 13 y sábado 14 de febrero a las 21’30 – CENA TEATRALIZADA: UNA NOCHE CON LOS ROMAÑOS
  • Sábado 14 y domingo 15 a las 8’00 – NOS VAMOS DE EXCURSIÓN: LOS AMANTES DE TERUEL
  • Sábado 14 a las 19’00 y domingo 15 a las 11’30 – UNA HISTORIA DE LA LUJURIA EN ZARAGOZA
  • Domingos a las 11’00 – AMORES Y DESAMORES EN EL MUSEO DE ZARAGOZA

«París en 10 besos (IV)»

“París en 10 besos (II y III)”

“París en 10 besos (I)”

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Y no un pecado cualquiera, no. Uno de los siete pecados capitales, nada menos. Y no uno más, sino el que más ha obsesionado de toda la vida a los guardianes de la moral. Ya podías ser un asesino en serie o un asaltador de bancos, que lo preocupante de verdad era lo que hacías con el sexto (lo he escrito bien, con t). Ahí, ahí era donde había que estar siempre vigilantes contra las asechanzas del Maligno, que no descansa.

Sarita Montiel, cuando era la viva encarnación de la lujuria. El demonio tiene nombre de mujer, de toda la vida.

Censores, confesores y demás vigilantes del orden público se dejaron la piel para que nuestro país no llegase a convertirse en una sucursal de Sodoma y Gomorra. «¿Has pecado contra el sexto?» El sexto mandamiento, claro. Y automáticamente: «¿Cuántas veces?». Charo López cuenta que siendo adolescente le dijo a su confesor que tenía novio, y él le preguntó: «¿Intercambiais fluidos?». Ella se quedó pensando qué sería aquello de los fluidos, y enseguida llegó a la conclusión de que a juzgar por cómo había hecho la pregunta el pater debía ser cosa rica.

«Estás hecha una gilda», que es como decir que eres una golfa y un pendón desorejao todo junto

Difícil lo tenía el gremio de alargadores de faldas, cortadores de películas y tapadores de escotes. No había dique que pudiera contener el tsunami que llegaba de Hollywood. El cine, ése era el enemigo, sí señor. ¿Quién iba a querer ver «Locura de amor», o «Agustina de Aragón», pudiendo ver «Gilda»? La pobre Aurora Bautista lo tenía difícil para poder vencer a la pelirroja e impúdica americana, pero también a la morena y racial María Antonia Abad, más conocida como Sara Montiel. Al menos la espectacular Sarita era católica y española y nunca sobrepasaba los límites de la decencia, esa virtud tan propia de la mujer ibérica, pero Rita… con ésa no había manera de hacer carrera, y menos después de rodar «Gilda». Esa mirada, ese contoneo, ese escote «palabra de honor» («palabra de honor que no se me cae», de ahí le viene el nombre), ese interminable quitarse el guante… y esa melena roja, tan roja como las llamas del mismísimo infierno. Tanto que su nombre en la película se convirtió en sinónimo de fresca, suelta, desahogada y muchas cosas más que no menciono porque soy un caballero. Y no sólo eso, tan grande fue el escándalo que se llegó a creer que se proyectaba con cortes, y la gente estaba convencida de que después del guante Gilda se quitaba todo lo demás, y se quedaba como la mismísima Eva, madre de todos los pecados.

Eva, reptando como una serpiente después de coger la manzana. Pecado es… lujuria

¿Rita llegó a saber que su personaje dio nombre a una famosa banderilla? Seguro que le hubiera gustado. Hace unos 60 años, en el bar Casa Vallés de San Sebastián, se les ocurrió ensartar en un palillo guindillas, olivas verdes y anchoas. ¿Cómo lo llamaron? Pues como aquello era verde, salado y un poco picante le llamaron «gilda». Y así se quedó, hasta hoy. Los caminos del señor, que son inexcrutables, ya se sabe.

Mmmmmmm verdes, saladas y picantes. Lujuria es… Gilda

Os dejo un enlace para que lo disfrutéis. Pinchad aquí y pecad, aunque sólo sea con el pensamiento. Y si queréis más lujuria, con motivo de San Valentín tendremos nuestra ruta UNA HISTORIA DE LA LUJURIA EN ZARAGOZA.

Cuándo – Sábado 14 a las 19’00 y domingo 15 a las 11’30

Dónde – Puerta de la iglesia de la Magdalena

Precio – 8 € (estudiantes menores de 26 años y jubilados, 7 €; parados, 4 €)

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí

Más información – Entrando aquí

Si queréis seguirnos podéis entrar en http://www.facebook.com/gozARTE y pinchar en “me gusta”, o en twitter @gozARTE. Y ahora, os dejo unos cuantos post de nuestro blog con historias de lo más lujuriosas:

Lujuria es… Liz Taylor

Lujuria es… Olympia

Lujuria es… Marilyn Monroe

Pecadores encantadores – Rebeca y la lujuria

Lujuria es… el jamón

Lujuria es… el champagne (francés, bien sûr)

Lujuria es… sexo en Nueva York

Lujuria es… unas piernas de cinco millones de dólares

Lujuria es… el Bulli

Lujuria es… Venus

Lujuria es… el teatro chino de Manolita Chen

Lujuria es… Sodoma y Gomorra

Lujuria es… el “gabinete secreto” de Nápoles

Lujuria es… Marlon Brando

Lujuria es… Sofía

Lujuria es… la guerra de los biquinis

Lujuria es… el biquini

Lujuria es… El Plata

Lujuria es… Zeus y sus chic@s

Lujuria es… la Lollo

Lujuria es… pecado

Lujuria es… San Juan de la Cruz


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