¿Habéis oído hablar de la Parroquieta de la Seo? Seguro que sí, porque todo el mundo se ha quedado alguna vez con la boca abierta delante de esa espectacular fachada mudéjar que hay junto a los ábsides de la Seo, pero ¿qué hay detrás de ese muro tan increíble? Pues uno de los lugares más sorprendentes (y también de los menos conocidos) de Zaragoza.
Resulta que allá por el siglo XIV el arzobispo Lope Fernández de Luna decidió hacer una capilla para enterrarse, y no reparó en gastos para hacer una obra bastante exótica, pues en ella trabajaron un par de sevillanos que «fusionaron» las modas de su tierra con las de aquí, creando algo absolutamente original y único. No solo eso, también se trajo al mejor escultor que pudo encontrar para que hiciera su tumba, absolutamente magnífica y desde luego la mejor que se conserva en Zaragoza. No quedó ahí la cosa. El arzobispo estaba decidido a que su capilla fuera sencillamente fabulosa, y también pagó una bellísima techumbre mudéjar, muy diferente de lo que por entonces se hacía en Aragón, pues en ella seguramente también intervinieron nuestros amigos sevillanos.
No quedó ahí la cosa. El arzobispo estaba decidido a que su capilla fuera sencillamente fabulosa, y también pagó una bellísima techumbre mudéjar, muy diferente de lo que por entonces se hacía en Aragón. ¿Queréis verla?
Y aún ahí más, y esto sí que es una sorpresa: también construyó, debajo de la capilla, una cripta gótica que casi nadie ha visto, porque hasta hace no mucho se utilizó como carbonera para la calefacción de la Seo y estaba completamente llena. Ahora se ha vaciado y limpiado y por fin vais a poder visitarla con nosotros. Eso sí, no solo vamos a hablar de la muerte, sino también de la vida de Lope Fernández de Luna, y por eso empezaremos la visita por las salas que construyó en el palacio Arzobispal, con sus estupendas techumbres mudéjares.
¿Os apetece descubrir a este personaje a través de las obras que dejó en la ciudad? Pues no os podéis perder las visitas que hemos preparado, en las que podréis conocer algunas de las joyas más espectaculares (y más desconocidas) de nuestro patrimonio.
Cuándo – Sábados hasta el 12 de abril a las 18’30
Dónde – Taquilla del Museo Diocesano
Precio – 10 € por persona (estudiantes menores de 26 años y jubilados, 8 €; parados, 5 €)
La Seo, una de las dos catedrales de Zaragoza, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, espectacular, maravillosa… es un lugar inagotable, lleno de historias y secretos. El edificio medieval más importante de Zaragoza y Aragón es una catedral absolutamente extraordinaria, que además de ser una joya artística está llena de historias que nos hablan de casi 1.000 años de convivencia (unas veces pacífica y otras no, que de todo hubo) entre judíos, moros y cristianos; de asesinatos en mitad de la noche; de milagros increíbles y reliquias extraordinarias… en fin, un lugar excepcional. ¿Queréis descubrir con nosotros algunos de sus secretos más increíbles?
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
El fin de semana del 14-15 de junio vuelve el Mercado medieval a las calles de Zaragoza. Vamos a viajar en el tiempo a aquellos siglos de la historia de nuestra ciudad, y para celebrarlo tenemos unas cuantas propuestas para descubrir con vosotros tres de los principales monumentos medievales de nuestra ciudad, y algunos del resto de Aragón:
VISITA TEATRALIZADA NOCTURNA AL PALACIO ARZOBISPAL – Una noche en las casas del obispo
Uno de los espacios más desconocidos de la Zaragoza medieval es el palacio de los arzobispos de Zaragoza. Con el paso de los siglos se habían ido construyendo tabiques, falsos techos… y casi se perdió la memoria de aquellas estancias, pensando que habían desaparecido, pero… ¡¡¡estaban allí!!! Cuando empezó a restaurarse el edificio las sorpresas vinieron una detrás de la otra, y hoy tenemos un lugar absolutamente increíble y fascinante por descubrir: restos de la basílica romana, un enorme torreón de época de Alfonso I el Batallador, una bellísima capilla gótica y muchas cosas más.
Por si esto fuera poco hemos preparado una visita muy particular. No sólo tendrá lugar de noche, sino que en ella nos vamos a encontrar con personajes de otras épocas que nos contarán montones de historias: el escudero de uno de los caballeros que acompañaron a Alfonso el Batallador en la conquista de Zaragoza, el fantasma de un fraile que lo sabe todo, un mercader recién llegado de Caspe con noticias frescas del Compromiso… ¿Te lo vas a perder?
Cuándo – Viernes 13 y sábado 14 de junio a las 21’30
Dónde – Taquillas del Museo diocesano de Zaragoza
Precio especial Mercado medieval – 10 € por persona (9 € para estudiantes menores de 26 años y jubilados; 6 € para parados)
La Seo es el edificio medieval más importante de Zaragoza y de Aragón. Es una catedral absolutamente extraordinaria, que además de ser una joya artística está llena de historias que nos hablan de casi 1.000 años de convivencia (unas veces pacífica y otras no, que de todo hubo) entre judíos, moros y cristianos; de asesinatos en mitad de la noche; de milagros increíbles y reliquias extraordinarias… en fin, un lugar excepcional, algunos de cuyos secretos os contaremos en la visita que haremos SÓLO ESTE SÁBADO.
Cuándo – Sábado 14 de junio a las 10’30
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio especial Mercado medieval – 5 € por persona (precio normal, 8 €) + 4 € por la entrada (jubilados mayores de 65 años, 3 €; parados, gratis)
HISTORIAS DE AMOR EN LA ALJAFERÍA La Aljafería es, junto con la Seo, el edificio medieval más importante de nuestra ciudad. Es un palacio encantado y encantador lleno de historias y leyendas, y en sus mil años de historia sus muros han sido testigos de todo tipo de romances, unos reales y otros imaginados, unos más apasionadas y otros menos, algunos con final feliz y otros de lo más desgraciados. Don Quijote, Gaiferos, Melisendra, Felipe de Gali, Manrique, Leonor… son algunos de sus protagonistas. ¿Quieres conocerlos mejor? ¿Sabías, p.ej., que “El retablo de Maese Pedro” de Manuel de Falla parte de una historia del Quijote, que a su vez parte de antiguos romances medievales? ¿Y que esos romances cuenta la desdichada historia de Melisendra, hija del emperador Carlomagno y presa de los sarracenos en la Aljafería? ¿Y que su amado Gaiferos estaba tan pancho en Francia, pensando tranquilamente en rescatarla un día de estos, mientras ella lloraba encerrada en una torre del palacio? Pues si queréis descubrir ésta y muchas más historias no os podéis perder nuestra visita.
Cuándo – Domingo 15 de junio a las 11’30
Dónde – Junto a las taquillas de la Aljafería
Precio especial Mercado medieval – 5 € por persona (precio normal, 8 €)
DESCUBRE ZARAGOZA EN FAMILIA (ACTIVIDAD PARA ADULTOS CON NIÑOS) – Las 1.001 noches en la Aljafería
Hay en Zaragoza un lugar en el que las leyendas se hacen realidad. En los patios de la Aljafería se oye el rumor de los cuentos que tanto les gustan a los árabes, y en sus rincones hay historias de trovadores, princesas, brujas… Para conocerlas sólo tenéis que ayudarnos a frotar la lámpara maravillosa, y poco a poco irán saliendo de su interior.
Cuándo – Domingo 15 de junio a las 11’30
Dónde – Junto a las taquillas de la Aljafería
Precio especial Mercado medieval – 4 € por persona (precio normal, 7 €)
Y además… NOS VAMOS DE EXCURSIÓN, a descubrir algunos de los más increíbles monumentos medievales de Aragón. Tenemos dos propuestas para vosotros:
SÁBADO 14 – LAS IGLESIAS MUDÉJARES DEL VALLE DEL RIBOTA (Aniñón, Torralba de Ribota y Cervera de la Cañada)
El Ribota un pequeño río que desemboca en el Jalón al lado de Calatayud. Hay allí tres pequeños pueblos que tienen tres iglesias maravillosas. Perdón, MARAVILLOSAS. Yo aún diría más: ¡¡¡MA-RA-VI-LLO-SAS!!! Son tres iglesias mudéjares únicas, que no se parecen a ninguna otra: la Virgen del Castillo en Aniñón, Santa Tecla en Cervera de la Cañada (declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad) y San Félix en Torralba de Ribota. ¿Os venís con nosotros a descubrirlas?
Cuándo – A las 9’00
Dónde – Fachada trasera del Pilar (Paseo de Echegaray) Precio – 45 € (incluye bus, guía, comida y entradas)
Hoy nos vamos a descubrir una de las ciudades más monumentales de Aragón, Tarazona, y un monasterio maravilloso situado a la falda del Moncayo, a la Veruela del monte. Visitaremos la extraordinaria catedral, recién restaurada, pero también descubriremos los secretos de la maravillosa fachada del Ayuntamiento o del increíble palacio episcopal. ¿Os lo vais a perder?
Cuándo – A las 9’00
Dónde – Fachada trasera del Pilar (Paseo de Echegaray)
Precio – 45 € (incluye bus, guía, comida y entradas)
Zaragoza es una ciudad llena de sorpresas. Os proponemos veniros un fin de semana y viajar hasta la Edad Media para descubrir algunas de ellas, y concretamente el fantástico legado que nos dejaron los musulmanes. Si sois de los que asocian Al Andalus con Andalucía seguro que no os imagináis que Zaragoza fue una de las ciudades más importantes de la España musulmana, pero… ¿sabíais que aquí se conserva uno de los palacios árabes más impresionantes de nuestro país? ¿Y que después de la conquista cristiana reyes, arzobispos y nobles encargaron durante siglos a los musulmanes sus palacios, iglesias, catedrales…? Aquella ciudad de los siglos XIII, XIV y XV era la capital de uno de los estados más importantes de Europa, la Corona de Aragón. Sus reyes se coronaban en la Seo (la catedral) y celebraban los festejos correspondientes en su fabuloso palacio de la Aljafería, ante nobles y embajadores llegados de media Europa a los que deslumbraban con las fascinantes construcciones hechas por los maestros de obras moros, a los que hoy llamamos mudéjares. Imaginaos el itinerario de la coronación: la Seo, la plaza del Mercado (la mejor de la ciudad), el barrio de San Pablo (con su maravillosa iglesia mudéjar) y finalmente la Aljafería, donde los invitados, que nunca habrían visto nada igual en sus países de origen, se quedarían con la boca abierta ante los magníficos techos de madera, las yeserías… El resultado es que hoy la provincia de Zaragoza y parte de la de Teruel son un territorio lleno de espectaculares edificios mudéjares, con una abundancia y una riqueza difícil de encontrar en otro sitio. ¿No os lo creéis? Pues animaros a pasar un fin de semana con nosotros y os lo vamos a demostrar en un fin de semana en el que conoceréis nada menos que cinco edificios declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
El patio de Santa Isabel, en la Aljafería
SÁBADO – Un día en la Zaragoza de las tres culturas
Hoy vamos a viajar en el tiempo a la Zaragoza de la Edad Media y comenzaremos yéndonos al siglo XI, el tiempo en el que Saraqusta era la sede de una corte fastuosa que construyó un maravilloso palacio para el placer y el recreo: artistas, poetas, científicos… pululaban por la Aljafería en aquellos años. Sin embargo, poco duraría aquello, pues en 1118 Alfonso I el Batallador conquistó la ciudad a los musulmanes. A lo largo de los siglos la Aljafería sería palacio de los reyes cristianos de Aragón y de los Reyes Católicos, sede de la Inquisición, cuartel y finalmente parlamento autonómico. Cada uno de esos momentos ha dejado su huella en un palacio cargado de Historia y de leyenda.
Salón del trono construido por los Reyes Católicos
Muy cerca de la Aljafería está el barrio mejor conservado de la Zaragoza medieval: San Pablo, conocido también como el Gancho. Pasearemos por sus calles, conoceremos alguna de las sorpresas que encierra (bodegas, restos de antiguos conventos…) y sobre todo su espectacular iglesia, a cuya magnífica torre mudéjar podremos subir para tener una estupenda vista de la ciudad.
Torre de San Pablo
Después de esto daremos un paseo por el Casco Histórico hasta que se haga la hora de comer. Si os apetece podemos organizar para vosotros una comida o una cena «mudéjar» en la que conoceremos los sabores que nos han dejado nuestros antepasados. ¿Queréis conocer el menú? Pues pinchad aquí y encontraréis toda la información.
Muro exterior de la Seo
Después de comer nos iremos a la Seo, una de las dos catedrales de Zaragoza (la otra es el Pilar). Además de ser un edificio cargado de historia es absolutamente espectacular. ¿Queréis verla por dentro? Pues aquí os dejo una imagen:
Un detalle del interior de la Seo
Uno de los retablos más hermosos de la Europa gótica, una colección de tapices excepcional (entre las cuatro o cinco mejores del mundo), cientos de historias en cada uno de sus relieves… la Seo es la gran joya del patrimonio zaragozano, que hoy podemos ver en un estado espléndido después de una larguísima restauración. Visitaremos detenidamente la catedral y su fabuloso Museo de Tapices, una experiencia absolutamente inolvidable.
Una de las salas del Museo de Tapices
Ya por la noche, después de cenar… os proponemos descubrir lo que pasó con aquellos musulmanes y judíos después de que a finales del siglo XV y principios del XVI se firmaran los decretos de expulsión. ¿Cómo? Pues participando en una visita teatralizada muy especial a la que llamamos «Bajo la luna mudéjar», un recorrido que nos llevará desde el entorno de la Seo hasta la antigua judería de la ciudad y en el que nos encontraremos con personajes que se han perdido en el tiempo: el ciego Salvador, con su retablo de las maravillas; el morisco Felipe de Gali, huyendo de la Inquisición; una judía conversa llamada Sara, que nos contará viejas historias… ¿Os apetece acabar el día de esta forma tan especial?
El ciego Salvador y una novieta suya en plena discusión
Domingo – Nos vamos de excursión
Para el domingo os proponemos irnos de excursión a descubrir tres maravillosos tesoros casi desconocidos. Los tres están al lado de Calatayud, de camino a Madrid, y son las tres iglesias mudéjares más increíbles y fascinantes que os podáis imaginar: la Virgen del Castillo de Aniñón, San Félix de Torralba de Ribota y Santa Tecla de Cervera de la Cañada. Si queréis conocer más detalles y ver imágenes, entrad aquí. Yo os dejo una fotografía del interior de San Félix de Torralba de Ribota para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando.
Un interior del siglo XIV perfectamente conservado
Visitaremos estas tres iglesias, situadas en medio de un paisaje que casi no ha cambiado, por la mañana y a primera hora de la tarde. Para comer os proponemos irnos a Calatayud (¿os apetece un estupendo ternasco asado de Aragón, por ejemplo?), tomar café en el Mesón de la Dolores y después darnos un paseo en el que descubriremos alguna otra joya. Con todo esto habremos pasado un par de días descubriendo parte del mejor mudéjar de Aragón que seguro que os ha dejado como a nosotros: con la boca abierta.
La Seo, una de las dos catedrales de Zaragoza, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, espectacular, maravillosa… es un lugar inagotable, lleno de historias y secretos. Hoy os propongo recorrerla conmigo en busca de todo lo relacionado con un tema tan fascinante como la muerte. ¿Os apetece? Pues empezamos:
1 – UNA TUMBA EN LA QUE SÓLO HAY UN CORAZÓN – el príncipe Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV, murió en Zaragoza con 17 añicos. Su cuerpo acabó en el Panteón de Infantes de El Escorial, pero su corazón… enterrado en la Seo (por cierto, el de su hermanastro, Don Juan José de Austria, está en el Pilar). No os digo dónde, pero os dejo un retrato suyo.
Velázquez lo pintó como lo que era, un proyecto de rey
2 – UN RELICARIO CON UN CRÁNEO DENTRO – El cuerpo de San Valero, por cosas de la vida, acabó en la catedral de Roda de Isábena. Eso sí, como los humanos tenemos la fea costumbre de no dejar a los santos descansar en paz y de irlos descuartizando poco a poco para repartir sus trozos un poco por todas partes, primero se trajo a Zaragoza un brazo y después el cráneo. No os cuento el milagro que hizo, pero os dejo esta foto para que vayáis pensando dónde puede estar.
El busto-relicario de San Valero, con el cráneo dentro
3 – UNA PIEDRA DE MOLINO QUE NO SE HUNDE NI A TIROS – Cuentan que a San Vicente, diácono de San Valero, le martirizaron de todas las formas posibles y no había manera de que se muriera. Cuando por fin lo lograron tiraron el cuerpo al mar atado a una rueda de molino… ¡¡¡y flotaba!!!
El cadáver de San Vicente, tan ricamente sobre su rueda de molino
4 – UN SANTO, UN DRAGÓN Y MUCHA SANGRE – En algún rincón de la Seo está mi dragón preferido. San Jorge le mete una lanza por la boca y se la saca, llena de sangre, por la nuca. Cuando estás debajo casi parece que te vaya a caer alguna gota encima.
¿Estáis seguros de que el pobre dragón era tan malo como para esto?
5 – UN ARZOBISPO HIJO DE OTRO ARZOBISPO – El arzobispo Don Hernando de Aragón fue hijo del arzobispo Don Alonso de Aragón, que a su vez también fue padre del arzobispo Juan II de Aragón y abuelo de San Francisco de Borja… ¿Os aclaráis con este lío archiepiscopal?
Aquí os dejo, de momento, la tumba de Don Hernando de Aragón. Por cierto, su corazón… Mejor os lo cuento en la visita
6 – UN CRISTO QUE HABLA Y UN CANÓNIGO QUE PEDÍA DEMASIADO – Cuentan que un día estaba el canónigo Martín de Funes rezando ante el Santo Cristo de la Seo, y de pronto… Cristo le habló. Sí, sí, como lo oís. ¿Os imagináis qué le diría para que el canónigo le hiciera una fantástica capilla y se enterrar allí, rezándole eternamente?
Colgando delante del Santo Cristo están las palabras que dijo
7 – UN «BANQUERO» QUE SE HIZO RICO CON SUS CHANCHULLOS – Gabriel Zaporta no era exactamente un banquero, pero más o menos. Y lo que está claro es que se forró haciendo negocios de todo tipo, incluso alguno limpio. Además de su casa (en la que estaba el «patio de la Infanta») se hizo una estupenda capilla para enterrarse en la Seo. Si venís podréis ver su retrato (hecho un pincel, por cierto) en la lápida de encima de la tumba.
«Ya que sea, que se vea», debió pensar Gabriel Zaporta después de haberse gastado sus buenos cuartos en la capilla
8 – UNOS HUESOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS – Cuenta la tradición que Santo Dominguito de Val, infantico de la Seo, fue martirizado por los judíos. No sólo nos encontramos su historia representada por todas partes, sino que se conserva una arqueta con sus reliquias, encontradas por casualidad en la sacristía siglos después de haberlas perdido. No pongáis esa cara, que a todos nos han pasado cosas así. ¿O no?
¿Dónde está ahora la arqueta con las reliquias de Santo Dominguito?
9 – UN CANÓNIGO ASESINADO QUE HACE MILAGROS DESPUÉS DE MUERTO – Una noche de luna de 1485 un grupo de conspiradores entró por la puerta de la Pabostría de la Seo y, delante del altar mayor, asesinó a Pedro Arbués, el primer inquisidor de Aragón. ¿Queréis saber por qué? ¿Os imagináis qué milagros ocurrieron esa misma noche?
Un santo de la casa se merece una capilla, ¿no? Qué menos
10 – Y MUCHAS COSAS MÁS… – Muchas más historias de tumbas, muertes, reliquias, milagros y hasta algún otro asesinato. ¿Queréis descubrirlo todo? Pues no os podéis perder nuestra visita «Muerte en la Seo».
Las naves de la catedral están llenas de historias…
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca.
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
«Pisa morena, pisa con garbo / que un relicario, que un relicario / me voy a hacer. / Con el trocito de mi capote / que haya pisado, que haya pisado / tan lindo pie». Así cantaba nuestra paisana Raquel Meller uno de sus grandes éxitos, «El relicario». Oigámosla, antes de entrar en materia.
¿Qué es eso de un relicario? Pues la cosa es sencilla: un objeto para guardar reliquias, así de fácil. Y una reliquia, ¿qué es? Pues si acudimos al diccionario de la Real Academia nos da bastantes definiciones, pero todas van por el mismo camino. Algo del pasado, que se ha conservado de forma casi milagrosa. Y además, algo por lo que tenemos una especial veneración: el abanico con el que la bisabuela se quitaba los sofocos, por poner un ejemplo. Pero hay más, y aquí viene lo que nos importa: una reliquia es un trozo del cuerpo de un santo, o de Cristo, o de la Virgen, o algo que tuviera relación con ellos. Desde el prepucio de Cristo hasta el polvo de la Santa Casa, pasando por las plumas del arcángel Gabriel, gotas de leche de la Virgen o la túnica de San Vicente, de la que hablábamos ayer. Y claro, como una reliquia es algo muy apreciado y querido no se puede guardar de cualquier manera, ni mucho menos. Necesitamos un relicario cuanto más rico mejor, que no es para guardar cualquier cosa. Y no sólo eso: cuando tenemos muchas reliquias guardadas en muchos relicarios podemos hacer grandes y espectaculares armarios para guardarlo todo, o incluso una capilla cubierta de reliquias desde el suelo hasta el techo, como la que hay en la iglesia del Seminario de San Carlos.
Armario-relicario de la sacristía de la Seo, en una foto antigua
En Zaragoza tenemos reliquias de lo más variadas, aunque tengo que reconocer que yo tengo debilidad por una: el mechón de pelo de la Magdalena que se conserva en la iglesia de la ídem. Es fascinante, porque a la Magdalena, que sería lo que fuera, pero que tiene fama de suelta, fresca y desahogada, se la representa precisamente con el pelo tan suelto como ella. ¿Y eso por qué? Pues por dos razones. La primera es que las mujeres decentes lo llevaban siempre recogido en un casto moño, claro, y la segunda es porque le lavó los pies a Cristo con perfume (y por eso siempre se la representa con un frasco) y se los secó con su propia melena.
¿Quién le iba a decir a esta Magdalena penitente, sensual y maravillosa de Ribera, que hoy vive en el Prado, que un mechón de sus cabellos acabaría en Zaragoza?
En cualquier caso, hoy no vamos a hablar de la Magdalena, sino del patrón de Zaragoza: San Valero, rosconero y ventolero. ¿Veis esta foto? Corresponde a la parte inferior del retablo de la Seo. Si os fijáis veréis que hay nueve huecos: puerta-escena-busto-escena-busto-escena-busto-escena-puerta.
En la parte de abajo del retablo de la Seo hay tres espectaculares bustos-relicarios hechos en los talleres de Avignon, donde estaba en aquel momento la sede del papado
Los tres bustos representan a tres santos muy relacionados con la archidiócesis de Zaragoza: San Lorenzo, San Valero y San Vicente. Y los tres contienen en su interior reliquias de cada uno de ellos. Ayer hablamos de San Vicente y hoy le toca el turno al patrón, San Valero, que como está en el centro salta a la vista que es el más importante de los tres, o por lo menos el que nos toca más de cerca.
Con este relicario tan impresionante, ¿qué reliquia se conservará dentro?
Ya contábamos ayer que un gobernador romano, un tal Daciano, intentó que Valero, obispo de Zaragoza, y su diácono Vicente, veneraran a los dioses paganos. Ellos se encabezonaron en que no, así que Daciano, que era muy suyo, martirizó a Vicente y desterró a Valero a tierras del Somontano. Allí murió el hombre, y como tenemos la costumbre de no dejar tranquilos los cuerpos de los santos el suyo acabó, con el tiempo, en Roda de Isábena, en cuya catedral se guardaba (seguramente entero) hasta que se conquistó Zaragoza. Pero ya sabéis que a los santos difícilmente se les deja reposar después de muertos, y descuartizarlos es una costumbre de lo más extendida. Así que primero se trajo a la ciudad un hueso del brazo (que es la forma que se le dio al correspondiente relicario, que se conserva en su capilla de la Seo y que se besa el día del santo, cada 29 de enero) y luego… ¡¡¡nada menos que el cráneo, la calavera de San Valero!!! ¿Os imagináis dónde está? Pues claro, dentro del busto, no podía ser en otro lugar. Parece ser que cuando llegó a la ciudad la reliquia hizo un milagro, sacando el demonio del cuerpo de una mujer. ¿Queréis verlo? Pues para ver al mismísimo demonio en forma de una especie de murciélago repugnante salir del cuerpo de la mujer, ante la admiración y el susto de media Zaragoza, tendréis que ir a ver un día de estos el retablo mayor de la Seo, porque allí está todo.
Reconstrucción a partir del cráneo del Papa Luna
Pero aún hay más cráneos en esta historia. Resulta que siempre se había dicho que el busto de San Valero era un retrato de Benedicto XIII, el Papa Luna (que fue quien pagó los tres, además de uno de Santa Engracia que no se conserva). No había confirmación, pero ahora la hay, y todo gracias a que su cráneo se conserva. En realidad se conservaba todo el cuerpo momificado en la capilla de su palacio de Illueca (se llevó allí unos años después de que muriera en Peñíscola), pero en el siglo XVI a un sacerdote italiano que pasaba por allí no le debió gustar aquello, la emprendió a palos con la momia y la dejó hecha una pena. Parece ser que tiempo después, en época de la Guerra de Sucesión, los franceses tiraron el cuerpo al río y sólo se salvó la calavera, que rescataron unos labradores.
El cráneo del Papa Luna. Polvo somos, no hay más
Por cosas de matrimonios la calavera pasó a estar en la capilla del palacio de los condes de Argillo en Sabiñán, y así, con el palacio en ruinas, llegamos al 7 de abril del 2000. Ese día se cumple la profecía que San Vicente Ferrer había hecho quinientos y pico años antes: «Para castigo de la soberbia del Papa Luna, con su cabeza algún día jugarán los niños a modo de pelota«. ¡¡¡Qué clarividencia!!! Efectivamente, dos hermanos de Sabiñán la robaron ese día para pedir un rescate de un millón de pesetas. ¿Queréis leer el primer anónimo que mandaron? Pues abrochaos el cinturón, que la cosa lo merece:
HOLA SIQUEREIS LA CABEZA DEL PAPA LUNA REBELAR LAS FOTOS Y LAS BEREIS. YO ME PONDRE EN CONTACTO CON BOSOTROS. ME LLAMO JESUS ANTONIO EL COLECCIONISTA
Las criaturas, aparte de haber jurado odio eterno a la ortografía, compraron el carrete de fotos en una tienda del pueblo y sellaron la carta en la Oficina de Correos de Sabiñán (donde preguntaron si era posible enviar un sobre sin remite, los angelicos). Vamos, que fueron dejando todo un reguero de pistas. ¿Queréis leer el segundo anónimo?
OLA SEÑOR JAVIER COMO USTED YA SABRA TENGO EN MI PODER EL CRANEO ASI QUE ESIJO UN MIYON DE PESETAS.
Aún hubo otro anónimo, en el que se muestran de lo más picajosos.
NO YAME A LA POLICIA NI TAMPOCO A ANTENA 3 YA QUE ESTOS SE HAN BURLADO DE MI FORMA DE ESCRIVIR
Sin palabras. Tras una cita con el alcalde en la arboleda de Macanaz de Zaragoza (a la que no acudieron), otro anónimo en el que decía que estaban practicando ritos satánicos con la cabeza… el culebrón acabó, cinco meses después de que empezara, con la recuperación del cráneo, su declaración como Bien de Interés Cultural y un estudio que dio como resultado que sí, que era de un anciano de época del Papa Luna y que todo hacía pensar que pudiera ser él. ¿Sabéis cuál fue la prueba definitiva? Pues que los rasgos de aquel cráneo coincidían casi exactamente con los del busto-relicario de San Valero. ¿Casi? Pues sí, porque el Papa se había mandado retocar la nariz en el retrato (por lo visto la tenía muy aguileña y al hombre no le gustaba). Pura coquetería pontificia, vamos. En fin, que si queréis saber todos los detalles lo mejor que podéis hacer es pinchar aquí para leer el blog de Antonio Tausiet, o leer «Papa Luna. El rescate de un Pontífice olvidado«, escrito por Jesús Pastor y Octavio Rani, guardias civiles que participaron en el rescate.
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca:
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
San Vicente, con su inseparable rueda de molino, en su capilla de la Seo
Cuenta la tradición que allá por el 304 d.C. moría en Valencia, martirizado por los romanos, Vicente de Zaragoza (aunque parece que había nacido en Huesca). Era diácono del obispo San Valero quien, al ser tartamudo, le dejaba al cargo de la predicación. Sobre su martirio circulan historias de lo más variadas, empezando por cargarle las culpas al gobernador romano Daciano (un ser maligno y perverso sin límites que aparece en montones de tradiciones, historias o leyendas por toda España, y que parece que no hubiera hecho otra cosa en su vida que martirizar cristianos con una saña digna de mejor causa).
Interrogatorio de Sän Vicente y San Valero por Daciano
Daciano detuvo a Vicente y a Valero por cristianos, claro, y los mandó llevar ante él. ¿Veis el relieve del retablo de la Seo de Zaragoza? Pues bien, de los dos que aparecen abajo a la izquierda con las manos atadas Vicente es el jovencico, y Valero el más viejete. De los tres con cara de malos que hay a la derecha Daciano es el del centro, el que tiene la barba rubia y está sentado en una silla de tijera. Como no hubo forma de que adoraran a los dioses paganos (los de la esquina superior derecha, desnudos o casi, como buenos paganos), que era de lo que se trataba, Daciano, que no podía jugarse el prestigio, actuó. A Valero (que aún no era santo, pero se lo estaba ganando) lo mandó desterrado a Enate. A Vicente le empezó a hacer todo tipo de perrerías para que renunciara a su fe. Le puso en el potro hasta que le descoyuntó las articulaciones, le abrió las tripas con unos garfios… en fin, que no sigo porque ya os podéis hacer una idea de la situación. Al final Vicente se murió, claro, y lo arrojó a un muladar en las afueras de Valencia (porque todo esto estaba pasando en Valencia, no sé si os lo había dicho). ¡¡¡Pasmaos!!! Los animales respetaban el cuerpo, y unos cuervos lo protegían para que ninguno se lo comiera. Y esto a Daciano le tocó el amor propio, normal, así que puso manos a la obra y tiró el cuerpo al mar atado a una rueda de molino. ¿Queréis ver lo que pasó? Pues mirad este cuadro.
En este cuadro que hay en la capilla de San Vicente, en la Seo, queda todo bien claro
El cuerpo de San Vicente sobre la rueda de molino, que flota sobre las aguas del mar, y con los cuervos vigilantes, por si acaso. La cuestión es que después de esto… Después de esto, nos vamos de viaje.
Escudo de Lisboa, con el barco, los cuervos…
Cuando uno pasea por Lisboa hay algo relacionado con Zaragoza que está por todas partes. En las farolas, en las papeleras, en los membretes de las cartas oficiales, en el pavimento… ¿No os imagináis qué puede ser? Pues el escudo de la ciudad, un barco con dos cuervos. ¿Y qué tiene que ver? Si fuera la Virgen del Pilar, un adoquín, yo qué sé… estaría claro. Pero así… ¿No os imagináis lo que pasó? Pues eso mismo, que los cristianos de Valencia pusieron el cuerpo de San Vicente en un barco, vigilado por los cuervos, y él solico fue navegando, navegando… hasta el sur de Portugal, ni más ni menos. Si esto no es un milagro, que baje Dios y lo vea. El caso es que hoy, en el escudo de Lisboa, aparece ese barco con los cuervos protegiendo a San Vicente, y dominando todo el paisaje de Alfama está la espectacular basílica de San Vicente da Fora (de fuera, fuera de la muralla) pagada por Felipe II cuando logró ser rey de Portugal. Allí sigue estando el cuerpo (el suyo o… el de quien sea). La próxima vez que vayáis a Lisboa no os perdáis el increible placer de caminar por sus tejados con el Tajo a vuestros pies. Por cierto, la cúpula que aparece por detrás en la fotografía es el Panteón Nacional, y ¿sabéis a quién está dedicado? Pues a Santa Engracia (santa portuguesa, por otra parte). Más zaragozano todo, imposible.
Sao Vicente da Fora
Si estáis pensando que San Vicente está tranquilo y completo en su tumba, estáis completamente equivocados. Está repartido en trocicos por media Europa, que para eso fue uno de los santos más venerados de toda la Edad Media. Así que continuamos nuestro viaje para irlo reconstruyendo y volvemos a Valencia, porque ¿los valencianos no se quedaron nada? Pues no sabemos si se lo cortaron antes de montarlo en el barco o lo reclamaron después, pero el caso es que tienen el brazo incorrupto (y un poco chamuscado, de tanto martirio) en una capilla de la catedral de Valencia. Eso sí, lo suyo les ha costado recuperarlo, pues un obispo de finales del siglo XI parece que era aficionado a llevárselo de viaje. Se fue para Tierra Santa y se llevó el brazo para que le protegiera de las adversidades del camino (que eran muchas en aquellos tiempos, eso hay que reconocerlo), y como el hombre se murió en Italia allí se quedó el brazo… ¡¡¡hasta 1970!!! Volvió en una fragata de la Armada española con todos los honores, pero incompleto: le falta un pulgar, que continúa en paradero desconocido.
El brazo, en su urna
Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Nos vamos ahora para París, ni más ni menos. Resulta que allá por el siglo VI un rey de los francos tomó Pamplona y llegó hasta Zaragoza. No consiguió tomarla, pero se llevó a París la túnica de San Vicente (¿pero no habíamos quedado que el cuerpo estaba en Lisboa?). Parece ser que el hombre se enteró de que los habitantes de Zaragoza habían colocado la ciudad bajo la protección del santo, y como vio que la cosa funcionaba… pues se llevó la túnica. No me preguntéis como consiguió hacerse con ella sin conquistar la ciudad, porque para esto no tengo respuesta. El caso es que en su honor hizo construir a las puertas de París el monasterio de Saint Germain des Prés, o sea, de los prados (hoy famoso por los cafés que lo rodean, donde miraban la vida pasar Sartre, Simone de Beauvoir, Juliette Greco y compañía).
Saint Germain des Prés, después de siglos de obras
¿Creíais que ya habíamos acabado de viajar? Pues para nada, porque el pobre San Vicente está repartido un poco por todas partes, tanto que da que pensar si en un solo hombre cabe tanto hueso. Os dejó aquí algunos ejemplos, entre los muchos que hay:
En Brindisi (Italia) tienen un dedo. ¿Será el pulgar desaparecido? No lo parece, la verdad
Estamos en Dijon (Francia), y el hueso de San Vicente, perfectamente etiquetado, es el segundo empezando por arriba
¿Y en Zaragoza? Porque al fin y al cabo, aunque naciera en Huesca (algo sobre lo que hay dudas, la verdad), de toda la vida es sabido que «el buey no es de donde nace, sino de donde pace», y la carrera la hizo en Zaragoza. La cuestión es que en la Edad Media un rey de Aragón pidió a un rey de Portugal que tuviera un detalle y le mandara un trozo del santo. Aún la conservamos, que para algunas cosas seremos dejaos, pero para otras… en el retablo mayor de la Seo está este busto-relicario, y dentro… pues eso, que está dentro. Ahora mismo no sé qué parte del cuerpo será la que se conserva en su interior, pero desde luego el relicario es maravilloso. Es uno de los cuatro que regaló el Papa Luna a finales del siglo XIV y que se habían hecho en los talleres de Avignon (los otros son los de San Lorenzo y San Valero, además del de Santa Engracia, este último desaparecido).
Busto-relicario de San Vicente
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca:
Cuándo – Sábados de julio y agosto a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
Sí, sí, en la Seo hay no uno ni dos, sino tres camellos, tres. Y bien visibles, además. Nada menos que en la escena principal del maravilloso retablo mayor. Si no os habéis parado nunca a saludarlos id cualquier día que tengáis una horilla libre con ganas de descubrir los mil y un maravillosos detalles que hay por todas partes. Si tenéis prismáticos o algo parecido llevadlo también, ya veréis como vale la pena.
Los Reyes Magos llegando al portal, con sus pajes, sus camellos, sus regalos… No falta de ná, como pa’una boda
Hoy sólo os voy a hablar de los animales que hay en la escena principal, que son unos cuantos. Más de diez y menos de quince, ni más ni menos. ¿Habíais visto tantos al primer golpe de vista? Pues miradla otra vez y contad a ver cuántos veis. Y no valen los que están en el marco, sólo los de dentro de la escena.
¿Qué diríais vosotros, camellos o caballos? Pues un poco de todo, para no discutir
Los primeros, claro, los camellos. Porque a estas alturas ya os habréis dado cuenta de que la escena representa a los Reyes Magos llegando al portal de Belén (la catedral se dedica al Salvador el día de su Epifanía, vamos, el 6 de enero). ¿Vosotros creéis que en el siglo XV, cuando se hizo el retablo, había camellos en Zaragoza? Pues ni uno ni medio. Y encima el escultor venía de Alemania, así que ya os podéis imaginar los que habría visto por allí. Habría leído descripciones y vería cuadros hechos por pintores que tenían más o menos la misma idea que él, pero nada más. Así que… hizo una especie de mezcla entre lo que sabía de los camellos y el animal más parecido a ellos que conocía: el caballo. El cuello es de camello, y se ve muy bien en el que está de perfil, pero la cara es de caballo. Y si no, fijaos en el que nos mira de frente y asoma por detrás de la cabeza del rey rubio. Y fijaos también en la silla de montar del que está de perfil, y en otra cosa más: los que pintaron el retablo cuando los escultores acabaron su trabajo les pintaron pelo, que también es una cosa muy de camellos.
El buey y la burra no podían faltar
Si os fijáis en la ventana que hay detrás de la cabeza de la Virgen, en el portal, ¿quién se asoma por ahí? Pues quién iba a ser, el buey y la burra, tan polémicos últimamente. Hasta aquí los clásicos, pero hay más. Vamos a mirar ahora encima del tejado del portal, lo que está al fondo de la escena. ¿Veis un pequeño pueblo, con algunas casitas? Y también un pastor con su rebaño, ¿no? ¿Cuántas ovejas? ¿Cuatro? ¿Cinco? ¿Qué creéis? ¿Lo que tiene a los pies es una oveja o un perro? Por cierto, si tenéis buena vista veréis que el pastor está tocando la gaita.
Tengo yo una ovejita lucera, que de campanillas, se ha puesto un collar…
Para darnos la sensación de que estos personajes están más lejos los ha hecho más pequeños, pero la verdad es que los ha hecho mucho más pequeños. No hay un termino medio, sólo el primer plano y el plano del fondo. Todavía no representa la profundidad a la manera renacentista, aumentando gradualmente el tamaño de los personajes a medida que se acercan al primer plano, sino a la manera medieval: lo que está más arriba es lo que está más lejos. Y funciona.
Busca, busca…
Ya sólo nos quedan dos, y como os he puesto la foto lo tenéis muy fácil. Uno es un perro, está claro. Lo que no está tan claro es lo que hace, pero si os fijáis bien… veréis que está olisqueando algo. Son unas huellas. A veces, en la Edad Media, se representaban en la misma «viñeta», por utilizar una palabra actual, dos momentos de la misma escena. Aquí tenemos hasta tres. Los Reyes llegando al portal, el pastor con su rebaño y el perro olfateando las huellas de los camellos. Sabéis por qué, ¿no? Porque Herodes quiere localizar a los Reyes para que le digan donde está el portal, pero estos le han dado esquinazo.
Bueno, sólo falta un animal, pero este no os lo voy a decir, tenéis que descubrirlo vosotros cuando vayáis a la Seo cualquier día de estos. Sólo os doy una pista: está muy cerca del perro. Y para el día que vayáis, algunas cosas más: ¿Tenéis localizados a los tres Reyes? ¿Y las coronas y los regalos? ¿Y no hay nada raro aquí? Sí, y además salta a la vista. ¿Aún no os habéis dado cuenta? Pues la respuesta para otro día.
Si queréis descubrir LOS SECRETOS DE LA SEO no os podéis perder la visita que hemos preparado para los sábados de julio y agosto a las 10’30, con la fresca:
Cuándo – Sábados a las 10’30 de la mañana
Dónde – Puerta principal de la Seo
Precio – 10 € por persona (jubilados, 8 €; parados, 5 €)
Cuando uno pasea por Lisboa hay algo relacionado con Zaragoza que está por todas partes. En las farolas, en las papeleras, en los membretes de las cartas oficiales, en el pavimento… ¿No os imagináis qué puede ser? Pues el escudo de la ciudad.
Un barco con dos cuervos. ¿Qué tiene que ver esto con Zaragoza? Si fuera la Virgen del Pilar, un adoquín, yo qué sé… estaría claro. Pero así… Bueno, pues hay que remontarse un poco en el tiempo y marcharnos hasta época de San Valero, obispo de Zaragoza que debía ser un poco tartamudo y tenía un diácono que predicaba por él: Vicente, nacido en Huesca. A Valero y a Vicente los detuvo un gobernador romano que tenía una inquina que pa’qué contra los cristianos, un tal Daciano (quedaos con el nombre, y si os lo cruzáis corred en la otra dirección). A Valero lo dejó más o menos en paz, porque estaba ya un poco viejales, pero a Vicente… le hizo las mil y una perrerías, y no se moría ni a tiros. Cuando consiguió matarlo lo tiró al campo a ver si se lo merendaban los animales salvajes, y no sólo no se lo comieron sino que los cuervos vigilaban el cadáver. Después de eso lo tiró al mar con una rueda de molino, y el cuerpo… ¡¡¡salió a flote!!! Corriá el año 304, antesdeayer, como quien dice, y los cristianos de Valencia, que era donde ocurría todo esto, lo pusieron en un barco que, él solico, fue navegando, navegando, navegando hasta Portugal.
El caso es que hoy, en el escudo de Lisboa, aparece ese barco con los cuervos protegiendo a San Vicente, y dominando todo el paisaje de Alfama está la espectacular basílica de San Vicente da Fora (de fuera, fuera de la muralla), donde sigue estando el cuerpo (el suyo o… el de quien sea).
La próxima vez que vayáis a Lisboa no os perdáis el increible placer de caminar por sus tejados con el Tajo a vuestros pies. Por cierto, la cúpula que aparece por detrás en la fotografía es el Panteón Nacional, y ¿sabéis a quién está dedicado? Pues a Santa Engracia. Más zaragozano todo, imposible.
Se me olvidaba que en la Edad Media un rey de Aragón pidió a un rey de Portugal que le mandara un trozo de un santo tan nuestro, una reliquia. Aún la conservamos, que para algunas cosas seremos dejaos, pero para otras… en el retablo mayor de la Seo está este busto-relicario, y dentro… pues eso, que está dentro.
Otro día, más cosas sobre Zaragoza y Lisboa, que las hay. Ahora os dejo con un poco de música: pinchad aquí y escucharéis a Amalia Rodrigues cantando «Lisboa Antiga». Casi ná.
Ya sabéis, si queréis conocer ésta y otras muchas historias mientras disfrutáis con la gastronomía portuguesa… no os podéis perder una auténtica cena portuguesa en el Atrapamundos(C/ Mefisto, 4), en la que os contaremos montones de historias sobre esta ciudad maravillosa mientras disfrutamos de un menú 100% portugués:
Arroz Peixe
Bacalahau a Braz
Pastéis de Belém
Si queréis saber más entrad aquí, y para reservar llamadnos al 976207363 o entrad aquí. Y para que os vayáis animando, aquí os dejo unos cuantos posts de nuestro blog dedicados a Lisboa:
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