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Posts Tagged ‘Capri’

Os suena este nombre, ¿no? A lo mejor no le ponéis cara, pero casi seguro que le ponéis música. Os doy una pista: aquellas verbenas de pueblo de cuando éramos adolescentes, aquellas orquestas que (gracias a Dios) aún no conocían Operación Triunfo y tocaban los grandes éxitos de ayer, hoy y siempre… y sonaba esto.

¿Qué? Os trae recuerdos, ¿no? A mí, muchísimos. Esta canción me huele a noche de verano como ninguna otra. En Nápoles o en mi pueblo, da lo mismo, porque Renato Carosone tuvo tal éxito que sus canciones se escuchaban (y se escuchan) en medio mundo.  Seguramente nadie le hubiera dicho a su «mamma» cuando el chiquillo nació allá por 1920 que su Renato iba a tocar en el mismísimo Carnegie Hall de Nueva York, pero enseguida empezó a apuntar maneras. Con 17 añicos ya tenía el título de piano, y enseguida consiguió un contrato como director de orquesta para una gira por Africa. Cuando acabó se quedó como pianista en Addis Abeba, lugar exótico donde los haya. ¿Qué pintaba allí? Pues todo tiene su explicación. Unos años antes a Mussolini le había dado por conquistar Etiopía y aquello estaba lleno de italianos. Diez años se pasó por aquellas tierras, y al final volvió a Italia después de la II Guerra Mundial.

Guapo, lo que se dice guapo, no era. Pero tenía cara de graciosico, ¿verdad?

Después de diez años en el extranjero en Italia no le conocía nadie, claro. Así que otra vez a empezar, tocando el piano con pequeñas orquestas de baile, algo para lo que siempre había trabajo. La Italia de finales de los 40 era muchísimo más liberal que España (justo al revés que ahora). Aquí el baile agarrao se consideraba pecado casi mortal (cuando los obispos lo nombraban en sus sermones, que era casi siempre, era como si estuviesen hablando del Apocalipsis, poco más o menos), y allí se aplaudían los escotes de la Lollo y Lucía Bosé ganaba el concurso de Miss Italia, Fellini rodaba «La dolce Vita», Sofía Loren estaba a punto de ganar el primer óscar que se daba a un actor por una película de habla no inglesa…

Anita Ekberg bañándose en la fontana de Trevi, Audrey Hepburn lanzando la moneda de espaldas en «Vacaciones en Roma»… todo alegría y felicidad

Pues bien, fue Renato Carosone quien puso banda sonora a aquella Italia feliz. Pronto le encargaron crear una banda para la inauguración de un local, y aquel «Trío Carosone» sería el germen de su orquesta, y pronto llegaron sus grandes éxitos. El primero, inolvidable, «Tu vuò fa’ l’americano», una de las canciones más versionadas (aún hoy) del siglo XX. Seguro que queréis oirla y bailar un poco, ¿no? Pues adelante, pinchad aquí.

Y a partir de aquí todo éxitos, incluyendo una gira que les llevaría desde La Habana hasta el mismísimo Carnegie Hall de Nueva York, un lugar que supone la verdadera consagración de cualquier gran artista. Tres años después, cuando estaba en pleno éxito, se retiró durante quince años a pintar, pero en 1975 volvió a la carga. Y fue en esta etapa de su carrera cuando compuso, para una gira por España, la canción que seguramente fue su mayor éxito: «Torero«. Se tradujo a doce idiomas y estuvo catorce semanas en el número uno de las listas de éxitos de Estados Unidos, que se dice pronto. Con ella os dejamos, y si os entran ganas de bailad… no las reprimáis. Seguro que Renato os acompaña tocando el piano desde su tumba.

¿Queréis conocer más historias sobre Nápoles? Pues podéis participar en nuestras cenas napolitanas, los martes 7 y 21 de agosto y el 4 de septiembre. Si queréis saber más entrad aquí, y para reservar podéis llamarnos al 976207363 o entrar aquí. De momento, os dejo unos cuantos post de nuestro blog para que os vayáis animando a disfrutar de Nápoles con nosotros.

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Dicen que este verano, cuando uno se sienta en los bancos de la plaza de los Sitios, huele a mar. ¿Sabéis por qué? Es la brisa que viene de Capri. Sí, sí, lo he escrito bien. Empiezan nuestras cenas napolitanas, y claro…

Si hay un lugar en el mundo tocado por la mano de Dios, ése tiene que ser el golfo de Nápoles. Mirar el mundo desde Sorrento con la brisa del mar dándonos en la cara, el Vesubio a un lado, Capri al otro y las ramas de un limonero dándonos sombra mientras nos comemos una auténtica pizza Margheritta, fina como el papel… es estar en el mismísimo paraíso.

Nápoles siempre es exceso, exageración… siempre es más. Se llena el cráter del Vesubio de agua del mar más azul que se pueda imaginar, y se echan media docena de los pícaros más pícaros y sinvergüenzas, una buena pizca del lujo más desatado, el tomate que más sabe a tomate, las calles con más ropa tendida del mundo, un par de seguidores de la iglesia de los maradonianos junto con un pelo de su dios, las criptas más macabras y las fiestas más alegres, la sangre de San Genaro bien licuada, los chanchullos de la Camorra, Polichinela, los dioses de los romanos bañándose en las playas de Ischia, los personajes de los belenes más maravillosos, la pizza más fina que existe, la pasta más al dente, el barroco más delirante, la calavera de la principessa Lucía, unos limones de Sorrento, un chocolate en una maravillosa taza de porcelana de Capodimonte, a poder ser del siglo XVIII y pintada con una vista del golfo, el chico con bañador blanco del anuncio de Dolce&Gabbana bañándose en Capri, el dolce far niente (o sea, el placer de no hacer nada mientras se ve la vida pasar), un poco de albahaca, los tejados de Amalfi y las vistas de Positano, el teatro de ópera más maravilloso y una copa de vino lacrima Christi cultivado en la lava de las faldas del volcán… se deja hervir, Sofía Loren lo remueve con una pala de pizzero mientras suena «Torna Sorrento» y… de la erupción del Vesubio sale Nápoles. Pura vida, ni más ni menos.

¿Se me nota lo enamorado que estoy de esta ciudad? Espero que sí, porque no tengo ninguna intención de disimularlo. Si mi corazón está dividido entre Sevilla y Zaragoza, las niñas de mis ojos son para Lisboa y Nápoles. Así que este verano tendremos tres cenas napolitanas, con un menú que es… puro Nápoles. Ahí va:

  • Sopa de pomodoro con albahaca
  • Bruschetta de formaggio y basilico
  • Agnelo alla brace
  • Crostata di limone


Cuándo – 7 y 21 de agosto y 4 de septiembre

Dónde – Restaurante El Atrapamundos (C/ Mefisto, 4)

Precio – 22 €

Reservas – Llamando al 976207363 o entrando aquí.

Y recordad que este verano también podéis viajar con nosotros a Lisboa, los martes 14 y 28 de agosto y 11 de septiembre (si queréis saber más entrad aquí). Y si queréis animaros leyendo sobre Nápoles, aquí os dejo unos cuantos post de nuestro blog:

La pizza Margherita

Sofía Loren

O sole mio y la canción napolitana

Renato Carosone

El gabinete secreto del Museo Arqueológico Nacional

La sangre de San Genaro

Se armó el Belén

El Belén napolitano del Metropolitan Museum de Nueva York

 

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